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Jorge Newbery y el Día del Ingeniero Electricista

La fecha tiene que ver con el nacimiento de un argentino que fue pionero en múltiples actividades, ya que se destacó como aviador, deportista, funcionario, ingeniero y hombre de ciencia.



Este  27 de mayo se celebra en Argentina el Día del Ingeniero Electricista, en conmemoración del natalicio de Jorge Newbery, primer argentino en graduarse como Ing. Electricista en la Universidad de Cornell, Estados Unidos.

Newbery (nacido el 27 de mayo de 1875 en Buenos Aires) fue un aviador, deportista, funcionario, ingeniero y hombre de ciencia argentino, que destacó notablemente en todas esas actividades.

Es recordado especialmente por ser el artífice y fundador de la Aeronáutica Militar Argentina. En esta fecha tan especial, es importante mencionar que prácticamente todas las actividades modernas vinculadas con la producción de bienes y servicios, incluyendo a la divulgación, docencia, investigación y desarrollo tecnológico, son campos de aplicación de la Ingeniería Eléctrica.

Hoy se celebra el día del Ingeniero Electricista en conmemoración al nacimiento Jorge Alejandro Newbery en 1875.

En 1891, con 16 años, viajó a los Estados Unidos y regresó en 1895, con un título de Ingeniero Electricista convirtiéndose en el primer argentino en graduarse (de la Universidad de Cornell) en esta ingeniería. Jorge Newbery viajó a Estados Unidos para realizar sus estudios de ingeniería en la Universidad de Cornell.

En 1893 continuó en el Drexel Institute de Filadelfia, donde fue alumno de Thomás Alva Edison y en 1895 obtuvo el título de ingeniero electricista. Al regresar a la Argentina empezó a trabajar como jefe de la Compañía Luz y Tracción del Río de la Plata. En 1904 ocupó la cátedra de Electrotecnia en la Escuela Industrial de la Nación (posteriormente Escuela Técnica Otto Krause), que había sido creada y dirigida por el ingeniero Otto Krause en 1893. Ese mismo año volvió a viajar a los Estados Unidos para asistir al primer Congreso Internacional de Electricidad, realizado en la ciudad de Saint Louis, donde fue vicepresidente de la sección “Transmisión de Fuerza y Luz” y en el que presentó un trabajo de ochenta páginas titulado Consideraciones generales sobre la municipalización de los servicios de alumbrado, que sería incluido en los Anales de la Sociedad Científica Argentina.

En 1900 obtuvo un nombramiento con cargo de jefe en la compañía Luz y Tracción del Río de La Plata, destacándose a lo largo de su vida por sus maravillosos aportes. Así, en 1910, estuvo a cargo de las célebres luminarias de los festejos por el Centenario de la República, que quedaron en la retina de distintas generaciones. En 1906 el ingeniero Newbery participó nuevamente de este congreso, esta vez en la ciudad de Londres, donde se constituye la International Electrotechnical Commission (IEC) con sede en dicha ciudad.

En 1913 Newbery participó de la IEC en Berlín, Alemania, y a su regreso fue nombrado Presidente de la Comisión Electrotécnica Honoraria de Argentina. El 18 de octubre de ese mismo año, junto a un grupo de veinticinco especialistas, cofundó el Comité Electrotécnico Argentino, representante nacional de la IEC. Ese mismo día y ese mismo grupo, fundó la Asociación Electrotécnica Argentina (AEA). Newbery también se destacó en el campo de la ingeniería eléctrica.

Participó en la construcción de la Central Hidroeléctrica Los Nihuiles en Mendoza, una de las primeras de su tipo en Argentina. Además, contribuyó al desarrollo de sistemas de iluminación y transporte eléctrico en Buenos Aires. Jorge Newbery se convirtió en un ídolo popular durante su época.

Sus hazañas en la aviación capturaron la atención y la admiración del público argentino. Era considerado un valiente pionero y un símbolo de audacia y determinación. Los vuelos y exhibiciones aéreas de Newbery atraían a multitudes de personas que se reunían para presenciar sus proezas. Su carisma, coraje y habilidades como piloto lo convirtieron en una figura muy querida y admirada en Argentina.

Su figura, incluso hoy,   representa el espíritu de superación y valentía, su influencia se extiende más allá de su época, inspirando a generaciones posteriores de pilotos y entusiastas de la aviación. Jorge Newbery nadaba como un pez, boxeaba según las mejores artes y reglas del marqués de Quensberry, nadie le hacía sombra cuando empuñaba sable o florete, remaba como un campeón de Oxford o Cambridge y se atrevió a la velocidad en un volante, incluso.

Los diarios hablaron de sus medallas: campeón de box en 1899, 1902 y 1903. Tres veces campeón sudamericano de florete y vencedor de Berger, campeón francés de espada. Además de su fama como aviador e ingeniero electricista, también era conocido por su carácter amable y su compromiso con la sociedad. Se destacó por su solidaridad y generosidad, participando activamente en acciones humanitarias y de ayuda a los más necesitados.

Esta faceta solidaria y su popularidad contribuyeron a que su legado trascendiera y se mantuviera vivo en la memoria colectiva. Newbery murió en marzo de 1914, cerca de Los Tamarindos (Mendoza) durante un viaje de práctica en aeronave.