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¿Flexibilización o Mercantilización? El debate sobre los Créditos Académicos y el futuro de la Universidad Pública

La educación superior argentina atraviesa un momento de redefiniciones. En un escenario donde la gratuidad, el acceso masivo y la diversidad institucional son características centrales, se abre paso una propuesta que genera tanto expectativas como controversias: la implementación de los Sistemas de Créditos Académicos (SCA).



Por Marcelo Rodríguez

Aunque en Europa los créditos académicos llevan años funcionando como una herramienta para facilitar la movilidad de estudiantes y reconocer los aprendizajes, su desembarco en Argentina no está exento de desafíos. En un país donde la universidad pública se concibe como un derecho social y un bien público, muchos advierten que los SCA podrían transformarse en un arma de doble filo.

¿De qué se trata el sistema de créditos académicos?

La idea no es nueva. Desde la Declaración de Bolonia en 1999, los países europeos han adoptado este modelo para “medir” la carga de trabajo que implica cada materia o actividad académica. No solo se cuentan las horas de clase, sino también el tiempo que el estudiante dedica fuera del aula: trabajos prácticos, lecturas, exámenes.

En teoría, esto permite armar trayectorias educativas más flexibles, reconocer aprendizajes previos y facilitar que los estudiantes cursen materias en distintas instituciones, incluso en otros países. Suena bien, pero… ¿es aplicable a la realidad de Argentina?

Una universidad marcada por las tensiones

La universidad pública argentina tiene particularidades difíciles de ignorar. La gratuidad, el ingreso irrestricto, la autonomía y el cogobierno son conquistas históricas que definen su identidad. Sin embargo, también enfrenta problemas estructurales:

● Altos índices de deserción y baja graduación.

● Marcadas desigualdades sociales y territoriales entre estudiantes.

● Profunda heterogeneidad entre universidades, tanto nacionales como provinciales o privadas.

En este contexto, muchos se preguntan: ¿los créditos académicos ayudarán a resolver estos problemas o, por el contrario, los profundizarán?

Riesgos y advertencies

Especialistas y actores universitarios advierten que, si se aplican sin un enfoque inclusivo y realista, los SCA pueden:

● Aumentar las desigualdades entre universidades con más o menos recursos.

● Convertirse en una métrica burocrática, que mida horas, pero no asegure aprendizajes de calidad.

● Fragmentar las trayectorias educativas, debilitando los perfiles de los egresados.

● Entrar en tensión con la autonomía universitaria y la diversidad de planes de estudio.

Además, detrás de la “flexibilización” podría esconderse un intento de avanzar hacia la mercantilización de la educación, donde la lógica del mercado prime sobre el derecho social a estudiar.

¿Qué camino seguir?

Para que los SCA sean realmente una herramienta útil, y no un factor de desigualdad o fragmentación, es clave que su implementación sea:

Gradual y con pruebas piloto en universidades diversas.

Participativa, con la voz de estudiantes, docentes y autoridades.

Acompañada de políticas de bienestar estudiantil y tutorías.

Pensada en función de la equidad y las realidades locales.

La universidad argentina enfrenta un dilema: ¿podrá aprovechar las ventajas de los créditos académicos sin renunciar a sus principios históricos de inclusión y calidad? La respuesta no es sencilla, pero lo que está claro es que la discusión recién empieza.