
El 10 de abril del año 1867, en la capital riojana se libraba la Batalla de Pozo de Vargas. Un enfrentamiento de las guerras civiles argentinas, entre las fuerzas federales del caudillo Felipe Varela y las del gobierno nacional argentino, dirigido por el general Antonino Taboada, en las para conocer más sobre este acontecimiento, Radio Independiente 99.1 buscó la palabra del Lic. Roberto Rojo.
Consultado sobre los pormenores de este enfrentamiento, el Lic. Relató recordó que fue en el suburbio de la zona de Vargas, el dueño de un pozo de agua donde se concentran los dos ejércitos en pugna al mando de Felipe Varela y Antonino Taboada, quien representaba al Gobierno Nacional.
Ahondando en la historia, Rojo se refirió a los motivos de este enfrentamiento que fue el principio y el fin del federalismo del noroeste argentino, de La Rioja que comenzó con Facundo Quiroga en 1820 y "por casi 50 años, cuando muere Varela tiene una continuidad admirable, en las figuras del propio Quiroga sucedido por el Chacho que luego fue bárbaramente asesinado”.
Según apreció el historiador, 3 años después del asesinato de Ángel Vicente Peñaloza, y sin que surtiera efecto el intento de escarmiento, Varela se levantaba en armas con un ejército muy numeroso para la época, compuesto por 5000 hombres aproximadamente.
Resaltó asimismo el Lic. que Varela, ante las chicanas de Sarmiento, que decía que los caudillos riojanos eran unos bárbaros que no sabían por qué peleaban, “le pone letra a las razones de su lucha, plasmando los fundamentos en su famoso manifiesto, que es un análisis político, social y económico de la época muy brillante”.
Puntualmente, sobre el momento de la batalla, contó que Varela se dirigía a Catamarca cuando se entera de que estaban los nacionales acá en La Rioja. Entonces se vuelve como a las 3 de la tarde, con los caballos y los hombres, agotados por el calor y la falta de agua.
Otro aporte del historiador es que la falta de agua fue una consecuencia del caudillo famatinense Carlos Ángel, que debía esperarlos con caballos, agua y demás y cuando Varela vuelve no había nada de eso.
“Eso además de la superioridad de armas de los porteños al mando del santiagueño Antonino Taboada y ahí comienza el principio del fin del federalismo al perder y dispersarse el ejército de Varela, el caudillo emprende la retirada hacia Salta después pasa a Copiapó donde muere el 4 de junio de 1870, siempre pensando volver”, narró Rojo.
Al referirse a los ideales federales de aquella época, sintetizó ese legado como la resistencia al poder central, la unidad americana de los que, según su perspectiva, “hoy estamos lejos de esos ideales sanmartinianos, bolivarianos y también de Varela”. Y en ese sentido trajo a colación una frase de Abelardo Ramos que decía que “somos un país porque no pudimos ser una gran nación”.
Vale decir que el Lic. describe a Felipe Varela en su libro “Héroes y cobardes en el ocaso federal”, para lo que se basó en expedientes de aquella época.