Tres economistas de extracción liberal cercanos a Milei por su apoyo explícito en la campaña electoral, ahora advierten sobre las graves consecuencias económicas de las medidas del Gobierno nacional. Entre, ellas un posible proceso de depresión económica que tendrá consecuencias mucho más graves que la actual recesión.
A los tres, y a otros más, el presidente Milei se les burló ostensible y ridículamente este miércoles 24 en un encuentro de la Fundación Libertad, a la que acudió el empresariado argentino y la dirigencia liberal del país encabezada por el expresidente Macri.
En su extenso discurso, en el que se mostró gracioso, pese a la grave crisis que afronta el pueblo argentino, hizo chistes y hasta imitaciones en una expresión típica de maltratadores verbales que descalifican, critican, se burlan o exageran errores, en este caso ideologías o pensamientos distintos con actitudes más propias de conductas infantiles.
Melconián y Cavallo
Al primero que apuntó fue a Carlos Melconián, al que sin nombrarlo dijo: “había uno que decía ‘fideos con tuco’... Es más fácil tirar volquetes de estiércol antes que reconocer el error”. Se refería a una comparación que había hecho sobre los dólares disponibles en el país con no tener fideos ni tuco para comer. Melconián es liberal, iba a ser el ministro de Patricia Bullrich si ganaba las presidenciales en 2023. Irónicamente, le respondió al Presidente que sigue sin haber fideos ni tuco.
En otro párrafo respondió a Cavallo, también sin nombrarlo. El exministro de Carlos Menem y de la Alianza, coautor de la Convertibilidad, comenzó elogiando las ideas del libertario, pero estos días se distanció y advirtió que, si no levanta el cepo, Argentina entrará en depresión.
En una charla pública en Cocos Capital, una compañía que enseña a ganar dinero con las finanzas, aseguró que “hasta que no se libere el mercado cambiario, no veo una reactivación", tampoco rebrote económico, sí “un clima recesivo e incluso con tendencia a depresivo, una recesión prolongada. Recién después de esos cambios y que se anuncie un plan de estabilización, la economía va a dejar de declinar".
La crítica del economista menemista apuntó a la falta de un plan de estabilización. Por eso parte del discurso de Milei fue por él al señalar que “quizás por ignorancia o resentimiento dicen que no hay plan de estabilización. Pero entonces, ¿cómo es que baja la inflación?”, se preguntó el Presidente.
El resentido
Todo indica que el economista resentido, al que hizo mención Milei es Carlos Rodríguez, quien en una entrevista con el diario La Nación aseguró que “estamos yendo a una depresión económica y no veo cómo se va a recuperar la caída de la inversión”. Fue jefe del Consejo de Asesores que tuvo Milei en la campaña electoral y se distanció de La Libertad Avanza tras el nombramiento de Caputo como ministro de Hacienda.
Ahora crítico considera que solo tiene en mente bajar la tasa de inflación con “una brutal reducción del gasto en la administración nacional, transferencias a las provincias, obra pública y sueldos”. Así “el FMI está feliz y los tenedores de bonos están contentos con cobrar en junio el AL30 (bonos que cotizan en dólares). Entonces, baja el riesgo país. No importa de dónde sale la plata, mientras la plata esté”. El Estado no es el demonio ni una organización criminal dijo y reconoció que Milei provocó más inflación -denuncia que esta columna política sostiene desde el 10 de diciembre/23 por manipulación de variables para subirla y llegar a una inflación autoinfligida-. La describió explícitamente: “Milei dijo que iba a bajar la inflación y está chocho de la vida. ¡La manera más fácil de bajar la inflación es subirla, para que después baje! Y esto es lo que hizo: la subió al 25% y ahora está feliz porque la bajó al 11%. Pero si Massa la tenía al 6%”.
Recesión y depresión
Los economistas consideran que Argentina está sufriendo una brutal recesión para controlar la inflación a costa del ajuste a los ingresos, caída del consumo y dificultades en la industria y los servicios. No hay indicios de recuperación y la caída para este año se calcula entre el 3,5 y el 4,5%.
Si la recesión se prolonga por varios meses se entraría en depresión con altas tasas de desocupación; bajos niveles de producción e inversión; baja de precios y salarios y quiebre de empresas. El sistema financiero tampoco ofrecería salida con tasas de interés que ya están a la baja que no alientan el ahorro y con buena oferta crediticia pero escasa demanda.
Argentina vivió las peores crisis en la dictadura militar de los 70 y después de la Convertibilidad en 2001. Antes soportó el “crac” financiero de Wall Street en 1929 que impactó en la economía mundial y perjudicó doblemente a Argentina: no podía importar manufacturas y disminuyó la exportación en materias primas. Entonces, los dirigentes liberales que ocuparon el Estado tras el golpe militar de septiembre de 1930, favorecieron un proceso de industrialización para sustituir importaciones. Hoy, otros liberales abren importaciones y perjudican a la industria.
Reacciones
En tanto el clima social, tal cual se viene describiendo pasa de las contradicciones a la sensación de desprotección con breves estados de euforia si baja algún precio o la inflación. Las reacciones son ambivalentes frente al dólar hasta hace unos meses centro de preocupación de los argentinos y hoy desaparecido. De golpe, un país que quería cobrar en dólares, paga con pesos precios en dólares.
El colectivo pasa de la ansiedad heredada del gobierno anterior por la suba de los precios a la angustia creada por el gobierno libertario ante la caída de los ingresos. Se suma el miedo a perder el trabajo por la recesión económica.
Si la depresión individual hace combo con la depresión económica solo quedan esperanzas en la capacidad de resiliencia de los argentinos para adaptarse a situaciones adversas ante la falta de acción del Estado nacional, Ejecutivo, Legislativo y Judicial para paliar esta grave crisis. Lo necesitan quienes confían en que sacrificándose obtendrán bienestar y quienes pretenden que sectores económicos poderosos también aporten al déficit.
Negociaciones
Milei también dijo este miércoles que no necesita que le aprueben leyes para gobernar sin embargo comenzó a negociarlas. Y, así como las universidades públicas convocaron a una marcha que pobló masivamente las calles del país, Milei dio marcha atrás y transfirió a las 65 universidades públicas poco más de $21.888 millones con un mensaje para la tribuna de que las va auditar; a la vez que reconoció que son auditadas por la AGN.
Simultáneamente aceptó recortes, modificaciones y eliminación, -pena de prisión a trabajadores que bloqueen fabricas- para conseguir dictamen favorable a la reforma laboral. Con la nueva mini ley Ómnibus y el paquete fiscal pasó lo mismo, el bloque oficialista y los opositores aliados le hicieron varios cambios y van por más. Todo se decidirá este lunes en la sesión de Diputados porque Unión x la Patria, la Izquierda y parte de la UCR denunciaron que no conocen el dictamen y rechazarán todo. Hacemos Coalición Federal -tal como ocurrió con la mega ley- firmó en disidencia y pide recorte de subsidios a empresas, por ejemplo, Mercado Libre y a las gerenciadas por liberales y funcionarios del gobierno en Tierra del Fuego, para que el ajuste “no recaiga únicamente sobre los jubilados y las clases medias”.
Transparencia y participación
En la provincia, la situación no es diferente, la recesión está presente en cada actividad económica y el gobierno provincial decidió paliar en parte la crisis afrontando la suba de las tarifas del agua y la energía. No se sabe hasta cuándo porque el costo es altísimo.
En el marco de políticas nacionales que ponen límites y hasta eliminan la presencia del Estado en la sociedad, la Convención Constituyente para la reforma de la Constitución de la provincia cerró la recepción de proyectos -muchos de los cuales son precisamente para ampliar políticas públicas- y entra en la etapa del debate en comisiones.
Para garantizar transparencia y participación creó una página web con los 220 proyectos presentados por convencionales, organismos provinciales, instituciones y ciudadanos respecto a los temas que se modificarán o incluirán en la Carta Magna. El objetivo es facilitar la consulta de sectores sociales, políticos, económicos, culturales y medios de comunicación. También transparentar el debate e incentivar a la participación de todo aquel ciudadano, funcionario o autoridad que tenga algo para aportar, cuestionar o apoyar.