Diario El Independiente || Edición Digital
Skip to main content

Consumo de drogas, violencia y medios: la doble vara para juzgar según la clase social

La revocatoria de la prisión domiciliaria de Elián Valenzuela generó un debate sobre la moral social y de las instituciones a la hora de juzgar a una persona conocida que hizo público el consumo de drogas y protagonizó un escándalo público. La opinión de los especialistas.



"A propósito de unos casos. Un adicto cantante quiso secuestrar a una persona armado. Un adicto cantante quiso matar a la madre y a un policía que no le quedó otra que disparar. Un adicto viene de la villa. El otro es un adicto paquete. Uno está en cana, el otro da recitales", tuiteó la médica Mariana Lestelle en referencia a los casos de Chano, el líder de Tan Biónica y del artista L-Gante.

Ambos casos presentan diferencias, especificadas por los especialistas consultados por Télam, pero la publicación abrió un debate sobre cómo se construye la mirada social acerca de una persona que consume drogas y protagonizó un incidente público que afectó a terceros de acuerdo a la clase social a la que pertenezca.

En el año 2021, Chano --quien reconoció su consumo problemático de drogas y estuvo internado varias veces-- recibió en el abdomen el disparo de un policía que llegó a su casa porque la madre del artista había llamado para que lo contuvieran en medio de un episodio psicótico. El agente se sintió amenazado porque Chano esgrimía un cuchillo y usó su arma para repeler el ataque. El líder de Tan Biónica hoy está bien, volvió a dar recitales mientras que el policía fue absuelto.

El 6 de junio de 2023, L-Gante, que admite públicamente el consumo de marihuana y se siente parte de la "cultura cannábica", fue detenido acusado de privar de la libertad y amenazar a dos de sus vecinos.

“Yo llamo a la reflexión. Respeto a Chano, cuya música escucho por un tema generacional. Entiendo su enfermedad. Las dos situaciones en relación al consumo de droga son públicas. Pero a Chano le hicieron pericias toxicológicas cuando atacó al policía y eso fue un atenuante. L-Gante consume marihuana y alcohol, y las drogas psicoactivas te pueden inhibir el control de impulsos. Yo me pregunto, ¿le hicieron pericias toxicológicas y psicológicas para saber cómo estaba en ese momento? Se podría pensar que tiene un consumo problemático de drogas y está recontra probada la relación del consumo de drogas con la infracción de la ley. La mirada médica y social en ambos casos no son parejas", dijo a Télam Mariana Lestelle.

Carlos Damin, médico toxicólogo, director de Fundartox y jefe de toxicología del Hospital Fernández, coincidió con Lestelle en que se mira de disinto modo a una persona que consume drogas de acuerdo con su extracción social.

“La sociedad hace mucha diferencia hasta en la denominación. Es raro que se le diga ´drogadicto´a uns persona de clase media o alta que consume. Al pobre se lo llama drogadicto, el que no es pobre tiene problemas con una sustancia”, describió.

 

Uso, abuso y dependencia

Damin explicó las distintas instancias para definir el consumo de sustancias psicoactivas. "El universo de los consumidores de sustancias psicoactivas se divide entre usuarios, abusadores y dependientes. Hace 'uso´ de sustancias el 70 por ciento del universo de consumidores, entre un 20 y un 23 comete abuso de sustancias y entre un 3 y un 5 por ciento son dependientes. Dependiente es que el que no puede parar de consumir y si lo hace le aparece un problema", ejemplificó Damin.

En esa lína, Emilio Ruchansky, periodista y autor del libro "Un mundo con drogas", afirmó que la mirada de clase sobre sobre el consumo existe, pero planteó otro tipo de inquietudes a la hora de problematizar el tema.

"Es cierto que cuando tenés plata y tenés un problema de consumo tenés más probabilidades de que te atienda un profesional de la salud y no la policía", dijo a Télam.

Pero dijo que no acuerda con que L-Gante tenga un problema de consumo problemático de drogas. "Lo que molesta de él es que promueve la cultura cannábica, lo que hizo no tiene nada que ver con su consumo", opinó.

"Cuando tenés plata y tenés un problema de consumo tenés más probabilidades de que te atienda un profesional de la salud y no la policía”, dijo Emilio Ruchansky.

A su modo de ver, el problema más grave en este momento es que la ley vigente penaliza la tenencia de drogas. Férreo defensor de la ley de Salud Mental, Ruchansky consideró que hay que cambiar la normativa.  "En Argentina, aún criminaliza el consumo y el grado de criminalización depende de la clase social a la que se pertenece”.

Julieta Calmels, subsecretaria de Salud Mental, Cnsumos Problemáticos y Violencias de Género del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, habló en términos generales de cómo el consumo está atravesado por distintas variables.

“Están los determinantes morales y la clase social. A algunas sustancias las llamamos drogas y a otras no. A alguien que toma tranquilizantes o alcohol no lo identificamos como consumidor de droga. Llamamos droga a lo que no está legalizado”, explicó.

Y sin embargo, es una droga legal la que encabeza el ranking de consumos problemáticos. “En términos de consumos problemáticos, el alcohol encabeza en todas las edades y en todas las clases sociales. Es la droga que forma parte de rituales de iniciación y la que empieza su consumo a una edad más temprana”, explicó.

“En términos de consumos problemáticos, el alcohol encabeza en todas las edades y en todas las clases sociales. Es la droga que forma parte de rituales de iniciación y la que empieza su consumo a una edad más temprana”, sostuvo Julieta Calmels.

Y agregó que "sea legal o ilegal la sustancia, lo que define el tipo de consumo es la relación del consumidor con la sustancia, si hay una afectación a alguna esfera de la vida".

Calmels insistió en la importancia de que los sistemas de salud no juzguen a las personas que se acercan en una situación de abuso. “En los sistemas de salud también hay morales sociales. Estamos trabajando para que cuando llega alguien con un consumo problemático se lo entienda como un tema de salud y no se lo juzgue”, contó.

Y recordó la triste experiencia de Puerta 8, en el partido Tres de Febrero, el episodio en el que muchas personas fallecieron por la ingesta de cocaína adulterada.

"Muchas de esas personas no acudieron al hospital o se iban apenas las atendían o no querían dejar del documento", finalizó.

 

Fuente: Télam



Te puede Interesar