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Emblema de la democracia Argentina, que perdura en el tiempo

Cuarenta y un años, que gozamos de libertad, paz y tranquilidad y saber que podemos elegir libremente nuestros representantes políticos, mediante el voto popular que es el mas sagrado de los derechos cívicos, como lo afirmaba el expresidente Carlos Pellegrini.



Por: Dra. Ramona Sánchez de Rojas.

Hoy recordamos el vigor, la energía, el ímpetu con el que el Dr. Alfonsín transmitía el mensaje más patriótico, recitando el preámbulo de la Constitución Argentina, que hacia vibrar las fibras mas íntimas de nuestra argentinidad.

Fue un líder señalando la necesidad de sacar a la Argentina de largos años de decadencia y frustración.

Bregaba por la consolidación y el fortalecimiento de nuestra recuperada democracia, donde todos los habitantes gozaran de los mismos derechos y beneficios, sin distinción de clase política, económica o social.

Los argentinos gozamos de ella y avanzamos en nuestras convicciones, no permitiendo que ningún gobierno totalitario azote nuestro país, socavando nuestra bendita democracia.

El Dr. Alfonsín siempre apostaba al consenso y apelaba a la reflexión, al sistema republicano, a la división de poderes y a la justicia controlando el poder ejecutivo.

Tenia el sentido del honor marcado a fuego.

La trayectoria y el pensamiento del Dr. Alfonsín, sigue incitando a la reflexión, sobre el presente y el futuro de la Argentina, ya que la democracia requiere, además de las instituciones constitucionales, la existencia de demócratas, ciudadanos que comprendan que la nación se construye con acuerdos y divergencias.

Desplegaba, valor y coraje en sus acciones así lo manifiesta el ministro de cultura sandinista de Nicaragua, el celebre sacerdote marxista Ernesto Cardenal, al decir “Alfonsín sería un loco si pretendiera juzgar a los militares mientras sigan teniendo las armas”.

Cardenal, se equivocó, ya que el presidente Alfonsín logró juzgarlos, y sentar precedentes para toda Latinoamérica, “NO MAS GOLPES MILITARES, QUE INSTALEN DICTADURAS POR LA FUERZA DE LAS ARMAS”. Esto ya ni será posible.

Uno de sus grandes logros, el MERCOSUR, para afianzar la democracia que irradió libertad desde Argentina.

Fue fiel a las instituciones legitimas, para el bien de todos y cada uno, en especial para los mas desventajados de la sociedad.

La ejemplaridad que el Dr. Alfonsín mostró como presidente la mantuvo en el llano como opositor, lo que realza la figura del demócrata.

Uno de sus mayores logros, el juicio a las juntas militares, respetando la ley, la Constitución, y los reglamentos militares.

Para el Dr. Alfonsín, la Democracia Republicana, defensa de los derechos humanos, constituyen dos ejes centrales de su legado.

Evitar las confrontaciones y los consensos predominen sobre los disensos en acuerdo de políticas de estado.

Fue y seguirá siendo estandarte de paz y libertad en nuestra reciente y gloriosa democracia.

El pueblo argentino llevará su nombre como un iluminado que vino a terminar con alzamientos militares que llevaron al país a años de atraso y frustración.

La trayectoria y el pensamiento del Dr. Alfonsín siguen vigentes en Argentina y ojalá perdure en el tiempo.

Su convicción, la democracia entre acuerdos y divergencias, lejos de banderas políticas o intereses partidarios. 

Fue un demócrata practico y cada vez que hubo un problema de gobernabilidad, no pensó en intereses partidarios, ni personal, sino en aportar a una solución.

Recordémoslo como fue un hombre emblemático, que deseaba y ansiaba que la Argentina pudiera nacer, amar, trabajar, vivir y morir en democracia.

Su rezo laico. 

“Con la democracia se come, con la democracia se estudia, con la democracia se cura”. 

Así sea.