Fabián Bonaldi, propietario de una carnicería, se refirió al panorama del sector, la caída en el consumo de carne roja y los cambios de hábitos de consumo en los riojanos por la crisis. En las últimas horas se conoció que el precio de la carne vacuna promedió es de $7.445 por kilo al consumidor en julio de este año. Este valor representa una disminución del 16% en términos reales en comparación con el precio registrado a finales de 2023. Según un trabajo del IERAL de la Fundación Mediterránea, la reducción de precios tuvo un impacto para mitigar la inflación en lo que va del año.
Bonaldi en contacto con Medios El Independiente contó sobre la situación del sector y la baja en el consumo de carne en la Capital, “el estudio que se hizo, esa baja del 16 por ciento en términos reales, no significa que la carne haya bajado en este último tiempo algo. No bajó nada, el precio se sigue manteniendo, no hubo una disminución de costos en la carne. Lamentablemente sigue el mismo precio, lo que sí está estacional, no está aumentando. La baja demanda hace que también no aumenten los precios. Cayó en un porcentaje muy elevado que ronda mínimamente un 30 por ciento interanual. El precio de la carne estacional está respondiendo por la fuerte baja de la demanda”.
Indicó además que los consumidores buscan productos alternativos a la carne roja como el pollo o el cerdo, “aunque tuvieron un fuerte aumento, el cerdo aumento un porcentaje del 25-30 por ciento pero todavía está por debajo del precio de la carne. Hace dos meses atrás era la mitad de lo que estaba la carne vacuna. Ahora con este porcentaje, disminuyó la venta del cerdo”.
El empresario explicó que por las subas desmedidas, “se cambiaron las formas típicas de vivir del argentino, éramos siempre fuerte consumidores de carne. El domingo no faltaba el asado, en la juntada de amigos, y eso lo evidencio muchísimo. Se disminuyó la costumbre de comer el asado, como también la compra diaria. Antes la gente te pedía un kilo de bife, si la sobraba la guardaba. Ahora la cuentan bien, se compran cuatro bifecitos, compran molida porque tiene muchos usos. Aprovechan a buscar algo que no tiene desperdicio. Comerse un puchero es un lujo, la verdura tampoco está barata. Van a los cortes que más rinden”.
Indicó también que su local recepta Chachos y fue bueno y rápido el reintegro del dinero tal como lo prometió el Gobierno local.
Por último destacó que es delicada la situación del sector por el alza en las tarifas y las bajas ventas por la crisis económica que golpea a todos.