La politóloga chilena estimó que es "una ilusión" la idea de que existe una derecha "no pinochetista" en el país. Habló, además, de los desafíos del Gobierno del presidente Gabriel Boric para crear "puentes" parlamentarios con una derecha negacionista de los crímenes de la dictadura, de la separación de los debates de palacio y de las "élites" respecto a las preocupaciones sociales.
Chile vive una "polarización" a partir de la radicalización de una derecha que "salió del clóset" y actúa "como si estuviera gobernando", dijo a Télam la analista chilena y fundadora de Latinobarómetro, Marta Lagos, un día después de las conmemoraciones por el 50 aniversario del golpe de Estado liderado por Augusto Pinochet contra el presidente socialista Salvador Allende.
La analista estimó que es "una ilusión" la idea de que existe una derecha "no pinochetista" en el país y habló también de los desafíos del Gobierno del presidente Gabriel Boric para crear "puentes" con una derecha negacionista de los crímenes de la dictadura, de la separación de los debates de palacio y de las "élites" respecto a las preocupaciones sociales.
- Télam: ¿Qué período se abre el día después del 11 de septiembre, en el que las diferencias de los sectores democráticos y la derecha quedaron expuestas?
- Marta Lagos: El problema es que se produce una especie de efecto precipicio, porque llegamos al borde de un abismo en que el país, o fundamentalmente la elite, se divide en dos. Se cortan las relaciones entre estos dos bandos, pero el político tiene que saber que existe el futuro. ¿Cuál será la estrategia después de esto? Esto ha dejado un momento muy complicado para el Gobierno, porque la pregunta es cómo va a trabajar con esta oposición que ha tomado esta posición ideológica dura a favor del golpe. Se ven pocas perspectivas de que se pueda hacer algo con ellos legislativamente.
Boric fue criticado por la extrema derecha por su propuesta de firmar el acuerdo democrático “Compromiso de Santiago”, pero cuando convocó al expresidente Sebastián Piñera a firmarlo, hubo detractores entre la izquierda
Claro, pero es la derecha entera, porque creo que es una ilusión pensar que existen dos derechas. Aquí existe una derecha pinochetista y esta tiene dos grados de dureza o de blandura. Está los más blandos, RN (Renovación Nacional), y los más duros, la UDI (Unión Demócrata Independiente), que son de extrema derecha, pero no existe la derecha no pinochetista. No estamos frente a una derecha moderna que ha sido capaz de librarse del pinochetismo. Piñera es un afuerino en la derecha, él viene de la Democracia Cristiana, votó por el "No" (en el plebiscito que propuso Pinochet para continuar en el poder), es una persona que la derecha necesitó para llegar al poder, porque no habría llegado con una persona de ellos. Era un puente, pero eso no refleja lo que es la derecha hoy.
Los diarios de este martes, como el caso de El Mercurio, titularon que las conmemoraciones del 11 de septiembre de este año fueron las más polarizadas, ¿cree que la polarización se agudizó porque el Gobierno enfatizó su posición?
Tengo la opinión contraria. La derecha ganó con el 62% el 4 de septiembre del 2022 (en el plebiscito en el que se rechazó el proyecto de Constitución) y luego el Partido Republicano (del candidato a presidente José Antonio Kast) sacó (este año) la mayoría en el Consejo Constitucional, y eso le dio el poder, la arrogancia y la base para hacer como si estuvieran gobernando. Esto no estaría sucediendo si no se hubiera rechazado la Constitución con un 62%. Están sentados sobre ese porcentaje y creen que tienen una mayoría absoluta. La derecha siempre fue pinochetista y como dijo el senador (de la UDI Iván) Moreira, salieron del clóset. La polarización se produce porque por primera vez -porque en los dos gobiernos de Piñera no tuvieron mayoría- tiene ese nivel de apoyo popular. Se emborracharon con el poder. La polarización no se produce porque el Gobierno defienda los derechos humanos. Si se revisan los programas televisión de cuando se cumplieron los 30 y 40 años, se dijo más o menos lo mismo. El problema es que por primera vez la derecha dice 'bueno, ya me cansé, ahora tengo piso para decir lo que se me dé la gana', cuando nunca lo habían dicho así.
¿Cree que estas son discusiones de Palacio o reflejan un debate social?
Al 70% de los chilenos no les interesa la política, ya desde antes, y consideran que los partidos políticos están terminados. Hay un bajísimo interés en la política, hay un desprecio por los partidos, y un alejamiento del establishment. El 70% del país dice que aquí se gobierna para unos pocos y no para la mayoría. Es decir, sin importar lo que la élite haga, hay un rechazo a la élite. Por eso es tan probable que se rechace la (nueva propuesta de) Constitución porque la gente no va a votar en contra de ella, va a votar en contra de cualquier cosa que proponga esa élite. Es un problema de la elite, están atrapados entre ellos mismos. Se pusieron al borde del precipicio. Y el pueblo no los va a venir a rescatar. Es una situación límite.
¿Considera que el Gobierno propició mayores instancias de debate sobre la revisión de ese período que la derecha llama a “dar vuelta la página”?
Por supuesto, enfatizó y profundizó el debate, pero pisó el palito. Toda vez que la derecha dijo que apoyaba el golpe, reaccionó. Yo no sé si el Gobierno habría hecho lo que hizo si la derecha no hubiera dicho que apoyaba el golpe. Fue una reacción a que distintos miembros de los partidos empezaron a decir que Pinochet lo había hecho muy bien, que era inevitable el golpe, que el golpe está plenamente justificado. No me queda claro que el camino del Gobierno hubiera sido lo mismo. Creo que se produjo una defensa exacerbada de Salvador Allende que no se había producido en ninguno de los otros aniversarios. También porque se le empieza a atacar. También el Gobierno produjo estas agendas, muy propia de la izquierda, muy encerrada en sí misma, pero tampoco había muchas posibilidades de tender puentes cuando enfrente dicen que Pinochet vino a salvar a la democracia. Nadie que viene a salvar a la democracia bombardea La Moneda.
Dijo que hasta ahora la derecha no gobernó con un candidato tan propio, ¿cree que Kast tiene chances de disputar las próximas elecciones aun con una perspectiva de que vuelva a fracasar el proceso de aprobación de una nueva Constitución, revisada por su espacio?
Ha demostrado que tiene un poder enorme porque él alineó a la derecha. También es uno de los factores que hizo que la derecha estuviera tan dura y le tengan miedo. La derecha está insegura, se siente vulnerable frente a Kast. No entienden cómo sacaron tantos votos y la vieja derecha, la UDI y RN, nunca pudo sacar esa cantidad de votos. Entonces están en este juego de que se acercan y se alejan. Pero después de la conmemoración del 11, está debilitado. Creo que se está quemando sus puentes. No solo por el tema constitucional, sino por la dureza de sus respuestas y el apoyo a Pinochet. Y aunque (él y su partido) tenga mayoría (en el Consejo Constitucional), hay un 60% del país que fustiga a Pinochet. Entonces, cómo hace Kast para ir más allá de Pinochet después del 11, es muy difícil.
Fuente: Télam