07/08/20
En los últimos días experimentamos temperaturas elevadas para esta época del año, llegando a los 25 grados de sensación térmica en pleno invierno. Parece que volveremos a la normalidad con las lluvias, pero con ellas se espera un notorio descenso de la temperatura luego del fin de semana. A las variaciones normales del clima, hay que sumar los cambios que se encuentran en exteriores e interiores, debido a la utilización de la calefacción. Todos estos desajustes térmicos pueden impactar gravemente sobre el organismo. ¿Qué consecuencias tienen para la salud?.
Es importante destacar que los cambios de temperatura en sí no provocan enfermedades víricas o bacterianas, sino que debilitan a nuestro organismo y nos hacen más propensos a padecerlas. Tanto las temperaturas altas como las bajas ejercen un efecto sobre nuestra salud y son determinantes en el centro termorregulador corporal, ejerciendo un efecto adverso en algunas de nuestras funciones fisiológicas, e incluso, modificando el poder de nuestras defensas.
Por ejemplo, las temperaturas extremas de la calefacción favorecen la transmisión y contagio de gérmenes y se identifican varios síntomas o patologías asociados a la calidad y la temperatura del aire dentro de los hogares: sequedad, picazón, lagrimeo y enrojecimiento ocular, congestión y goteo nasal, estornudos, resfriado, dolor de garganta, asma, rinitis, tos seca, bronquitis, dolor de cabeza, somnolencia, letargo, irritabilidad, ansiedad, náuseas, mareos, exceso de sudoración, etc.
En estos ajustes, el sistema inmunológico cumplirá un rol fundamental debido a que es el encargado de defender al organismo ante bacterias y virus. A través de una reacción organizada, el cuerpo ataca y destruye los organismos infecciosos que lo invaden. Un sistema inmunológico débil o menos activo de lo normal nos convertirá en un blanco fácil para contraer infecciones bacterianas o virales a repetición, e incluso enfermedades más severas. Reforzarlo y estimularlo ayudará a prevenir una gran cantidad de patologías.
Recomendaciones para protegernos de los cambios de temperatura:
1. No esperar a tener sed para hidratarse, beber más agua de lo habitual y evitar las bebidas alcohólicas o muy dulces.
2. Evitar comidas abundantes.
3. No exponerse al sol sin protección de filtro solar y realizarlo en los horarios recomendados para evitar daños en la piel.
4. Estar preparados para un eventual cambio brusco de temperatura. Llevar siempre un abrigo liviano.
5. Lavarse las manos es una de las mejores maneras de evitar enfermarse, eliminar los microbios y prevenir transmitirlos a otras personas.
6. Mantener los filtros de los aparatos de los aires acondicionados frío/calor y calefacciones limpios.
7. Evitar los cambios bruscos y frecuentes de temperatura para permitir que el organismo se adapte gradualmente.
8. Consultar al médico en caso de síntomas importantes o persistentes.
Asesoró: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776), médico, investigador y Director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti” . Acerca del Instituto de Inmuno Oncología Dr. Ernesto J. V. Crescenti: Ámbito multidisciplinario dedicado a la prevención, diagnóstico y tratamiento de pacientes con cáncer y pacientes diagnosticados con enfermedades en las cuales se presenta una alteración del sistema inmunológico.