Al cumplirse este domingo 35 años de la guerra de Malvinas; que duró 74 días y en ella murieron 649 argentinos, muchos de los cuales hoy siguen siendo NN en el cementerio argentino de Darwin. Producciones 395i realizó una entrevista al soldado que cuidó al único prisionero de la guerra de Malvinas..
En el marco de la conmemoración del 2 de abril, Renzo Ormeño quien durante la guerra de Malvinas estuvo en la Base Aérea de Chamical, en una entrevista realizada para Producciones 395i, nos cuenta un aspecto poco conocido de esta contienda. El fue uno de los soldados que tuvo la misión de vigilar al único prisionero de guerra inglés, alojado en la Base Aérea de Chamical.
Primero manifestó que “muchas cosas se cuentan de la parte de combate, pero otras que pasaron el continente se olvida” dijo Ormeño al tiempo que añadió que “el 21 de mayo del 1982 el piloto Jeff Glover fue capturado porque su Harrier fue derribado por un misil lanzado por comandos argentino”.
Continuó diciendo “enviaron órdenes a la Base Aérea Militar de Chamical, donde era un lugar que reunía condiciones para tener prisioneros, y este inglés estuvo desde el 23 de mayo hasta 5 julio de 1982 en la base Chamical”.
Consultado sobre cómo se les informa que el país estaba en guerra expresó “el tema de la guerra fue para nosotros algo que nos sorprendió porque un día viernes nos dan el primer franco después de haber entrado el 4 de enero del 82 a hacer el servicio militar común como se venía haciendo, y ese día nos vuelven de la puerta a muchos de nosotros que ya nos íbamos de licencia, nos hacen formar en la plaza de armas y nos comunican que estábamos en guerra”.
Asimismo agregó “a partir de ese momento la historia cambió, en cuanto al trato del soldado, a las cosas que teníamos que hacer ya no eran ejercicios comunes lo que realizábamos sino bélicos”.
“Nosotros no sabíamos que la base Chamical de Chamical se iba a tomar como lugar de detención de prisioneros, nosotros estábamos haciendo todo tipo de acciones bélicas por grupos” añadió “cuando nos llevaron a un hangar a todos los soldados, éramos como 120, nos dan el armamento y todo para ir a Malvinas y la gente de servicio pasa a hacer guardia”.
Y luego “una tarde, sin decirnos nada, llevó una avioneta y aterriza, vemos una serie de movimiento de autos por la llegada de esta y al otro día eligieron a varios soldados para cuidar a un prisionero que vino herido de la guerra de Malvinas” manifestó Ormeño.
También recordó que este prisionero “es alojado en la pieza 4 del Casino de Oficiales, y la consigna fue realizar la custodia con soldados en las ventanas y en la puerta, y no cruzar palabras con él”, sin embargo, “yo si crucé algunas palabras con él, me preguntó a su modo de hacerse entender si yo era casado, yo en ese momento le tenía miedo porque no sabía lo que me podía hacer, en la pequeña conversación me dijo que tenía dos hijos”.
Señaló también que el piloto inglés “estaba en esa pieza y el cabo Villanueva le hacía curaciones todas las mañanas, y en dos oportunidades lo visitaron los de la Cruz Roja Internacional para verificar el trato que recibía el prisionero de guerra”.
Remarcó que “la Cruz Roja a través de los convenios de Ginebra exigía el cuidado de un prisionero de guerra, nosotros cumplimos, es más él estaba mejor que nosotros, comía de lo mejor, comía lo mismo que los oficiales” dijo.
Con respecto a cómo recibían noticias y datos de la guerra dijo que “a nosotros siempre nos reunían en la plaza de armas, y ahí nos decían que íbamos ganando y a través de unos parlantes ponían la marcha de Malvinas, nos incentivaban”, comentó.
En cuanto a la vestimenta del prisionero, Renzo Ormeño dijo que “él estaba mejor equipado que nosotros, tenía borcegos con abrojo, un traje de piloto de avión térmico, con menos peso”.
En su relato comentó que “así como llegó de sorpresa lo llevaron así sin decir nada”. Además dijo “lo que si averigüé en los registro que están saliendo a la luz, es que este prisionero de guerra cobró dos cheques del Banco Nación de 50 dólares, yo no sabía que se le pagaba a los prisioneros de guerra”.
Por su parte recalcó que “hay mucha información que no sale y que está ahí y capaz que sea por conveniencia propia de los estados, acá se cuenta una parte de la historia es muy triste de lo Malvinas pero también es muy triste lo del continente, de compañeros que cargaban aviones y muchas otras cosa”.
Con mucha emoción y su voz quebrada contó que los soldados que quedaron “queríamos ir, cuando en una de las noches cuando eligieron a los soldados, nos preguntaron quién quería ir y todos hicimos el paso al frente, sin saber a dónde íbamos, pero el patriotismo que nos salía de dentro era grande, y a todos los soldados que quedamos, nos quedó la lucha interna de que no vamos a tener revancha, y nos preguntamos por qué nosotros no fuimos si nos necesitaban”.