
En el marco del Día Mundial de la Tuberculosis, el médico infectólogo y director de Enfermedades Transmisibles, Eduardo Rombolá, se refirió a la enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo. Síntomas, diagnóstico, y prevención.
Rombolá en contacto con Medios El Independiente precisó sobre la enfermedad, “es un tema importante que muchas veces fue olvidado en nuestro contexto de la problemática del circuito de lo que es salud y enfermedad. La mayoría de las personas no nos quejamos de tener dolencia o problemas, y mientras estamos en esa situación decimos estamos sanos. La tuberculosis es una infección y es una enfermedad. Muchas veces, quizás la mayoría de nosotros estemos infectados y nunca nos demos cuenta que lo estamos. Es una infección que puede no manifestarse a lo largo de la vida, podemos infectarnos y nunca enfermarnos. Probablemente haya un porcentaje alto de personas que estén infectadas. Las personas que se infectan. La mayoría tienen una mecánica de bloqueo a la infección y la controlan, y nunca se van a enterar que se infectaron. Hay otro porcentaje de personas que en algún momento de su vida tienen alteración inmunológica, favorece que esa bacteria se multiplique y comience a desarrollar una patología primero, y luego manifestaciones clínicas que se vivencian por los síntomas clásicos”.
El profesional de la salud indicó sobre los síntomas característicos, “puede ser tos persistente de más de 15 días, meses, perdida de peso, fiebre persistente, que suda mucho. Síntomas que van progresando en el tiempo, las personas consultan creyendo que es una gripe, los tratan varias veces con antibióticos comunes, antialérgicos, descongestivos, y la persona sigue teniendo los síntomas sin mejorar. Mientras, va perdiendo peso, desmejorándose en forma general. Esta tiene que ser una alarma, la persona que consulta varias veces y no le solucionan el problema. Es cierto que se confunden con otras situaciones como un fumador con problemáticas respiratorias, o los alérgicos que tienen un fenómeno alérgico local que hace que confunda este cuadro de tos persistente”.
Sobre los estudios que se realizan dijo “la infección crónica se puede autolimitar, puede ser que una persona controle la bacteria y la haga desaparecer. Y hay un porcentaje que no lo va a poder hacer, inclusive algunos que van a evolucionar de esa infección a una enfermedad. Tiene que ver mucho la inmunidad, la edad. Los niños menores de 5 años están predispuestos a desarrollar enfermedad a partir de la infección, las personas con VHI, las personas trasplantadas, con insuficiencia renal en diálisis, personas que pueden dar con alguna alteración en su inmunidad o porque la misma enfermedad de base la predispone o reciben medicación para bajar la inmunidad. Otro grupo serian los que reciben tratamiento por una artritis reumatoidea, lupus, personas que bajan sus defensas y hacen que la bacteria se encuentre libre para multiplicarse. Una vez que se produce la patología en el pulmón se puede diseminar a los órganos”.
Sobre cómo nos damos cuenta su estamos infectados, Rombolá acotó “hay una menara de hacerlo a través de la prueba que mide el contacto con la bacteria. Esa prueba no es perfecta. Es una aproximación que es útil. También lo estudiamos en personas que estuvieron expuestas a pacientes con tuberculosis activa pulmonar”.