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"No hay que usar el bisturí para las correcciones fiscales, sino una motosierra"

Así lo manifestó el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger en un seminario en Santiago de Chile, donde destacó los avances y desafíos pendientes en materia de desregulación y transformación del Estado. Además, explicó la aplicación de la "motosierra 2.0".



El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, destacó hoy que el Gobierno de Javier Milei avanza en "desarmar las estructuras de poder que provocaron la decadencia del país durante varias décadas, en base al superávit fiscal y a la libertad económica".

Por este motivo, enfatizó que la corrección fiscal determinada a través de una reducción del gasto público –en lugar de una suba de impuestos- tiene un efecto expansivo sobre la economía. Y, con este fin, adelantó que este año el recorte del gasto se acelerará con la “Motosierra 2.0”.

Al disertar hoy en el Centro de Estudios Públicos (CEP) en Santiago de Chile, el funcionario explicó los pilares económicos del Gobierno, destinados a consolidar el crecimiento económico del país en base a la desregulación y la transformación del estado.

“La Argentina ha sido una calamidad y un desastre en sus políticas económicas durante los últimos 50 años. Dejó de crecer a principios de los años 70 y pasó de ser un país que cuando yo nací era más rico que España, a uno que cuando Javier Milei asumió la presidencia tenía 50% de pobres”, indicó.

Sturzenegger afirmó que “las correcciones fiscales a través de la baja del gasto público son expansivas y por eso en un año la economía creció 5%”. Además, explicó que la cartera está focalizada en la Motosierra 2.0 para eliminar las áreas que el Gobierno considera innecesarias, por lo que este año el ajuste “se acelerará” para sostener el superávit fiscal. “Este superávit fiscal transformará a la Argentina en forma permanente”, acotó.

El segundo eje del Gobierno es la libertad económica, destacó, antes de detallar las principales medidas de desregulación para promover el desarrollo del sector privado como herramienta para el crecimiento del país. En este sentido, indicó que el equipo que lidera se ocupa de derribar “murallas” basadas en distorsiones vigentes hace décadas, en algunos casos. En particular, mencionó las trabas que se han ido eliminando en el sector agroalimentario e industrial, entre otros.

“La Argentina es un país demasiado estable, con una estructura de poder armada para generar rentas en un Triángulo de las Bermudas en el que vivimos: la casta de los sindicatos, que se llevan el 5% de los salarios, algunos empresarios, y su gran gestor político que es el peronismo, el partido del statu quo. La única manera de desarticular eso es quebrar esa estructura de poder”, explicó.

“Este sistema de castas está en la ley y por lo tanto la única manera de desarmarla es cambiando las leyes. Por ese motivo, durante dos años revisamos las leyes que había que derogar y modificar, con un equipo de siete personas, sin leer papers ni hacer reuniones, sino preguntando qué problema hay y cómo se puede solucionar”, recordó. 

“Las reformas económicas tienen dos planos: uno es el de los economistas, en el que se analiza la dimensión técnica, y el otro es el plano político, para determinar la sustentabilidad de las reformas. Y para mí el segundo plano es fundamental, por ejemplo, para eliminar los privilegios sindicales, y fomentar la competencia entre los empresarios”, indicó.

“El Presidente Milei es una persona que nos apoya mucho y eso es fundamental para avanzar en estas reformas. Tenemos que terminar de desarticular esta estructura de poder que nos dejó en el triángulo de las Bermudas y provocó que más de dos millones de argentinos se fueran del país: jóvenes de todos los estamentos sociales. Y este cambio que llevamos adelante con las ideas de libertad es una oportunidad única para revertir esa situación”, explicó.

Además, afirmó que “no hay que usar el bisturí para las correcciones fiscales, sino una motosierra” y que “la desregulación es una estrategia propyme y anticorrupción”. “Hay que evitar la tentación de las palabras simplificación y modernización, porque el Estado no moderniza, atrasa; y la simplificación es una trampa porque nos impide pensar si una medida debe estar o no”, explicó.