En medio de un clima de incertidumbre laboral, la Intersindical La Rioja lanzó una grave advertencia sobre la iniciativa nacional que propone implementar un sistema de autoservicio de combustibles en las estaciones. Según Jorge Reynoso (Camioneros), la medida podría poner en peligro hasta 70.000 empleos en el sector.
La propuesta, que está siendo impulsada por la secretaría de Energía de la Nación, busca permitir que los consumidores manipulen los surtidores de combustible por sí mismos. Por su parte, Nicolás “Achín” De La Fuente (ATSA) criticó la idea, calificándola como “una locura total en medio de esta crisis” y enfatizó que no solo desataría un impacto negativo en el empleo, sino que también podría conllevar serios riesgos de seguridad.
“Cerca de 70.000 trabajadores podrían perder sus puestos”, advirtió Reynoso, quien además mostró su apoyo al S.U.O.E.S. de Cuyo, el sindicato que agrupa a los empleados de estaciones de servicio. El dirigente destacó que, a pesar de que el costo del personal representa un pequeño porcentaje del precio final del combustible (alrededor del 3 por ciento), la implementación del autoservicio no traerá beneficios claros ni para los consumidores ni para los empresarios.
Asimismo De La Fuente también subrayó que los empleados de estaciones de servicio son los únicos capacitados para manejar la venta de combustibles, realizar controles de fluidos y garantizar la seguridad de los clientes en un ambiente tan potencialmente peligroso. Según él, permitir que cualquier persona manipule combustible podría aumentar considerablemente el riesgo de accidentes e incendios por conductas imprudentes.
La preocupación en torno a la precarización del empleo en el sector se suma a un contexto económico ya complicado, lo que ha llevado a muchos a cuestionar la viabilidad de propuestas como la del autoservicio. Con una crisis laboral a la vista, el futuro de los trabajadores de estaciones de servicio permanece en la incertidumbre, a la espera de que la administración de Javier Milei reevalúe sus decisiones.
Con esta problemática en el horizonte, el debate sobre la seguridad, la economía y el futuro del trabajo en el sector de combustibles se torna más urgente, y las voces de los sindicatos se escuchan cada vez con más fuerza.