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Amor de madre: Convivir con el dolor de perder a un hijo

Como cada tercer domingo de octubre, en Argentina hoy se honra y celebra a la figura materna. Por ello, Medios El Independiente dialogó con Viviana Gramajo, quien hace dos años perdió a su hijo mayor tras una intensa lucha contra la leucemia y sobrevive al dolor de su ausencia sostenida y acompañada por su hija Maylen.



Viviana tiene 48 años y actualmente vive en Malanzán. Fue mamá por primera vez a los 25 de su único hijo varón, a quien llamó Guillermo. Luego, se convirtió en madre por segunda vez, cuando dio a luz a su única hija mujer, llamada Maylen, junto a quien convive en su casa ubicada en la cabecera del departamento Juan Facundo Quiroga.

Ella aseguró que ser madre es lo mejor que le pasó y que si pudiera volver a darle vida a sus retoños lo haría sin dudarlo. “Ellos ocupan todo mi corazón; son lo más grande que hice y mi más grande amor”, afirmó conmovida.

También contó que cuando decidió traer al mundo a su primer hijo, lo hizo convencida de amarlo, acompañarlo y defenderlo mientras ella tenga vida. Pero el destino se hizo presente con un desenlace impensado. Lo amó, lo acompañó y lo protegió durante los cortos 21 años de su primogénito, quien batalló contra la leucemia hasta su último suspiro.

“El dolor de haber despedido a un hijo me va a acompañar siempre. Es un dolor indescriptible”, comentó Viviana, a un poco más de dos años de haber afrontado una pérdida irreparable.

Sobre el proceso que transitó junto a su hijo, durante un par de años, luchando contra una enfermedad que generó cambios significativos en sus vidas, Viviana dijo que se aferró a la fe.

“Después del diagnóstico que nos dieron en La Rioja, viajamos a Córdoba, donde estuvimos un largo tiempo hasta que se logró hacer el primer trasplante, que involucró a mi otra hija, quien fue la donante de médula ósea de su hermano”, recordó; y agregó emocionada: “fue un período de mucho dolor y mucha intriga, pero con mucha fe logramos salir adelante y mi hijo pudo retomar su vida por un año, con todos los cuidados que se requería, pero lamentablemente volvió a recaer; y, a pesar de un segundo trasplante, no pudo vencer la enfermedad".

En ese lapso, en donde pausó su vida para dedicarse a acompañar a su hijo que la necesitaba entera y fuerte, Viviana también debía pensar en su hija menor, quien con 15 años asumió la despiadada realidad que atravesaba a su familia y sumó sus fuerzas para tirar para el mismo lado. 

"Los procesos fueron largos, duros y dolorosos. Pero, gracias a Dios, en el trayecto nos acompañó gente solidaria y generosa, que nos dio una mano en muchos sentidos. Familiares, amigos, vecinos del pueblo, conocidos y desconocidos, que tuvieron gestos que siempre vamos a agradecer, porque todos fueron valiosos en ese momento", sostuvo esta mamá que, a pesar de tan dolorosa pérdida, da gracias por la vida y sigue adelante consciente de que alguien más la necesita.

Por último, se refirió a este día en el que se conmemora a las madres y se reivindica el valioso rol que cumplen en cada familia. Reafirmó que elegiría mil veces ser la madre de sus hijos; y transmitió palabras de fortaleza para las mamás que se encuentran atravesando batallas, por diferentes razones o causas, junto a sus retoños.

“Las madres siempre encontramos fuerzas para dar pelea y luchar contra lo que sea por el bienestar de nuestros hijos. No bajen los brazos y sigan adelante”, motivó; y continuó: “a las mamás que comparten el dolor de una pérdida tan grande como la de un hijo, les digo que no dejen de sentir el amor y la dicha de haberlos tenido, aunque a veces los necesitemos y no encontremos respuestas a los por qué, hay motivos para continuar”.

“Una madre puede amar a los hijos desde la concepción y ese mismo amor es el que perdura en la eternidad”, confirmó; y finalizó deseándoles un feliz día a todas las madres.