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Día de la Madre: Ejemplo de resiliencia y amor

María Fernanda De la Fuente, es docente y especialmente una madre riojana, en este día, se refirió sobre la importancia que tiene ser uno de los pilares más importante del árbol genealógico. Además, mencionó su historia de vida como madre de cuatro hijos y uno de ellos ya fallecido. "Elijo una y mil veces ser mamá".



Como cada tercer domingo de octubre, en el país se honra y celebra a la figura materna. Por ello, Medios El Independiente entrevistó a María Fernanda De la Fuente, comentó que nunca se deja de proteger a un hijo, “todo el Día de una Madre, (es eso cumplir ese rol) solamente pensamos en ellos, primeros, segundo y tercero. Nos postergamos y lo hacemos con todo el corazón, porque sabemos que nuestros hijos son todo”.

En ese sentido, resaltó que los tiempos cambiaron y hay muchos tipos de madres: “Hoy el rol de las madres es muy diferentes a como era antes, no todas son amas de casas, nosotras ya tenemos una doble tarea al tener nuestra profesión u oficio y a la vez todo lo que conlleva la maternidad”.

De la Fuente destacó en estos tiempos el rol de las abuelas, “en donde hay madres que pasan muchas horas de sus días trabajando para poder mantener la economía familiar. Ellas no sólo están al cuidado, sino que están volviendo a criar a los nietos, que es maravilloso”.

Remarcó que los hijos son guías, cuando la vida se pone cuesta arriba para ellas: “Hay muchas situaciones que nos hace poner un poco cuesta arriba, pero los hijos son nuestros guías y norte, porque al pensar que nuestro esfuerzo son por y para nuestros hijos.

“Me emociona ser madre”

Por su parte, aseguró que ella es una madre en diferentes facetas, “me emociona ser madre, me llena el alma, soy mamá de muchas maneras, porque he gestado a mis cuatros hijos, soy madre de hijos presentes, diferentes y en el cielo, el amor que nos genera la maternidad, también nos trae a veces el dolor de los hijos ausentes. Escuché muchas veces decir que los hijos son de la vida, son como una flecha que uno lanza y la vida los impulsa. Mientras nuestros hijos están a nuestro lado cualquier situación se puede sobrellevar”.

“Pero cuando un hijo se adelanta en el camino de la vida, y vuelven a Dios porque fue su regalo, la palabra madre duele un poco”. Al finalizar, sostuvo que “en mi situación de madre de un hijo con autismo, hay que encontrar todos los días las razones para sonreír, para luchar y seguir, en su mirada encuentro esos motivos, eso es una fortaleza. Elijo una y mil veces ser madre, a pesar de los miedos, angustias y de las despedidas”.