El plebiscito de carácter obligatorio se lleva a cabo y, según el Servicio Electoral de ese país, están habilitados más de 15 millones de chilenos. Se define si se mantiene la letra redactada bajo la dictadura o se aprueba un nuevo texto.
Los chilenos votaban este domingo para decidir si aprueban o rechazan un proyecto de nueva Constitución escrito en su mayoría por partidos de derecha para que reemplace a la elaborada durante la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
El presidente Gabriel Boric, que impulsaba un proyecto más progresista de Constitución que fue rechazado en un anterior plebiscito en 2022, dijo al votar que valoraba el carácter democrático de la consulta cualquiera fuera su resultado.
“Nuestro Gobierno seguirá trabajando con las prioridades de la gente (...) independientemente de lo que suceda hoy", dijo Boric en su centro de votación en Santiago, y agregó que a consulta “fortalece la democracia más allá del resultado”.
Las mesas abrieron a las 8 y cerrarán a las 18 (la misma hora en Argentina), y más de 15 millones de personas están habilitadas para sufragar en Chile además de otras 120.000 en el exterior.
El voto es obligatorio, por lo que todo el padrón podrá volcarse a las urnas en más de 3.000 centros de votación, en un día que ha sido declarado feriado obligatorio.
Debido a la obligatoriedad de la votación, se percibían largas filas en las comisarías para excusarse por estar a más de 200 kilómetros del lugar de sufragio.
Según datos de Carabineros, más de 300.000 personas realizaron la solicitud de manera online, de las cuales más de 200.000 ya fueron validadas en una comisaría de manera presencial.
El número de solicitudes es más del doble comparado con el primer proceso constitucional, en el que fueron cerca de 103.000 las excusas registradas.
Otras figuras políticas se acercaron a votar en sus respectivas mesas, incluyendo los expresidentes Michelle Bachelet, Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, además del líder de ultraderecha José Antonio Kast.
Bachelet, que se ha manifestado “en contra” del borrador de nueva Constitución, afirmó este domingo que prefería “algo malo que algo pésimo”.
Lagos, que también es de centroizquierda y se opone al nuevo texto, dijo que esperaba "que se cierre la discusión constitucional con un resultado claro” y que Chile salga de la votación "más fuerte, más integrado”.
El conservador Piñera, que está a favor, dijo al votar que Chile necesitaba "estabilidad y unidad”.
“Yo estoy seguro de que una de las dos opciones, y ustedes saben cuál es, cierra mejor el proceso y nos da mejores herramientas y oportunidades para empezar a derrotar a la delincuencia y la violencia que están desatadas en nuestro país”, dijo Piñera.
Kast, líder del Partido Republicano, responsable de la mayor parte de la redacción del texto, dijo tras votar que esperaba que “sean muchas las personas que emitan su sufragio y que prime la paz, la cordura, la libertad y que gane el sentido común”.
Las primeras cifras parciales podrían estar cerca de las 20, mientras que los definitivos podrían estar ya más cerca de la medianoche, aunque un poco antes, alrededor de las 21, podría conocerse una tendencia importante.
Chile se rige por la Constitución pinochetista de 1980, que tuvo una importante reforma en 2005 durante el Gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006) pero que fue el centro de los reclamos ciudadanos en el estallido social de octubre de 2019.
Esto derivó en un primer proceso constitucional, redactado en su mayoría por convencionales de izquierda e independientes, que finalmente fue rechazado por el 61% de los chilenos en un plebiscito el 4 de septiembre de 2022.
Aquella votación constituyó un gran revés para Boric, uno de los principales impulsores de la fallida versión constitucional.
El presidente de izquierda, en el poder desde marzo de 2022, no ha expresado su intención de voto sobre el nuevo borrador de Constitución, lo que le ha valido críticas de la oposición.
La vocera de Gobierno, Camila Vallejo, ha llamado a no “confundir” a la ciudadanía y rechazado que la elección sea una evaluación del Gobierno, sino que se vota por aprobar o rechazar este nuevo texto constitucional.
El nuevo borrador de carta magna contiene 182 páginas, 17 capítulos, 216 artículos y 62 disposiciones transitorias que se redactaron en cinco meses de trabajo.
El texto no estuvo exento de polémica.
Los sectores progresistas del país dicen que significa un “retroceso” en materia de derechos, principalmente por el riesgo que corre la ley de aborto en tres causales, mientras que la derecha la ha definido como la “Constitución de la seguridad”.
El borrador constitucional contempla un retiro del pago de contribuciones a la primera vivienda, la libertad de elección de salud y el derecho preferente de los padres a elegir la educación de sus hijos.
La libre elección en materia de salud podría dar rango constitucional a las prestaciones de salud privada de Chile, algo muy criticada por el oficialismo debido a los altos costos del sistema.
Además, el nuevo texto propone reducir la cantidad de diputados de 155 a 138 y establece que los partidos políticos necesitan superar un umbral del 5% de los votos para poder entrar en el Congreso.
Cualquiera sea el resultado hoy, el Gobierno ha afirmado que no apoyará un tercer intento de sancionar una nueva carta magna.
Fuente: Télam