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02/11/21

Género y nuevas sexualidades

Las marchas de la Ola verde, irrumpieron y sorprendieron a muchos. En primer lugar a la Iglesia. Se decía que algunos candidatos políticos en nuestro país, no pudieron ganar debido a su apoyo a estos cambios culturales. Desde la aparición de aquel libro ‘El segundo sexo’, de la filósofa Simone de Beauvoir, luego de la Segunda Guerra Mundial, cambiaron muchas cuestiones del feminismo en el mundo, contra el orden patriarcal.



Por Carlos Liendro

Existen hoy muchas corrientes feministas. Luego aparecieron conceptos y la lucha en lo que conocemos ahora como ‘género’. Existen etapas en cómo se fue definiendo en los 70, los 80 y a partir de los 90 (luego de la aparición del neoliberalismo conservador en el mundo globalizado). Los pañuelos verdes y los celestes, fueron una de las últimas disputas que aparecieron en torno al tema del aborto, y mostró la fuerza de las mujeres (principalmente jóvenes,) sobre quienes deciden en su cuerpo.  Finalmente la Ley salió y aún – en muchas provincias- siguen generando disputas. Si hacemos una crónica de cómo se llega a la Ley de interrupción voluntario del embarazo, 27. 610 (que sigue en debate de parte de políticos, legisladores, instituciones, etc), podemos decir que no sucede de un año para otro. Varias veces se intentó en el Congreso y ‘los pañuelos celestes’ ganaron primero. Todo eso se transmitía por TV, y la gente podía seguir los acontecimientos. Hasta que llegó otro año: algunos legisladores cambiaron su mentalidad y votaron a favor de los pañuelos verdes.

El género está relacionado directamente con la cultura. Y ha dejado de ser definido como una cuestión de sexo; los escritos freudianos aclaraban, que la sexualidad no es solamente una deferencia anatómica (‘Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica de los sexos’, 1925).  Hoy parecerían salir a la luz: nuevas sexualidades. No es tan así: solo basta conocer como se manifestaba la homosexualidad entre los griegos, hasta en cuestiones de tradiciones, que no estaban ocultas.  El psicoanálisis, la sexología, corrientes derivadas de la sexualidad y el poder (como ha hecho Michel Foucault en ‘Historia de la sexualidad’), nos vuelven a actualizar de qué está sucediendo; pero de lo que más nos interesa entender es ¿cuáles son las resistencias de una sociedad, de las familias, de la religión y la política?

En primer lugar es entender lo que se niega. La sexualidad es algo de la naturaleza humana, como lo es la agresión. Todo individuo tiene ese componente. Lo que se analiza y se puede comprender mejor entonces es cómo la cultura y una familia, permite desarrollar esa sexualidad. Freud desde sus inicios tuvo persecuciones por solo mencionar que un niño tenía sexualidad. Esto le costó la expulsión, indiferencia, ataques de las academias, de las Iglesias, de los círculos científicos (Freud era neurólogo). Tuvo que pasar la Primera Guerra Mundial, para que sus textos (que habían comenzado entre 1890 y 1912) fueran aceptados. Y dejara de ser perseguido. Con el siglo XX, estos saberes están en la gente, en los jóvenes que buscan respuestas.

Se ha estrenado la película ‘Yo nena, yo princesa’. En ella se relata la historia de Luana, que fue la primera niña trans que obtuvo su DNI. No fue fácil: el camino estaba lleno de obstáculos familiares, institucionales, de una lucha personal; permite a su vez que muchos padres se interroguen sobre qué harían en ese lugar. Luana se autopercibía desde los dos años como mujer, habiendo nacido con genitales masculinos. Para muchos esto es un horror, una degradación y perversión; y se encargaron de hacérselo saber, como aquellos evangelistas que fueron a gritarle con megáfonos a la puerta de su casa:¡salvala Jesús!

Si esta película se puede ver en algunas provincias del NOA, y no queda solo en circuitos universitarios y de profesionales, nos gustaría saber de sus opiniones. Las fuerzas del siglo, empujan todo hacia un túnel tecnológico, que son las redes, donde circulan las informaciones que a veces son equivocadas. Un estudio sobre la evaluación de los ESI (Educación Sexual Integral), daban datos que les servía muy poco a los jóvenes. Estos son datos que preocupan. Por qué: ¿quién les transmite la información sexual a los niños y a los jóvenes?