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Las manos de una madre que están para sostener la vida

En cada madre late la fuerza cotidiana de la vida. Las que cargan a sus hijos, las que los guían de la mano, las que trabajan, acompañan y sueñan a pesar de todo. Este Día de la Madre, una mirada a esas mujeres que hacen del amor una tarea diaria.



Ser madre no empieza ni termina en un solo momento. Es una historia que se escribe todos los días, desde la primera mirada hasta cada paso que se acompaña. Madre es la que carga, la que sostiene, la que da la mano y enseña a caminar. Lo que sostiene cada caricia, cada apretón de manos, cada gesto cotidiano, es esto.

Madre es la que madruga, la que sale a trabajar con sus hijos a cuestas, la que prepara la comida, la que revisa la mochila antes de ir al jardín, la que espera la salida de la escuela con el corazón abierto. En cada una de ellas se resume la fuerza más profunda: la de dar vida y mantenerla. Las manos de la madre que sostienen la vida  simbolizan la protección, el cuidado y el amor incondicional que una madre proporciona a sus hijos a través de diferentes etapas de su vida. Se puede interpretar de manera literal como el acto físico de sostener a un niño, o de forma metafórica como el apoyo emocional, la guía, y la capacidad de "salvar al hijo del abismo de la falta de sentido", como se plantea en el libro de Massimo Recalcati, "Las manos de la madre". 

Porque ser madre no es solo un vínculo de sangre, sino una tarea amorosa que exige cuerpo, tiempo y entrega. Es cuidar, criar, enseñar, sanar, escuchar, acompañar. Es también preocuparse, temer, resistir, volver a empezar una y otra vez. Hay madres que caminan con sus bebés en brazos, que venden en la calle para sostener el hogar, que hacen filas en hospitales, que se enfrentan al cansancio sin descanso. Hay madres que lloran en silencio y madres que ríen para que sus hijos aprendan a confiar en la alegría.

Y están las madres que ya no están, pero que siguen vivas en la memoria, en la ternura heredada, en los gestos y las palabras que dejaron como abrigo. Ser madre es abrazar el mundo y hacerlo andar. Es cuidar en un país que muchas veces no cuida, criar en un sistema que no acompaña, sostener en medio de la incertidumbre. Y aún así, seguir. Seguir creyendo, seguir soñando, seguir enseñando que el amor puede más que la dureza del día.

Este Día de la Madre, el homenaje es para todas: las jóvenes que inician el camino, las que atraviesan la vida con sus hijos del brazo, las que ya peinan canas y siguen preguntando si ‘comiste bien. Porque detrás de cada hijo o hija que camina hay una mujer que alguna vez sostuvo su paso, su miedo, su esperanza.

Las madres son las manos que sostienen la vida. Y aunque el mundo parezca avanzar sin mirar, son ellas —con su ternura y su trabajo invisible— quienes lo mantienen en pie.

Desde Medios El Independiente, saludamos con profundo afecto a todas las madres que habitan la provincia de La Rioja. En este día tan especial, celebramos su fortaleza, su entrega cotidiana y ese amor que sostiene la vida, los hogares y los sueños de cada familia riojana. Que este Día de la Madre las encuentre rodeadas de cariño, con la ternura de sus afectos y la serenidad de saberse esenciales en cada paso de nuestra historia colectiva.