
Con la serie igualada 1/1, Riachuelo recibe desde las 21:30 en el estadio Superdomo a Instituto de Córdoba, en el "Juego 3" del playoffs de cuartos de final de la Liga Nacional de Básquetbol. El "Eterno" buscará el triunfo que lo deje a un paso de cerrar la llave el próximo sábado.
La expectativa se multiplica, teniendo en cuenta que en tierras cordobesas, Riachuelo no sólo logró el triunfo en el primer partido, donde pudo además desplegar el caudal de juego que su entrenador pregona a partir de un correcto sistema defensivo; sino que en el segundo punto, el triunfo se le escapó por poco, lo que hubiera significado un batacazo memorable.
Aunque las chances siguen intactas, otro hubiera sido el cantar con un 2-0 a favor, igual las huestes “Eternas” confían en la capacidad del equipo, sin olvidar que enfrente está un grande como la “Gloria” cordobesa, animador y siempre candidato en los últimos años de la máxima categoría del básquetbol nacional.
Seguramente los dos juegos programados en el Superdomo local, (hoy y el sábado), tendrán igual características a los disputados en el Ángel Sandrín, cerrado y luchado, con mucho juego físico y defensas duras. Aquel que logre imponer su presencia en la lucha interna y controle el cristal, tendrá la chance de correr la contra.
A nadie escapa el poderío de la plantilla que dirige el tucumano Lucas Victoriano, como tampoco se puede desconocer el carácter, la entrega y sacrificio de los conducidos por Sebastián González, que podrán perder o ganar pero la actitud y compromiso no se negocia.
Instituto con una plantilla plagada de jerarquía, en la que sobresale el trabajo del uruguayo Nicolás Pomoli, el base Leandro Vildoza, M. Cosolito, J. Sáez, F. Moussa, los juveniles Copello y Lugarini, además de Patricio Tabarez, Agustín Pérez Tapia, el americano Lee Aaliya entre otros
En el local, el coach González, con una plantilla modesta, se las arregló para mantenerse en la pelea durante toda la fase regular y ahora quiere escribir su historia, todo a partir de la dinámica de O. Krayem y Juan Corbalán, en la conducción, la incomible tarea de Vale Forestier –para fajarse y luchar– y los titanes de la pintura F. Aguerre y R. Becton, además de aportar goles, tan importantes como los que vienen de la banca, Montero, Vietta, Carreras, Trocha, Luchi y el juvenil Fernández, que dan una mano grande cada vez que tienen acción.
Promesa de buen juego, en un escenario que promete estar colmado, y donde los dos buscarán protagonismo desde la primera pelota al aire, con un solo objetivo el triunfo, uno –el local– que lo deje match point, de cara al sábado, el otro para recuperar la localía, como siempre el público dará su presente para alentar al “Eterno” en su hora más gloriosa.