
Este viernes es feriado en Roma, así que se espera que aún más gente llegue hasta la basílica de San Pedro, en el Vaticano, para ver a Francisco por última vez.
Uno de los hitos notables del papa Francisco es que su muerte, ocurrida el lunes de esta semana, provocó conmoción y tristeza en todo el mundo, aún de quienes no profesan la fe católica. Quizás por eso más de 100.000 personas lo despidieron hasta la fecha en su velatorio público en la basílica de San Pedro, en el Vaticano.
Las puertas de la basílica de San Pedro abrieron a las 11 del miércoles (hora de Roma) y permanecieron así hasta las 5.30, cuando cerró para tareas de orden y limpieza. La jornada de este jueves fue pautada de 7 a 19, aunque se cree que las puertas no se cerrarán en toda la noche, y el viernes es feriado en la capital de Italia, posiblemente para permitir que más fieles se despidan del Santo Padre. El horario se repetirá este viernes, informaron las autoridades.
Francisco yace dentro de un féretro de madera, sin el tradicional catafalco, en una plataforma casi a ras del suelo, como él había indicado y situado en el altar de la Confesión frente a la tumba de San Pedro a los pies del baldaquino de Bernini.
Además de momentos cargados de emoción, como el extenso rezo de una monja octogenaria junto al féretro de Francisco, en estos días de duelo se hicieron presentes personalidades del mundo laico, como los planteles de la Roma -con los argentinos Paulo Dybala, Leandro Paredes, Matías Soulé y Valentín Castellanos- o el delantero de la Lazio Valentín Castellanos, también paisano de Jorge Bergoglio.