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Violencia: el 76% denunció la situación y hay casos con nivel de riesgo alto

El dato surge del Observatorio de Violencias de Género de la Secretaría de la Mujer provincial. El Informe Estadístico 2024 arroja una totalidad de 1509 personas asistidas en toda la provincia en situación de violencia de género. 981 casos son de capital, donde el 70 % de los agresores son ex parejas, 23% pertenecen a las fuerzas y el 27% tiene acceso a armas de fuego.



En capital el 70% de los agresores son ex pareja, 23% pertenecen a las fuerzas de seguridad y 27% tiene acceso a armas de fuego, advirtiéndose además que el 73% de las personas en situación de vulnerabilidad no perciben el peligro de vida en que se encuentran y el 12% ideó, planificó e intentó suicidarse debido a los impactos negativos de las violencias en la salud mental.

De los abordajes integrales realizados en capital se registra un 97% de género femenino y un 3% de mujeres trans/travestis.

En ese contexto, puede entreverse que en el 76% de los casos se realizaron denuncias correspondientes, teniendo solo un 24% de aquellas personas que no lograron efectuar la denuncia.

La importancia de poder contar y tener continuidad de las Oficinas de Sumario Judicial de Violencia de Género en cada comisaría de nuestra provincia, permite que la sociedad riojana tenga en cada zona organismos donde acercarse, resguardarse y realizar la denuncia correspondiente para su inicio procedimental y solicitud de medidas proteccionales en pos de resguardar su integridad.

Del total de ingresos a la Secretaría de la Mujer, mediante las tres vías de admisión, prevalece en un 64% la recepción en las diferentes jurisdicciones de la fuerza policial.

De las situaciones institucionalizadas en organismos de toma de denuncia, el 70% expresó haber realizado de una a tres denuncias a su agresor, un 5% realizó de cuatro a seis denuncias y un 2% seis o más denuncias, recibiendo en mayor porcentaje medidas proteccionales efectuadas por el sistema judicial y vigentes en un 54%: contemplando prohibiciones de acercamiento en un 68%, exclusión de hogar a agresores en un 9%, dispositivos electrónicos un 3% y secuestro de armas de fuego también en un 3%, quedando el restante porcentual sin información registrada.

En lo que refiere a la modalidad de ingreso de cada situación de violencia institucionalizada, la estadística presenta que el 84% ingreso por oficio, 10% ingreso por demanda referenciada con la institución y un 6% por derivación.

Del total de oficios recibidos se emitió respuesta institucional a un 89% de los mismos, contemplando actuaciones e intervenciones correspondientes y explicitando a su vez, aquellas situaciones que expresan falta de adherencia. Por otro lado, se detectaron 89 situaciones que presentan más de un oficio, es decir, refleja las reiteradas denuncias en el ámbito judicial.

En cuanto a los niveles de riesgo se detecta en las 981 situaciones abordadas un porcentaje mayor de 45% que refiere a nivel de riesgo alto y un 25% de riesgo altísimo. Mientras tanto, un 22% con riesgo medio y un porcentual de 8% de riesgo bajo. Porcentuales representativos de aquellos indicadores que se evalúan al ingreso de cada situación en particular con la finalidad de brindar celeridad en los casos que refieren a niveles de riesgos de vida.

La Dirección General de Asistencia Integral emite una cifra cuantitativa de 43 casos de violencia extrema que contempla ingresos en los dispositivos Yanapay y Hogar de protección “Un nuevo camino”. Combinando indicadores tales como: intentos de femicidio, secuestro o privación de la libertad, obligación a ejercer el trabajo sexual, abusos sexuales continuos, hospitalizaciones, inducción al suicidio, amenaza de daño o muerte de hijas/os, asfixia con pérdida de conocimiento y agresores con uso o portación de armas de fuego.

La estadística advierte que solo un 69% de las personas en situación de violencia manifiesta contar con redes comunitarias y/o sociales de contención y acompañamiento, mientras un porcentaje de 31% expresa vivir pérdida de vínculos como producto del aislamiento que conlleva el ciclo de la violencia.

En lo que refiere a la tipología de violencias, prevalece y se repite en la mayoría de las situaciones la psicológica en un 87% y la física con un 60%. Observándose un 55% de la violencia simbólica, 32% de violencia económica y patrimonial, y en menor porcentaje estadístico del 17% la violencia sexual. Porcentajes que, en su generalidad, aumentaron significativamente en el último semestre del dos mil veinticuatro, alertando particularmente el incremento de la violencia sexual en comparación a años anteriores.

Se detectó un alto porcentaje del 91% de la reproducción de violencias en el ámbito doméstico, un 3% en el ámbito laboral, 2% digital y 2% la reproducida en espacios públicos.

La estadística permitió observar los porcentajes en quienes cuentan con vivienda propia pero también de quienes residen en viviendas pertenecientes a un familiar o conocido, teniendo una diferencia con quienes se encuentran alquilando un hogar.

Observando que un 11% de las personas que tienen vivienda propia comparte la titularidad con el agresor y un 10% la titularidad absoluta es del agresor; información que posibilita analizar los desafíos que aún enfrentamos al momento de abordar de manera integral situaciones de violencias, considerando que las medidas proteccionales no resuelven tema de inmueble, siendo este utilizado como herramienta de hostigamiento por parte de quienes agreden.

Un 60% de las personas con las cuales se llevaron a cabo los abordajes y acompañamientos interdisciplinarios, se encuentran activas en el ámbito laboral. De ese total hay un 38% de empleo formal y el resto se encuentra en la informalidad. En el porcentaje de trabajo informal se observó un porcentaje significativo que expresan llevar a cabo tareas de cuidado no solo en sus propios hogares sino también en otros domicilios particulares, sosteniendo contrataciones laborales por fuera del empleo formal, quedando sujetas a la voluntad del contratante de efectivizar y regular su situación laboral.

En un total de 956 agresores registrados, el 91% es de género masculino, con edad promedio en franja etaria de 29 a 40 años. Donde un 27% tiene acceso a armas de fuego; un 23% pertenece a las fuerzas de seguridad. Porcentaje que incrementó en comparación con el año 2023 donde la estadística reflejó un 17% de agresores pertenecientes a la fuerza de seguridad pese a todo el trabajo de articulación institucional y problematización de los datos con el área específica para trabajar en conjunto por la disminución del índice y el reconocimiento de tales acciones.

Además, se registró que el 71% de los agresores se encuentra activo en el ámbito laboral, presentando un 43% en trabajo formal y un 4% es jubilado/pensionado.