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Se cumplieron cinco meses de la desaparición de Diógenes Mercado

En diálogo con Medios El Independiente, Marita Mercado, sobrina de Diógenes, confirmó que la causa por la desaparición repentina de su tío, ocurrida ya hace cinco meses, continúa sin novedades. "No sé qué pensar sobre la lentitud que tiene el expediente y todas las trabas que están poniendo", expresó la mujer.



Cabe recordar que Diógenes Mercado se encontraba alojado en la clínica Revivir, ubicada en el barrio Santa Rita de esta ciudad Capital. El hombre, de 65 años de edad, sufría de problemas de adicción y fue visto por última vez el 21 de diciembre de 2023, cuando –presuntamente– se habría escapado de las instalaciones. Tras conocerse la situación, su sobrina radicó la denuncia y personal policial realizó un rastrillaje en la zona donde creían que se había ido, teniendo en cuenta que Diógenes era oriundo de Chepes y, en su desorientación, habría intentado volver a su lugar de origen. No obstante, no se lograron resultados positivos y, al día de hoy, cinco meses después, se sigue sin saber sobre el paradero de Mercado.

En su momento, Medios El Independiente se había comunicado con Marita Mercado, sobrina de Diógenes, quien brindó mayores detalles sobre esta intensa búsqueda en la que, con el tiempo, se vio sola. Al respecto, responsabilizó a la clínica Revivir, por no haber arbitrado los medios de seguridad suficientes para impedir la salida de su tío de las instalaciones, como así también por no priorizar la búsqueda del hombre.

En esta oportunidad, este matutino volvió a dialogar con Marita, quien actualmente es representada por el abogado Dr. Nicolás Azcurra. La misma indicó cómo se encuentra la causa, asegurando que continúa en siendo una incertidumbre: “No tenemos ninguna novedad, ya hace cinco meses.

 No estamos hablando de cualquier causa, sino de la desaparición de una persona, por lo que tendrían que haber sido en forma inmediata todas las órdenes a cumplimentar para tratar de dar con el paradero de mi tío, pero nunca fue así, al contrario, todo es a paso de tortuga”, exclamó enojada, y siguió: “No puede ser que recién a los dos meses de que mi tío desapareció, la jueza a cargo de la causa, la Dra. María Eugenia Torres, a través de un escrito que presentó el Dr. Azcurra, dio lugar y orden a una inspección ocular en el lugar. O sea, estamos hablando de hace ya cinco meses y no hay novedad, no sé qué pretendía encontrar la jueza después de dos meses, no sé qué elemento o prueba puede existir a esta altura”, remarcó.

“Ellos son responsables”

Siguiendo con sus declaraciones a este medio, manifestó: “Ya no sé qué pensar sobre la lentitud que tiene el expediente y todas las trabas que le están poniendo al Dr. Azcurra en todos los escritos que está presentando. Me da pensar que este lugar, la clínica Revivir, está apadrinada o el dueño es alguien importante de la faz política, o alguien que ellos conocen”, expresó, preguntándose: “¿Por qué se está demorando tanto? Estamos hablando de una persona, de una desaparición, entonces no sé qué están esperando sinceramente. No se ha hecho allanamientos en ningún lugar”, sostuvo.

Asimismo, recordó que, en ese momento, la respuesta por parte de los propietarios y encargados de la institución fue que se encontraban de viaje. “Mi tío se había dado a la fuga y, qué casualidad, los dueños estaban en Catamarca y se tardaron en llegar, no vinieron en forma inmediata a ver qué es lo que estaba pasando en su clínica.

Supuestamente ellos son los responsables, pero ellos regresaron del viaje y lo que me contestaron fue que ‘tenían derecho a descansar’. Lo único que sé, es que mi tío no aparece”.

 

“A mi tío nadie lo ayudó”

Para finalizar, se refirió a la angustia que padece, al sentirse sola en la búsqueda de Diógenes. “Es estar constantemente entre la espada y la pared, porque es mi tío, es mi sangre, y lo quiero mucho. A la vez, tengo mi trabajo, que es el pan de cada día de mis hijos, por esa razón, y al estar sola –porque vamos a ser realistas–, a mi tío nunca a nadie le importó, a nadie”, afirmó, y siguió: “Cuando yo quise hacer las cosas bien, de ayudarlo, y llevarlo a la clínica, miren lo que pasó. Es vivir con el remordimiento en la cabeza todo el tiempo. Todos los días le pido a mi Dios que me ayude a dar un pasito más, como pueda, que se me abran caminos para lograr saber de él”, culminó.