Un país quebrado institucionalmente dejó el DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) que firmó estos días el presidente libertario Javier Milei. Trescientas leyes modificadas de un solo plumazo. Mejor dicho -tecnología digital mediante- con una sola palabra en el buscador de leyes: desregular.
La Constitución fue pasada por alto, con un alcance jamás visto con medidas que ya se probaron en 1976; 1989 y 2018. Quienes venían a restablecer la república terminaron dejando de lado al Parlamento y ahora le piden que acepte el paquete entero, sin discutir, debatir o tener otra mirada.
El federalismo ausente, solo empresarios, economistas, políticos neoliberales y asesores financieros del centralismo porteño. Ni siquiera partidos aliados, gobernadores afines, legisladores oficialistas estuvieron ahí. Hace doscientos años que el unitarismo porteño impone políticas económicas. Nadie para defender economías regionales, pueblos y parajes perdidos entre montañas, valles o montes agrestes, sin recursos naturales productivos.
Así atropellaron al país que ya venía agobiado por el gobierno peronista, por efectos de una inflación alta, pero controlada por contrapesos que mejoraban ingresos, tejiendo una red de contención. Esta vez se multiplicó por devaluación y liberación de precios más una hiperinflación autoinfligida que les permite imponer medidas, licuar ahorros y quizás dolarizar.
Un país donde, en 10 días, se profundizó la grieta política entre los que salieron a protestar y tomaron las calles, y los que conforman la base electoral de Milei en redes sociales defendiendo el DNU. En ambos lados, están los perjudicados porque son parte de la clase trabajadora y sectores populares.
En cambio, los que no salen a la calle ni están en las redes, los grandes beneficiados, son unos pocos, dueños de grandes empresas, nacionales y multinacionales, casta empresarial que siempre está, gobierne quien gobierne y que ahora van por los privilegios que les da el DNU.
Los beneficiados
Revisando ley por ley, artículo por artículo, tema por tema, se puede detectar claramente los beneficiarios del mega DNU.
Con la reforma laboral se benefician gigantes empresas como Techint, Clarín, La Nación, Pan American, Ledesma, Coto, Toyota, Santander Río, Supervielle, IBM, Laboratorios Roemmers, con libertad para contratar empleados imponiendo condiciones. Con derogación de leyes de Abastecimiento, Góndolas, Precios; se favorecen Arcor, Coca-Cola, Danone, Molinos, Kraft (Milka, Oreo, Tang, Clight), Bagley y Ledesma. Tuvieron enormes ganancias este año y subieron precios por encima de la inflación. Con desregulación a las prepagas ganan OSDE, Swiss Medical, Galeno y SanCor Salud y Omint con posiciones dominantes en salud privada. En épocas neoliberales fueron obras sociales de los más pudientes. Con el peronismo, la clase media accedió a sus servicios, ahora no podrán pagar.
La derogación de la Ley de Protección sobre Tierras Rurales motivó la inmediata reacción del ministro de la provincia Ariel Puy Soria, quien sostuvo que peligran “los derechos sobre tierras rurales, fuentes de agua dulce y tierras de frontera, donde La Rioja se ve afectada al limitar con Chile”. Dejó en claro que “los principales países del mundo tienen legislación limitando a extranjeros la compra de tierras productivas con recursos naturales no renovables”. Así mostró las nefastas consecuencias, que tendrá el DNU para los riojanos.
Otro caso
Preocupa a los riojanos la desregulación en turismo. El gobierno provincial dio un impulso importante al sector apoyando agencias de turismo, construcción de hospedajes, locales gastronómicos y capacitación. Un operador turístico riojano que venía trabajando con mucho entusiasmo le comentó a esta columna, casi con angustia, el malestar que le causó que, después de años de esfuerzo para “crear y desarrollar nuestra empresa, llega un presidente y habilita a cualquier persona a vender turismo cuando veníamos combatiendo la ilegalidad, la falta de profesionalismo, operando con éxito a través del Previaje, generando fuentes de trabajo”.
La desregulación reveló otro aspecto no menos inquietante. Federico Sturzenegger, economista e ideólogo del DNU, sin ser autoridad electa ni funcionario -se pasó ofreciendo su paquete de ajuste a cuanto candidato lo escuchaba-, explicó que no será obligatorio el seguro de vida porque el turista debe hacerse cargo si sufre un accidente. Puso de ejemplo el matrimonio que es un contrato "recontra peligroso" y nadie se compra un seguro por eso.
Más allá de la insólita comparación de Sturzenegger, el DNU desregularizó toda la economía. La producción y los servicios quedarán en pocas manos, empresas con base monetaria fuerte que absorberán a las más pequeñas y medianas en rubros como hidrocarburos, farmacéuticas, transporte aéreo, financieras –mercado fintech, ciento por ciento virtuales- y hasta clubes deportivos invirtiendo en actividades que dan ganancias.
Los perjudicados
El DNU deroga, elimina o modifica leyes sobre trabajo, salario y beneficios sociales. Modifica paritarias, contratos de trabajo, asociaciones sindicales, régimen laboral y empleo, entre otras. Por ejemplo, se amplían los “servicios esenciales” a educación, industria alimenticia, metalúrgica, frigoríficos, telecomunicaciones y muchos más. Los gremios que reclamen tendrán que garantizar el “setenta y cinco por ciento (75%) de la prestación normal del servicio”. Eso y eliminar el derecho a huelga es lo mismo. Abarata la indemnización a las patronales; restaura el fondo laboral de la dictadura de los 70 para despedir sin causa. Se modifica la jornada laboral en caso de que la producción no pueda detenerse o por emergencia con lo cual, afuera horas extras. El listado en el DNU es extenso y se anuncia la inclusión de las que recomienden los empleadores, pero en ninguna parte dice que los trabajadores podrán incluir disposiciones para protegerlos de abusos, bajos salarios, licencias, despidos, etc.
Reacciones
La reacción fue inmediata, la clase media porteña protestó minutos después con cacerolazos extendidos a todo el país; Unión por la Patria lo rechazó, el radicalismo a medias; sindicalistas anunciaron movilizaciones y judicialización; todos los constitucionalistas lo tildaron de autoritario y anticonstitucional; otro sector, afín a políticas públicas y de la economía social criticó al presidente Milei por su postura anticolectivista, expresada en términos prehistóricos como comunismo, socialismo o más actuales ambientalismo, anticonsumismo, feminismo, LGBT, etc.
El desprecio con que Milei habla sobre el colectivismo, como ideología política, evidencia que no cree en la democracia. La democracia fue fundada como construcción colectiva de la sociedad, con principios de soberanía popular y un ideal político igualitario cuyo objetivo es, redistribuir los recursos naturales, materiales y sociales de tal forma que hagan posible la igualdad.
Por el contrario, libertarios, liberales y neoliberales defienden el individualismo, el sálvese quien pueda y si no consiguen trabajo o un mejor salario es porque no se esforzaron lo suficiente para lograrlo. Nada hablan de contexto, oportunidades o condiciones personales.
Rechazar el DNU
A quienes se oponen al DNU por sus consecuencias a las mayorías empobrecidas queda el desafío de enfrentarlo vía judicial por inconstitucional o rechazarlo en el Congreso. Es posible que sea rechazado por diputados y senadores, pero luego, una alianza de libertarios, Juntos por el Cambio, sectores de la UCR y partidos minoritarios aprobarían leyes por separado consolidando la desregulación.
En peligro
Muchas Pymes, emprendedores y actividades de la economía social han recibido un duro golpe con las políticas encaradas por el nuevo gobierno, incluso podrían desaparecer o trabajar a medias con la consecuente pérdida de puestos de trabajo. Medios El Independiente no escapa a esta situación por su doble condición de cooperativa, por un lado, donde el valor está en el trabajo y no en el capital y por ser editora de un diario creado hace 64 años.
El primer ataque fue la suspensión de la pauta oficial, a los medios de comunicación para campañas o difusión de actos de gobierno. Ya el gobierno anterior hacia una distribución cuanto menos injusta beneficiando a medios hegemónicos porteños. La edición gráfica de este matutino viene padeciendo los efectos de la distribución de información en redes sociales que por su misma organización monopólica y globalizada no comparten ganancias con contenidos originados por este diario. El contexto económico ofreció pocas posibilidades de conversión digital por escasez de recursos y tecnología.
El segundo golpe apareció en el DNU que deroga la ley 26736 de Papel Prensa que regula precios. Los aumentos que se vienen harán imposible editar diarios en papel. Es cierto que la comunicación hoy es digital, pero existe un sector de la población que todavía consume productos gráficos y todos tienen derecho a estar informados o a informarse por los medios que elijan, entre otras razones, para su continuidad.
La situación transforma en una amarga Nochebuena y Navidad para millones de argentinos, y para unos pocos, tal vez, el inicio de un apogeo nacional sin populismos ni “chusmas” que impidan codearse con el “primer mundo”. Lo cierto y concreto que Argentina sufre el retroceso inaudito en materia constitucional e institucional justo cuando celebramos 40 años de Democracia, juramentada por todas y todos en consolidarla cotidianamente.