Diario El Independiente || Edición Digital
Skip to main content

¿Y si aprendemos a vivir?

El presente es el comienzo de un obsequio que deseo compartir con Ud. amigo lector, contiene cierto mensaje aprendido y rescatado de mis 45 años con algún otro encima, abrazados a la medicina en general, la cardiología en particular más todo un “mundillo” centrado en la salud.



Por: Dr. Nicolás Suarez Albrieu cardiólogo MP 767

Allí, en ese mundillo, el mal vivir a raíz de una salud mental alterada, vino a buscarme infinidades de veces. Son tantas que resulta imposible enumerarlas. En todas ellas, era fiel acompañante de la enfermedad de base cardiovascular o alguna otra también que el paciente sufría; en todas intentó vanamente de conquistarme, aunque debo reconocer que, en cada una de esas visitas, fui formando mi concepto de la vida, mientras al unísono, iba limando ese estado mental dañado para controlar su enfermedad. 

Recuerdo haberlo reconocido aduciendo cosas con historias de las más variadas formas y estilos. A veces con atuendo fiestero de alta alcurnia y exigiendo trato de nobleza, otras, utilizando léxicos distintos, simulando ser un digno profesor del mejor establecimiento escolar o se mostró timorato, triste, dejado, como representando al abatido sin recupero y diciendo “soy nadie y nada me importa”. De vez en cuando llegó arrepentido, transpirando honestidad, aceptando su error y predispuesto a cambiar. Si, ¡así fue!... y quedan muchas más por contar.

Algunas terminaron con postres truncados por sabores agrios, otros con la sonrisa agradecida en una distendida sobremesa.

Finalmente, y luego de tamizar conceptos quedó la palabra “aprendí”, palabra loable por cuanto, al menos para mí, siempre está adosada al siguiente pensar: A menor ignorancia ¡mayor posibilidad de éxito!

¿Qué aprendí en toda esta historia? Sin temor a equivocarme: lo más penoso en la vida, no es la muerte, sino el no haber aprendido a vivir, para eso debemos tener una meta, cuyo camino y objetivo es conquistar la felicidad.

 ¿Felicidad?

Existen al respecto definiciones de todo tipo, todas dependen del punto donde se la mire. Personalmente me resultó práctica aquella que nos dice: “Se trata de un estado emocional positivo prolongado”.

Es clave entender y tener presente esas dos palabras finales, a saber: positivo/prolongado. No lo veo tan difícil ¡verdad!

Ej. Es común decir: ¡Tengo una felicidad enorme, acabo de comprar un auto! En realidad, eso es alegría, por cuanto el ser humano tiene un poder de adaptación llamativo y verá Ud. que, en un par de meses esa sensación de bienestar irá decreciendo y pasará a ser una parte normal o una más de su existir, es decir no es prolongado en el tiempo.

La alegría es un tutor de los varios que tiene la felicidad. La felicidad es mucho más que eso, exige una forma de vida. ¡Recuérdelo! Un saludo afectuoso y será hasta la próxima.