
La superestrella mundial cerró sus cinco conciertos en Argentina, confirmando una vez más la historia de amor que la une a nuestro país.
La estrella internacional Shakira cerró con broche de oro su paso por Argentina, consolidando un 2025 de dominio absoluto en la escena musical del país. Tras una semana de fervor, la superestrella mundial se despidió después de ofrecer cinco shows masivos: tres en el Estadio Vélez de Buenos Aires y dos en el Estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba, con producción de Fénix Entertainment Group.
Con estas últimas cinco presentaciones bajo el lema “Estoy Aquí”, la colombiana completó un total de siete conciertos en territorio argentino durante este 2025, sumando a sus dos shows agotados de marzo en el Campo Argentino de Polo.
La gira “Las Mujeres Ya No Lloran World Tour” no solo le valió a Shakira el gran reconocimiento de Billboard como “la artista femenina de pop latino más importante de todos los tiempos” y ser galardonada con el premio Global Touring Icon, sino que también la vio superar los dos millones de asistentes en La Mitad del Mundo.
El espectáculo entregado por la colombiana fue de primer nivel, con una producción técnica que incluyó 93 toneladas de equipo, una pantalla LED de 49 metros de ancho por 20 metros de alto y una puesta en escena con diez bailarines, sumados a múltiples cambios de vestuarios a cargo de la casa de moda de Versace.
El repertorio musical de Shakira fue un gran recorrido por las tres décadas de trayectoria, sumado a los nuevos éxitos como “Te Felicito” y “TQG”, con himnos generacionales que hicieron bailar a los miles de espectadores; como “Suerte”, “Las de la Intuición”, “Antología” y el clásico infaltable en Argentina, “Día de Enero”.
Las cinco noches dejaron momentos imborrables para los fanáticos: uno de ellos fue cuando Shakira interpretó “Día Especial”, la canción coescrita y coproducida con Gustavo Cerati, mientras imágenes del icónico músico se proyectaban en la pantalla.
El otro momento que trascenderá a la historia fue la primera vez que la artista compartió escenario con sus hijos, Milán y Sasha, quienes se unieron a ella para cantar “Acróstico”, una canción de lucha y familia. Este y varios momentos más convirtieron a los conciertos en históricos e inolvidables.