
El 20 de marzo de 2020, Argentina se detuvo. Con la firma del decreto 297/20, el expresidente Alberto Fernández estableció el comienzo del aislamiento social, preventivo y obligatorio en todo el país.
Días después, el Gobernador Ricardo Quintela anunció el primer contagio de coronavirus en la provincia y, el 31 del mismo mes, se notificó el primer fallecimiento a causa de la enfermedad. Hoy, cinco años después, aquel hecho histórico sigue resonando en la memoria colectiva.
Durante la apertura de 2020, se hablaba de una posible afección de rápida propagación. Era un virus desconocido y poco certero, pero en pocas semanas puso en velo los sistemas de salud, la vida social y la economía mundial.
En Argentina, el “caso 0 de Covid-19” se dio a conocer el lunes 2 de marzo, cuando un establecimiento privado de Buenos Aires alertó sobre el contagio de un paciente. A nivel provincial, no hubo reportes inmediatos. Sin embargo, la preocupación era latente, al igual que los controles sanitarios.
Tiempo después, el 10 de marzo, el Ministro de Salud, Juan Carlos Vergara, descartó la presencia del virus en territorio riojano, luego de analizar a un ciudadano italiano que había llegado días antes a esta Capital.
Para esa fecha, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba la pandemia global, dejando entrever que vendrían medidas sin precedentes.
Tras este duro comunicado, Medios El Independiente se convirtió en una fuente clave de información. Comenzó a seguir de cerca la evolución de la pandemia, realizando un exhaustivo recuento de casos y decisiones locales, nacionales y mundiales.
La Rioja en pausa
Según archivos del medio, el 12 de marzo el Gobernador Quintela, en línea con las recomendaciones nacionales, suspendió actividades culturales, turísticas, deportivas y recreativas en diversas localidades.
Por su parte, desde el Municipio adoptaron un paquete de medidas de contención, que incluyeron la suspensión de espectáculos y eventos públicos por 30 días, el fortalecimiento de controles en los accesos a rutas, la licencia excepcional para empleados públicos provenientes de zonas de transmisión, y la advertencia de mantener cuarentena a los mayores de 65 años, considerados población de riesgo.
Un día después, en la edición matutina de Diario El Independiente, se publicaron acciones preventivas bajo el Decreto N° 345, con un enfoque claro en frenar la propagación del virus. A su vez, la demanda de productos de higiene y protección personal, como alcohol en gel, barbijos y papel higiénico, creció exponencialmente, reflejando el pánico de los habitantes.
El aislamiento total llegó el 20 de marzo, declarado por Alberto Fernández, clausurando cualquier posibilidad de movimiento fuera de las residencias, incluidas jornadas escolares. No obstante, a pesar de las restricciones, las personas continuaron circulando por las calles.
El día 21 de marzo Diario El Independiente tituló en su portada de la siguiente forma: “La Provincia adhirió al aislamiento social y obligatorio que anunció Nación”. En tanto a la distribución de su contenido, se vio imposibilitada debido a las restricciones de transporte y precauciones requeridas.
Primer paciente
El 29 de marzo, La Rioja ratificó el caso con el Covid. Se trataba de una mujer de 52 años, quien permanecía internada en la clínica Mercado Luna con un cuadro complejo.
Fue identificada como Liliana del Carmen Ruiz y diagnosticada con dengue. Padecía celiaquía y artritis reumatoidea. Trabajaba en el Hospital Vera Barros y en la Clínica Mercado Luna, donde le practicaron un hisopado para descartar cualquier posibilidad de Covid-19.
Los resultados llegaron a la noche desde el Instituto Malbrán y arrojaron positivo al 100%. Liliana falleció en la madrugada del martes 31 a las 00:35, según informó el Ministerio de Salud desde su cuenta de Twitter. Asimismo, el Instituto Médico Quirúrgico Mercado Luna detalló lo ocurrido y lamentó la pérdida de la pediatra “quien se ganó el respeto y reconocimiento por su labor, como así también el afecto de todos en lo personal”.
Caos y descontrol
Con el paso de los días, los controles se intensificaron. Se cerraron las fronteras y más de 300 riojanos fueron repatriados desde el exterior.
Paralelamente, se registraron ataques contra personas identificadas como portadoras del virus. Uno de los episodios más violentos ocurrió en la zona sur de la Capital, donde la camioneta de una familia contagiada fue incendiada a propósito. Además, dejaron un cartel con la leyenda: “Ratas infectadas, váyanse”.
La arremetida estaba dirigida a Claudia Salguero, médica de terapia intensiva en el Hospital Enrique Vera Barros y en la Clínica Mercado Luna. Sin embargo, el blanco del atentado fue el vehículo de su expareja y sus hijos.
Pese a la adversidad, gran parte de la comunidad se solidarizó y brindó apoyo inmediato, demostrando la otra cara de la crisis: la unión y la empatía.
Momento de alivio
Con el tiempo, la llegada de la vacuna marcó un punto de inflexión, calmando la incertidumbre global. A partir de su implementación, el aislamiento dejó aprendizajes sobre el respeto y la importancia del acompañamiento. A cinco años de aquel decreto que inmovilizó al país, la pandemia dejó huellas imborrables. Su impacto sanitario y económico sigue siendo objeto de análisis, pero lo que permanece intacto es el recuerdo de aquel 20 de marzo de 2020, cuando el tiempo pareció detenerse por completo.