
La mujer representa la mitad más uno de la sociedad argentina. Su gran paso lo dio en el siglo XX, y continua en el siglo XXI abriendo un horizonte nuevo y más justo en este mundo.
Por Ramona Sánchez de Rojas
Su empuje marco un hito en el devenir de los tiempos. Logrando hoy ser respetadas y sobre todo consideradas en igualdad al hombre, logrando remover el polvo de los siglos.
Existió un canon de voces que lograron quebrar al unísono de la historia, y tuvieron que transcurrir varios milenios, para que la humanidad las escucharas, surcando el aire de los tiempos.
Soportaron y sufrieron la inclemencia absurda del olvido, una inequidad injustificable y a pesar de ellos realizaron sus obras, avanzando en sus anhelos y decisiones.
Con extraordinaria fortaleza y sin cejar en sus convicciones, se ofrendaron a una lucha desigual y la ganaron.
Inscribiendo su nombre en los anales de la historia, para que la humanidad hallara en ellas un legado inspirador.
A veces pagaron el precio más alto, como la inspiradora del “feminismo” Olimpia de Gueres.
El mundo las recompensa ofreciéndolas como referentes y pilares en la construcción de un mundo mejor
Hoy vemos su avance en las artes, las ciencias, las profesiones, siendo ya una realidad inalienable, no existiendo forma de contener este principio superando definitivamente una TARA cultural de siglos.
La mujer argentina desde los albores de la Patria, estuvo en los acontecimientos históricos más transcendentales como M.S de Thompson entonado en 1813 por primera vez las estrofas del HIMNO Nacional Argentino, JUANA Azurduy, valerosa y fiel luchadora en las contiendas patrióticas, luego de haber perdido a su marido en igual misión.
Las damas mendocinas confeccionando la bandera que el Gral San Martin condujo en sus campañas patrióticas.
Que hoy los poderes del Estado las ubica en escaso porcentajes, a pesar de su tenaz lucha.
Increíble la Corte Suprema integrada exclusivamente por hombres siendo esto un retroceso injustificable e inexplicable que nuestro Presidente postule a dos hombre para la corte, el juez Ariel Lijo y el Académico Manual Garcia Mancilla.
El no quiere mujeres con poder, habiendo grandes y extraordinarias juezas y académicas.
Es de lamentar que en 200 años de Democracia, la corte suprema tuvo 111 ministros y solo tres (3) fueron mujeres y ellas son Margarita Arguas, Carmen Argibay y Elena Highton de Nolozca únicas en 162 años.
La asociación de mujeres juezas de la República Argentina, (AMJA) expresaron que la igualdad entre hombres y mujeres es una cuestión de derechos humanos, condición indispensable, para la consolidación de la Democracia, el desarrollo económico y la paz social.
Por ello le piden al Presidente que de cumplimiento a los mandatos constitucionales, convencionales y reglamentarios que garanticen la igualdad entre varones y mujeres y así sean una sociedad, más igualitaria.
Una Corte sin mujeres es una Corte sin justicia.
Ojalá la igualdad se refleje en todos los ámbitos, tanto en nombres de plazas, parques, calles, espacios públicos.
Hoy aquí en el resto del país, no se respeta la paridad de género y solo el 8% lleva nombres de mujeres en estos espacios. Muy pocas habiendo tantas profesionales, escritoras, artistas y referentes barriales muy meritorias ……y capaces para ocupar estos cargos.
Poca visibilidad tuvieron a la largo de la historia.
Démosle participación a la ciudadanía en la elección de nombres femeninos, brindándoles el reconocimiento que merecen como impulsoras de cambios que tienen en la construcción de esta nueva sociedad.
Esto será justicia como aporte a nuestra memoria e identidad.
Asi sea.