La confrontación entre los principales proveedores de vacunas contra la aftosa en la Argentina, que fue progresiva en el último año, alcanzó su punto máximo esta semana, ya con ribetes de 'guerra declarada'.
El enfrentamiento alcanzó un punto de ebullición con la llegada del primer lote de vacuna antiaftosa bivalente Ourovac, fabricado por el laboratorio brasileño Ourofino, importado por Tecnovax.
Tiempo atrás, la empresa importadora presentó el producto para ser evaluado por el Servicio Nacional de Sanidad Animal (SENASA), y la disputa se intensificó rápidamente, mientras que Biogénesis Bagó y CDV, compañías que hasta ahora comparten la provisión nacional, cuestionaban la seguridad y efectividad de la vacuna importada.
El mercado de la vacuna antiaftosa es de vital importancia para la Argentina, que tiene uno de los rodeos bovinos más grandes del mundo.