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Divididos

Ni el perverso y artero ataque de Milei contra el ex presidente Raúl Alfonsín consiguió que uno de los sectores opositores -el más que centenario partido de la Unión Cívica Radical (UCR)- se plantee la unidad. A nivel nacional quedó fragmentado en tres bancadas en la Cámara de Diputados. En La Rioja, en el partido, a mediados de semana, venció el plazo -en la más absoluta orfandad- para presentar listas y renovar el Comité Provincia..



En el Partido Justicialista, el otro gran partido opositor a las políticas libertarias, la interna llegó a la judicialización de las elecciones para renovar autoridades partidarias nacionales creando malestar, en dirigentes y militantes puestos a elegir entre dos líderes comprometidos con sus ideales. El daño será muy grave si rompe el monolítico accionar del bloque de Diputados y el de Senadores de Unión por la Patria.

Milei atacó a Raúl Alfonsín el mismo día en que se celebraba la Recuperación de la Democracia, a 41 años del triunfo electoral del radicalismo que dio fin a la última dictadura cívico, militar y eclesiástica. Lo hizo en Córdoba ante empresarios reunidos por el aniversario de la Fundación Mediterránea, una organización claramente identificada con políticas neoliberales.

Golpista

El libertario acusó al ex presidente de promover un Golpe de Estado contra Fernando de la Rúa, en diciembre del 2001, cuando la crisis social marcó el fin del gobierno radical. Lo responsabilizó junto al peronista Eduardo Duhalde de la caída de la convertibilidad impulsada por el peronista Carlos Menem hasta negó que Alfonsín sea el Padre de la Democracia.

Gran parte del arco político nacional salió a repudiar la acusación, especialmente el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR), bloques legislativos radicales y el foro de intendentes que consideraron que fue “un agravio injustificado a su memoria y una afrenta al pueblo argentino". El ex mandatario radical "fue quien de verdad recibió la peor herencia que un presidente argentino tuvo que encarar al asumir, y lo hizo sin agredir nunca a un adversario, sin limitar jamás las libertades y con el compromiso para afianzar la democracia; sistema que le permitió a Milei ser electo diputado primero y presidente después".

Otras fuerzas políticas que defendieron a Alfonsín coincidieron en que la democracia se sostiene con el diálogo y el respeto mutuo y que la descalificación deteriora la calidad del debate público más aún cuando se difama con acusaciones infundadas que afectan la confianza en las instituciones, generan divisiones y conflictos sociales.

Contradicciones

Aunque el radicalismo se mostró unido al rechazar las declaraciones Milei lo cierto es que las diferencias y las contradicciones son notables. Entre los 33 diputados nacionales que tiene la UCR, cinco apoyan políticas libertarias y prestaron votos para el veto a la ley de Jubilaciones y al Financiamiento Universitario. Un sector del bloque pidió echar a los cinco, cuestión que no ocurrió.

En ese marco se produjo la división con un bloque oficial, con 20 integrantes liderado por el cordobés Rodrigo de Loredo que pronuncia grandilocuentes discursos contra las políticas nacionales, pero vota a favor de Milei; otro con 12 legisladores “Democracia Para Siempre” opuesto a las políticas libertarias más un tercero denominado “Unidos” con un legislador.

No solo a nivel nacional, hay contradicciones. En la provincia, es conocido el vínculo entre dirigentes radicales riojanos con el PRO y la alianza Juntos por el Cambio, que, si bien ya no tiene existencia real, el ex viceintendente Guillermo Galván está claramente alineado con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich que ratificó los dichos de Milei contra Alfonsín.

No se conocen declaraciones del chileciteño Julio Martínez al respecto, aunque se mantiene muy activo en redes aplaudiendo al dialoguista cordobés De Loredo. Quien sí salió en defensa del ex presidente Alfonsín, fue la ex intendenta Inés Brizuela y Doria, ya que en su condición de vicepresidenta del UCR nacional firmó el comunicado de repudio que divulgó online.

Ninguno de estos dirigentes se formó en las filas “alfonsinistas” de los 80 y, como jóvenes de entonces, militaron en el sector de los Federales línea liberal referenciada en Ricardo Balbín.

Los movimientos populistas-alfonsinistas de la época eran Renovación y Cambio que en La Rioja integraban los Mercado Luna y Tito Oyrón entre otros, más La Junta Coordinadora Nacional donde se destacaban jóvenes como Ciro Medina, Héctor Spallanzani, Cacho Moya y Miguel Medina. A la Coordinadora Milei la acusó de militar en la extrema izquierda.

Actualmente ninguno de estos dirigentes está en la UCR provincial, todos fueron expulsados por aliarse con el peronismo u otros partidos. El único que se salvó de la “purga” fue Julio Martínez más afín a políticas neoliberales, electo diputado nacional por una alianza con el peronismo.

Hoy Martínez, con los Galván, los Brizuela y Doria y Salzwedel -ante la falta de presentación de listas para la interna del 1 de diciembre próximo- negocian una conducción unificada.

Los radicales expulsados son críticos de lo que califican dominio corporativo del partido que pasó de 60 mil afiliados a 13 mil en 20 años.

Raúl Galván

El único dirigente radical del que se conocen declaraciones públicas en defensa de Alfonsín, fue Raúl Galván (padre de Guillermo y de Gustavo, diputado provincial). En declaraciones a radio La Red, aseguró es “falso que el doctor Raúl Alfonsín haya insinuado la caída del doctor Fernando de la Rúa. Conozco de cerca los esfuerzos que hizo como presidente del Comité Nacional para el mantenimiento del sistema democrático”.

Galván tampoco fue alfonsinista, sí funcionario de Alfonsín. Ejerció la subsecretaría del Ministerio del Interior a propuesta del entonces ministro Trócoli que provenía de una línea interna del radicalismo muy cercana a Balbín y opositor de Alfonsín.

Exposición innecesaria

La interna del peronismo tampoco transita caminos de unidad. Ricardo Quintela, había conseguido trascendencia y valoración de la dirigencia peronista de las provincias para encarar la reorganización del PJ. Fiel a la tradición que históricamente caracterizó a los riojanos, fue de los primeros en marcar la “necesidad de dotar al partido de una vitalidad y una esperanza que no tenía” cuando nadie se expresaba al respecto. Una postura de vanguardia como la definió el Gobernador.

La aparición de Cristina Fernández como candidata, el rechazo de la Junta Electoral a la lista encabezada por Quintela y la decisión de ir a la justicia derivó en enfrentamientos entre dirigentes y decepción, de uno y otro lado de la militancia, que mira atónita cómo la economía hace estragos en las clases populares.

El gobernador intentó mantener cierta línea de no agresión, pero “inoportunas” situaciones como el mismo las calificó lo pusieron como supuesto negociador con el gobierno libertario. Es que Jorge Yoma, apoderado de la lista, asistió a Casa Rosada el mismo día en que se presentó la demanda judicial aclarando horas después que fue a conversar sobre la deuda que la Nación tiene con La Rioja, pero en el recorrido por todos los medios porteños no se privó de hablar contra CFK, a quien meses antes había elogiado.

Conocida la decisión de la jueza Servini de rechazar la petición de Quintela, aún resta la notificación a las partes, se desató un panorama más que confuso en la interna peronista. El gobernador en una entrevista por Canal 9, reconoció que no podrán seguir apelando ante la justicia electoral e intentó “desdramatizar” la interna con CFK. Por su parte, CFK que todavía no habló dejó trascender a través de dirigentes con los que se entrevistó por estos días que está dispuesta a convocar a todos “sin rencores” que era precisamente lo que quería Quintela y le rechazaron. Los diarios porteños, a su vez, dijeron que, superada la instancia judicial, CFK quiere convocarlo para este lunes, cuando por decisiones de ambos, este encuentro se frustró semanas pasadas. En la entrevista con Canal 9, el gobernador dijo que CFK no es su enemiga, por lo está dispuesto a tender puentes de diálogo. En medio, dirigentes kirchneristas siguen planteando la división, incluso con el gobernador Kicillof, en una actitud típica del centralismo político instalado en CABA en detrimento del resto del país.

No se puede dudar que Quintela está entre los primeros dirigentes peronistas y gobernadores que se opuso y se opone férreamente a las políticas libertarias, tampoco de la centralidad política e ideológica de Cristina Fernández para enfrentar a Milei, por eso no se entiende este tortuoso camino hacia la unidad.

En tanto, el gobierno nacional mantiene un alto nivel de adhesión, con políticas macroeconómicas basadas en la especulación financiera y en beneficios a grandes empresas que exportan la producción nacional a costa del consumo interno. La reactivación económica local, la recuperación del ingreso de jubilados y trabajadores, la pérdida de empleo y el desfinanciamiento de servicios básicos como educación, salud y cultura no están en el radar libertario.