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Violencia y mentiras

El gobierno nacional intensificó el modelo institucional y comunicacional de violencia verbal y mentiras frente al conflicto universitario que abrió con el veto total a la ley de Financiamiento de Universidades Nacionales aprobada por el Congreso.



Esta forma de comunicar de Milei, típico de los vínculos utilizados en las redes sociales suman mentiras, violencia verbal, falsedades, insultos, operaciones imaginarias, escrache, provocaciones y calumnia a personas de cualquier ámbito.

En las clases públicas, la protesta callejera y las asambleas de las comunidades universitarias se vio cómo de la violencia verbal y gráfica de las redes se pasó a la violencia física con infiltrados en las manifestaciones, en los claustros universitarios atacando o provocando a estudiantes, docentes, no docentes y autoridades que se reunían a expresar su rechazo al veto y al desfinanciamiento de la educación pública.

La costumbre del gobierno anarcocapitalista de usar la violencia verbal y la mentira comenzó el mismo día de la asunción del presidente, en el discurso que dio de espaldas al Congreso. Entonces dijo que el gobierno peronista “nos dejó una inflación plantada del 15.000% anual”, una cifra descabellada, fuera de toda realidad, no solo en comparación con los números del INDEC también con el termómetro callejero que ausculta la suba de precios. Inaudito si se tiene en cuenta que los números para entonces marcaban alrededor del 170% interanual.

Exageró con la pobreza que calculó en 90% y de indigencia al 50%, cifras que no se registraron ni en las peores crisis de la historia del país. También mintió sobre la desocupación, la deuda externa, los salarios, la cantidad de alumnos que egresan de la primaria, los empleados en blanco, los muertos por COVID e incluso muertes por accidentes de tránsito que atribuyó al mal estado de las rutas que dejó el gobierno anterior.

Insultos

A las mentiras sumó andanada de insultos. Es cierto que Milei usa un lenguaje que no es ajeno a la vida cotidiana, pero que en boca de un referente público adquiere mayor trascendencia y que ha sido naturalizado por las mayorías que algunos pretenden identificar como signo de autenticidad. Así se lo escucha decir: “Casta putrefacta”, “pedazo de mierda”, “sorete” “ensobrados”, “kukas”, “manga de delincuentes, ladrones, mentirosos”, “traidores”, “bobito”, “cobardes”, “idiota” “imbéciles”, “ratas miserables”, “concha de tu madre”, “culo sucio”, “degenerados fiscales”, “zurderío inmundo”, sin que se le ocurra disculparse o mermar sus ataques.

“Yo distingo la puteada, o mala palabra, del insulto. La palabrota no dirige violencia contra nadie, no excluye: es una expresión de emociones vigorosas. Es lo que hace Luis Juez, y cae simpático. Pero el insulto es violencia contra otro: es lo que hace Milei”, explicó Karina Galperín, doctora en Letras, especialista en historia de la lengua y en lenguas romances consultada por el diario porteño La Nación.

Se han expuesto explicaciones de estrategia, de metodología, de impacto psicológico, electoralista y hasta político de estas conductas que cuentan con la complacencia de parte del electorado que lo votó harto que una dirigencia formal y de buenas maneras que no dio respuesta a sus demandas. Tampoco Milei, con sus formas, satisface las necesidades del electorado propio y ajeno, queda por saber si estos modos, que no hacen a las políticas de fondo, perdurarán o que daño le harán a la democracia.

Cotidiana

La mentira es cotidiana en Milei. Hace dos días, en Mar del Plata, en el Coloquio de IDEA, enumeró varias -recibidas con beneplácito por la élite empresarial del país que lo escuchaba- desmentidas por datos reales y públicos. Aseguró que "El índice de pobreza ha disminuido en 5 puntos porcentuales en los últimos seis meses" cuando creció 11,2 según el INDEC; que la inflación mensual está por debajo del 3% cuando setiembre marcó 3,5%; que las jubilaciones “están 10% por arriba de la inflación" cuando todavía no se recuperan de la inflación de diciembre del 25,5% que generó la devaluación, la liberación de precios en la licuación de ingresos.

En la semana previa, las falsedades, fueron contra las universidades nacionales como que “no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y de la clase alta y media alta". Los datos de la EPH del INDEC indican que dos de cada tres estudiantes de universidades públicas son decil 1-6 (los que tienen más necesidades insatisfechas, con ingresos por debajo de los 700 mil pesos). Y el 48 por ciento de los estudiantes están por debajo de la línea de pobreza. Datos del INDEC confirman además que la pobreza entre los alumnos de nivel superior subió 14,7 puntos en apenas tres meses.

"Si no quieren ser auditados es porque están sucios. No quieren las auditorías para seguir defendiendo el robo”. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) rechazó esta afirmación porque tienen auditoría interna y externa de la Auditoría General de la Nación (AGN) con control del Congreso y se ofrecieron a ser auditadas.  Aún así, Milei insistió en que no quieren ser auditadas.

Protesta y elecciones

En la provincia, las dos universidades nacionales, Capital y Chilecito están atravesando procesos eleccionarios, la primera a fines de octubre y la chileciteña, primeros de días de diciembre. En medio de la contienda electoral se hicieron las marchas, los paros nacionales, reuniones y vigilias en rechazo al veto a la ley de financiamiento universitario. Un sector de los estudiantes participa de clases públicas en el Parque de las Juventudes de la Capital y, en Chilecito, en la última asamblea se anunció que se mantienen en alerta y en defensa de la educación pública.

Sobre falta de rendición de cuentas en la UNLaR, fue desmentida de inmediato por el rector actual y el anterior. Aseguraron que los fondos del presupuesto anual han sido informados y quedaban pendientes fondos extrapresupuestarios gestionados para proyectos específicos y de voluntariado. El rector chileciteño aseguró que ya pasaron por una auditoría y que las internas permitieron detectar irregularidades en la gestión anterior.

Se aclaró que el 96 por ciento del Presupuesto universitario lo insumen los salarios de docentes y no docentes. Y el 4% restante a gastos de funcionamiento.

Sin unidad

Al cierre de este comentario político, la unidad declamada por Cristina y Quintela para elegir autoridades del partido Justicialista “hizo aguas”. A pocas horas, para anotar listas, la negociación estaba trabada.

La decisión de CFK de no convocar a Quintela, (días antes, el riojano no le atendió el teléfono al secretario de la ex presidenta) se consolidó después del discurso del gobernador bonaerense Axel Kicillof porque no se pronunció explícitamente por ella.

Por eso, sus más cercanos difundieron que la ex presidenta habló de “poncios pilatos y judas” dentro del peronismo sea por “lavarse las manos” como Pilatos o traidores como Judas.

Quien sí habló, fue Quintela confirmando las acusaciones que difundió el entorno de CFK. Posteó en la tarde del sábado, tras esperar toda la mañana la llamada telefónica de la unidad.

Su postura confirmó un anticipo de esta columna sobre las diferencias entre el riojano y CFK. En el comentario del domingo pasado se dijo que CFK hablaba de “transfuguismo político” en relación a gobernadores y legisladores que votaban a favor del gobierno y proponía que “nadie más en nombre del peronismo termine utilizando una banca en contra del Pueblo y la Nación”. Por el contrario, Quintela se mostró aperturista, dispuesto a acordar con los que se fueron y con gobernadores peronistas que dialogan o apoyan a Milei.

En ese contexto, Quintela expresó dolor porque “no se trata ni de debates amplios, ni de contener a todos, ni de abrirnos a la participación de las nuevas generaciones, mucho menos de debatir los problemas de nuestra Argentina frente a las nefastas políticas de Milei” tampoco de contener a la militancia y cuestionó que el juego siga siendo “señalar traiciones, forzar voluntades e identificar lealtades” porque así “no vamos a poder construir una nueva esperanza en el Peronismo. Dejar atrás esta forma de construir política es lo que me impulsa en mi vocación de conducir el partido”.

Visto así, la razón parece estar de lado del riojano, pero ni él ni CFK cumplieron con sus anuncios de priorizar la unidad y de renunciar a la candidatura, en caso que Cristina se presente, o en caso que no se logre la unidad, según la ex presidenta.

Mientras el peronismo abre más grietas internas, le da aire al oficialismo para otra reducción del gasto social ¿Lo aplicará en vacaciones?, para que la gente no se dé cuenta como dijo Milei ante los empresarios sobre el primer ajuste.