Spider-Man: A través del Spider-Verso fue vista en las salas argentinas por casi un millón de espectadores, mientras que Ant-Man and the Wasp: Quantumania (Marvel, protagonizada por Paul Rudd) no llegó a 800.000 y Flash (DC, con Michael Keaton) convocó a menos de 600.000 personas.
Esta semana se estrenó en salas de Argentina “Tortugas Ninja: Caos mutante”. Esta película de animación dirigida por Jeff Rowe (el mismo de la notable “La familia Mitchell vs. las máquinas”, disponible en Netflix) a partir de un guion que coescribió junto a Seth Rogen y Evan Goldberg recupera la historia original de lo que desde su creación como cómic en 1984 ha sido una parodia al universo de los superhéroes con las cuatro tortugas mutantes y adolescentes expertas en artes marciales.
El film, una especie de cruza entre Godzilla y los X-Men, fue recibido con críticas muy entusiastas y en los pocos días que lleva en cartel en el exterior ya recaudó más de 100 millones de dólares. Una buena cifra para una producción que costó menos de 70 millones.
En simultáneo se lanzó esta semana en los cines locales (y de buena parte del mundo) “Blue Beetle”, nueva incursión de Warner en el universo de superhéroes de DC Comics con un elenco pletórico de figuras latinas, un presupuesto bastante más alto (120 millones de dólares), críticas mucho más divididas y una previsión no demasiado promisoria a nivel comercial, según los analistas del negocio.
Esta tendencia de films animados con buenos resultados artísticos y comerciales frente a películas live-action (con actores) que están fracasando en ambos terrenos marca, por un lado, la vigencia de la animación como medio de expresión ideal para el género de superhéroes y una creciente fatiga en las franquicias del rubro tanto de Marvel como de DC.
Lo de “Tortugas Ninja: Caos mutante” no es un caso aislado
Una de las películas más rentables y mejor evaluadas del año es “Spider-Man: A través del Spider-Verso”, primera entrega de un díptico que se completará el año próximo. La película de Joaquim Dos Santos, Justin K. Thompson y Kemp Powers es un prodigio creativo dentro de la animación y ha resultado además un excelente negocio: costó 100 millones de dólares y ya lleva recaudados casi 700 millones a escala global.
Es que este año, con la honrosa excepción de “Guardianes de la Galaxia Volumen 3”, que ha tenido buenos números y apoyo crítico, las películas de superhéroes con actores vienen de fracaso en fracaso.
Veamos los números a nivel local: la animada “Spider-Man: A través del Spider-Verso” fue vista en las salas argentinas por casi un millón de espectadores, mientras que “Ant-Man and the Wasp: Quantumania” (Marvel) no llegó a 800.000 y “Flash” (DC) convocó a menos de 600.000 personas (el film del argentino Andy Muschietti es un fracaso histórico a nivel global).
El caso de DC es sintomático: mientras su producción con intérpretes tiene más traspiés que hallazgos, su producción animada con películas dedicadas a La Liga de la Justicia, Batman, Superman o Mujer Maravilla, por citar solo algunas, han sido muy elogiadas por los fans.
Causas y claves del fenómeno
➤Mientras la interacción entre actores y actrices de carne y hueso con un universo digital construido a puras CGI (imágenes generadas por computadora) y ahora tambén con AI (inteligencia artificial) no siempre funciona, la animación fluye y permite un vuelo artístico inagotable y muchas veces sorprendente y fascinante.
➤Mientras los actores encargados de encarnar a distintos superhéroes envejecen o piden cachets exorbitantes, en el mundillo animado son... por siempre jóvenes.
➤Las escenas de acción, como bien demostró “Spider-Man: A través del Spider-Verso”, son más espectaculares y creativas en animación que con seres humanos.
➤La animación permite tomar monstruos, alienígenas y mutantes surgidos de las historietas con mucha mayor facilidad que el cine live-action.
➤Los mencionados éxitos en salas, pero también los sucesos de series como “Invincible” o el furor global por el animé japonés (que ha influido de forma decisiva en la producción de Hollywood), marcaron el rumbo para una mayor producción animada dirigida no solo a niños y adolescentes sino también a un creciente público adulto.
➤El cine live-action copia más a la animación (y no viceversa). De hecho, muchos films con actores son en verdad películas animadas a las que se les “incrustan” los personajes de carne y hueso.
➤Salvo algunos casos excepcionales (como Joss Whedon, Zack Snyder o los hermanos Russo), es difícil hablar de “autores” o de cineastas con estilos marcados en el universo de superhéroes. En el cómic y la animación, en cambio, hay figuras insoslayables y muy reconocibles.
Lo concreto es que, mientras se utiliza de forma insistente el término cansancio o fatiga a la hora de hablar de la crisis del cine de superhéroes (los problemas personales y los cambios de rumbo son constantes tanto en Marvel como en DC), el cine de animación está experimentando un bienvenido y merecido resurgimiento. El contraste, por lo tanto, es tan mayúsculo como evidente.
Fuente: Télam