
El periodista Horacio Pagani se hizo viral hace días por haber ganado la lotería en pleno vivo de Bendita. Sin embargo, su felicidad se vio opacada cuando fue estafado por un grupo de personas a plena luz del día que le habrían quitado más de un millón de pesos.
En una visita a Radio Mitre, reveló: “Me estafaron. Fue una pyme de estafadores. Participaron, según mi opinión, nueve personas. Yo me fui de acá de forma urgente por la calle Jean Jaurés y cuando llegué a ‘Guarda la rueda derecha’. Seguí una cuadra más, no le di bola. Pero cuando llego a la esquina de Rivadavia, otra persona me dice: ‘La rueda derecha’. Y cuando le pregunté qué le pasaba, me dijo que se movía”.
“No se movía un carajo el auto, pero bueno, me asusté un poco. Estacioné y justo venía un mecánico. Me dijo que se estaba yendo a comer, pero miró y dijo ‘uy la rueda’. Y yo no entendía qué tenía la rueda. Metió la mano por atrás de la rueda y sacó una tuerca llena de grasa. ‘Uhhh’, dijo, y yo también. Después vino otro, eran de nacionalidad boliviana, y empezaron a laburar ahí abajo. Que sé yo, miraba, y se movía el volante para un lado y para el otro. ‘Acá, a la vuelta hay una casa de repuestos. Podemos ir a ver’, me dijo. Y uno de los dos se fue, y llamó por teléfono diciendo que iba con el dueño de la casa de repuestos”, continuó relatando el periodista deportivo.
“Vinieron dos más. Pero me explicaron que tenía que decir que yo me atiendo en el taller de ellos, en el taller de los bolivianos, que está en la otra cuadra. Yo como un boludo empecé a decir todo lo que me decían, ¿qué voy a hacer?“, siguió narrando la historia mientras mencionaba a más personas de las involucradas.
Además, adhirió: “De la nada traen un repuesto flamante y envuelto en un papel original. ‘¿Cuánto vale todo esto?’, empecé a preguntar. ‘Dos millones y medio de pesos’, me respondieron. Ahí digo ‘bue, dejo el auto estacionado acá, me voy al canal en taxi y después lo vengo a buscar’. Pero como lo había dejado justo en una salida de un auto, empecé a dudar porque capaz que justo venía el dueño y quería meter el auto. Mientras, ya habían empezado a moverse y a laburar. De pronto se pusieron a usar el repuesto nuevo y les dije que no tenía esa guita. ‘Haceme factura A’, les dije. ‘Rebajo a dos millones’, me respondió. Y ahí aparece uno de los de adelante, con un caño todo reventado, sucio y lleno de grasa, que supuestamente era lo que sacaron».
“Me dijo que si se llevaba las partes viejas le bajaba a 1 millón 700 mil. Vivo, porteño, le dije ‘te doy un palo y seis’. Y, después de que se lo di, vino el otro a decirme que le tenía que pagar la mano de obra. Doscientos cincuenta mil mangos me pidió. Me pasó un alias y el banco rebotó la transferencia. Y como este se demoraba mucho, los compañeros lo empezaron a llamar. Ahí empezó a haber como una confusión entre todos. Me dijo una dirección que estaba a siete cuadras de donde estábamos, algo no cerraba”, manifestó.
Finalmente, Horacio Pagani cerró: “Ahí le mandé esa plata al mismo que ya le había pasado el palo seiscientos, y a ese le entró normal. Le sacó una foto a mi teléfono para reclamarle al otro de la plata. Después, cuando fui a un mecánico amigo, me dijo que no me hicieron nada. ‘Te pusieron grasa en el que tenías y no te hicieron nada. Esto no se rompe nunca’, me explicó. No pude dormir esa noche. Fue mucha plata. Un palo ochocientos en total”.