
El presidente Javier Milei, en su intervención en el Foro Económico de Davos, lanzó un ataque feroz contra la cultura "woke", llamando a sus seguidores a destruirla en todo el planeta. La polémica se profundizó cuando defendió al multimillonario Elon Musk, tras su saludo nazi en la asunción de Donald Trump. Pero, ¿qué es el wokismo y por qué Milei lo considera una amenaza?.
Por Martin Illanez, abogado y Licenciado en Ciencias Políticas
El término "woke" proviene del inglés afroamericano y originalmente se refería a "wake", despertar, estar consciente de las injusticias sociales, como el racismo. Con el tiempo, su significado se amplió para incluir una mayor conciencia sobre diversas formas de opresión, incluidas aquellas que surgen del neoliberalismo, que afecta a las grandes mayorías al concentrar el poder y los recursos en manos de unos pocos, profundizando las desigualdades sociales y económicas.
Hoy, "woke" también es usado en debates sobre la resistencia a estas opresiones sistémicas. Para Milei, este tipo de conciencia crítica representa una amenaza, no porque persiga la justicia social, sino porque desafía las jerarquías de poder que él defiende como el patriarcado y el colonialismo.
La cruzada contra el “wokismo” y la defensa del poder corporativo
Milei ha construido su discurso sobre la idea de la "libertad individual", una que se reduce a la defensa del mercado sin regulaciones, en línea con figuras como Elon Musk, quienes ven la concentración de la riqueza y el poder como el orden natural de las cosas. Para Milei, el “wokismo” es el enemigo porque busca visibilizar las injusticias estructurales que el neoliberalismo tiende a ocultar, como la explotación de las mayorías para el beneficio de una minoría privilegiada.
Al atacar a los movimientos feministas y progresistas, Milei no solo está intentando silenciar las voces que abogan por una redistribución más equitativa del poder y la riqueza, sino también legitimar las estructuras que perpetúan la explotación económica y social. Sus palabras no son una defensa de la "libertad", sino una defensa de las jerarquías patriarcales y coloniales que se benefician del neoliberalismo.
Este discurso es un retroceso en términos de derechos sociales. El “wokismo” que Milei busca destruir es, en realidad, una resistencia al status quo que su discurso defiende.