El amor sano se fundamenta en el respeto mutuo, la confianza y una comunicación abierta. Es una relación en la que ambas personas encuentran un equilibrio entre dar y recibir, sin que una parte sacrifique su bienestar por la otra. Este tipo de relación fomenta el crecimiento personal y emocional y ofrece una base sólida para la felicidad y el desarrollo.
El amor sano se fundamenta en el respeto mutuo, la confianza y una comunicación abierta. Es una relación en la que ambas personas encuentran un equilibrio entre dar y recibir, sin que una parte sacrifique su bienestar por la otra. Este tipo de relación fomenta el crecimiento personal y emocional y ofrece una base sólida para la felicidad y el desarrollo.
Aunque el corazón suele llevarse los créditos, la mayoría de los beneficios asociados al amor se origina en el cerebro, que está programado evolutivamente para producir y liberar hormonas cuando experimentamos atracción, afecto y apego.
“Cuando la red del amor se enciende, activa los centros de recompensa del cerebro, liberando una cascada de hormonas, neuroquímicos y opioides naturales, que nos hacen sentir alegría y también ayudan a nuestro cuerpo a sanar y a nuestra mente a lidiar con el dolor”, destaca Stephanie Cacioppo, neurocientífica de la Universidad de Oregón, EE.UU.
Algunos de los beneficios demostrados de tener amor en la vida son: reducción del estrés, mejor sueño, mejora de la salud inmunológica, reducción del dolor (las investigaciones demuestran que tener más oxitocina en la sangre ayuda a la curación), menos depresión, mayor capacidad para resolver problemas, mejora de la función cognitiva e, incluso, una vida más larga.