Franco Campos, periodista de La Rioja, dio detalles de lo que vivió cuando llegó a la escena del choque entre una camioneta y una moto la madrugada del domingo último sobre avenida Ortiz de Ocampo. En el lugar hubo disturbios entre los familiares de los involucrados y un dudoso proceder de los efectivos policiales al momento de realizar el test de alcoholemia a uno de los conductores.
Campos en contacto con Medios El Independiente relató en primera instancia “la madrugada del domingo, volvía de la casa de mis padres hacia mi domicilio por avenida Ortiz de Ocampo y veo una camioneta y una moto tirada. Me acerco y veo que estaba un hombre que no se podía mantener parado, estaba haciendo equilibrio entre la puerta de la camioneta y la calle. Y el chico de la motocicleta estaba con la familia. Me freno en el lugar y le pregunté a la familia del muchacho de la moto que había sucedido, me explican. Le pregunto a un efectivo policial que estaba ahí también, no me quiso dar muchos detalles, muy por encima me contó. Lo único que me dijo con firmeza es que el 107 ya vino, ninguno tiene heridas de consideración, solo daños materiales. Ahí se me acerca uno de los testigos, me dice que el hombre está alcoholizado y no puede mantenerse de pie”.
Siguió relatando que “me quedo observando el panorama, en primera instancia que esto iba a terminar ahí, un acuerdo de partes, pero al pasar los minutos, empiezo a ver comportamientos entre los que estaban involucrados ahí con los efectivos, raro y confuso. Ahí escucho a uno de los efectivos que dice los queremos invitar a ambas partes hacia Accidentes Viales donde se le realizará el Test de Alcoholemia. Eso me llamo la atención, la Alcoholemia se hace en el lugar del hecho. Luego venía llegando una señora con una joven y le lleva una botella con dos litros de agua. Ahí es cuando la familia del chico de la moto le dice que pare, que no le hicieron la Alcoholemia. La policía argumentó que lo que tomase no le iba a alterar el resultado si tenía alcohol en sangre. Vienen más efectivos policiales entre ellos una femenina y nos dice, incluyéndome a mí que me apartara del lugar. Le dije que estaba trabajando. Llega una cuarta persona, de la fuerza, a los familiares del motociclista y le dice a la madre quién fue testigo y sabe que mi papá fue el culpable del accidente. Una persona que estaba comiendo en un carro bar, le dice que fue testigo de cómo tu papá pasó la avenida sin mirar”.
“Desde que el accidente sucedió pasada la medianoche, el test de Alcoholemia se fue a realizar a las 02:00. Los efectivos argumentaban que al ser fin de semana son muy pocos los dispositivos para realizar el test y que tenían que ir a buscar la pipita a otro control. Cerca de las 02:10, llega el control, le hace la pipeta al señor, decía que tenía los labios adormecidos, previo a esto, vi que comió algo, se metía cosas a la boca, caramelos u hoja de coca y se lo pasaban los familiares”.
“A la séptima vez, volvió a soplar, sin mostrar el resultado dicen que le salió negativo. Cuando sucede esto, los familiares de la persona de la camioneta empiezan en tono de venganza a una de las personas que estaba ahí, acompañante del chico de la moto, ya vas a ver, un hombre de azul. Y el hombre de la camioneta se baja señalándome a mí, haciendo un gesto de vení vení, luego se acerca un muchacho que era el hijo, y ahí me dice que a vos cuando te encuentre hablamos y hace un gesto como gatillando un arma. No le presté demasiada atención y al que estaba en el operativo le dije vio la amenaza que hizo. Me dijo que no vio nada y me invitó a la comisaría. Luego vienen 10 motoqueros, de la motorizada a decirles a la familia del chico que tenían que irse del lugar sino iban a meter preso a todos”, agregó.
Campos agradeció a la Secretaría de Derechos Humanos, a la secretaria de Comunicación Luz Santángelo y colegas, que se pusieron a disposición y solidarizaron por el grave hecho que le tocó vivir cuando realizaba su tarea de periodista en un hecho de tránsito.