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Milei, su ley, tu ley

Asistimos a una nueva transición tecnocomunicativa. Una nueva transformación en el origen de donde proviene el mensaje, y el cambio de recepción en quienes reciben ese mensaje visual y auditivo. Ya no son solo palabras.



Por Carlos Liendro

Cada vez se lee menos, y algunos profesores de Literatura y Lengua han comenzado a desesperarse; especialmente en los terciaros donde se forma el engranaje de reproducción de la enseñanza.

Pero el fenómeno es el ex arquero y economista, formado en la ideología  de la escuela austríaca de economía de Hayek y algo de Chicago. Personaje mediático que ha calado hondo, gracias a las nuevas tecnologías del celular, internet, tik tok, y todo lo tecnocomunicativo que viene. Es necesario seguir aclarando, que muchas de las barbaridades que dijo en materia de ‘quemar el Banco Central’, ya estaban hace más de cuatro años. Iba a la TV de aire y de cable y, los productores lo dejaban unos minutos más, porque ‘medía’ (como se dice en la jerga televisiva, donde cada minuto cuesta). Mucho de lo que se muestra ahora, contra sus oponentes políticos, ya estaba dicho. Lo que dijo sobre el Papa, contra los economistas,(acusándolos de ‘mogólicos’), arrogándose en la soberbia de ‘la superioridad moral’ contra los zurdos. Nadie en esos momentos salía a decir algo. Lo ponían en una categoría de ‘loquito’ y todo parecía quedar en lo divertido. Existen varios videos, donde no solo maltrataba a periodistas femeninas, sino que mostraba su misoginia y odio racial.

Las PASO lo han consagrado con toneladas de votos, y la clase dirigente se empezó a poner nerviosa de verdad. Esos que viven haciendo la plancha, comenzaron a entender ese voto castigo, que las consultoras no les habían advertido. Ninguna consultora política y económica anunció el triunfo del admirador de Cavallo. Hasta le daban 17 puntos, teniendo como base lo poco y nada que sacaba en las provincias que habían tenido elecciones. Por eso cundió el pánico, sumándole ya las reformas y el achique que va a hacer con el Estado, sino con algo que pegó como mejor propaganda política. Esta fue ‘vamos a acabar con la casta’ y agregó ahora: ‘nada va a cambiar con los políticos que están hace más de veinte años’. Todo esto como slogan, ha pegado fuerte en un electorado joven, con trabajo precario, de varios sectores sociales. Ya no eran solamente los primeros que seguían al león, como un star rockero, sino alguien que les deba un discurso para destruir, no importa qué.

La gran batalla se va a jugar en Buenos Aires y CABA. Por eso el apuro de los candidatos a realizar alianzas. Muchos creen que va a haber segunda vuelta, y que esa final será entre Libertad avanza y Unión por la Patria. Es patético ver como los canales de TV (empresas con capital que invierte en candidatos), ya juegan su partida: LN, TN por Bullrich. Así de directo, y al que sigue gritando ¡Viva la libertad carajo!, no lo entrevistan más. En estas semanas se observó que los antídotos de desagravio que hicieron los sindicatos, Grabois, los curas villeros (a favor del Papa), ni les importa a esos candidatos de esta nueva ultraderecha (como una sucursal de Vox- el partido de España) en Argentina. La candidata a vicepresidenta, ni se inmuta cuando le preguntan sobre su visita Videla (condenado por Delitos de Lesa humanidad y que murió en la cárcel), o todo lo que reivindica como ‘negacionista’ (no acepta que haya desaparecidos). Ya están diciendo lo que hace veinte años, algún grupo podía pensar, pero no se decía en voz alta, en la economía; ahora avanzan en esta segunda parte sobre los Derechos Humanos.