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Un bombero retirado y un joven se recibieron en Higiene y Seguridad

Rubén Córdoba, comisario general retirado y ex jefe de Bomberos de la Policía de la Provincia, obtuvo su título a los 62 años junto a Martín Arias, de 22. La historia pone en valor la superación personal y alienta a la comunidad a derribar el mito de la edad como límite para formarse.



La educación como esfuerzo y dedicación volvió a quedar en evidencia con la reciente graduación de Rubén Córdoba y Martín Arias en la carrera de Auxiliar de Higiene y Seguridad, dictada por el Instituto Babbage. Córdoba, con 34 años de trayectoria en Bomberos de la Policía de la Provincia y una extensa experiencia como jefe y formador, decidió retomar los estudios y finalizar una nueva etapa académica a los 62 años, enviando un mensaje claro: siempre se puede aprender.

Tras una vida dedicada al servicio público y a la prevención de riesgos, el ex comisario general destacó que la formación le permitió incorporar herramientas fundamentales, especialmente en el aspecto legal de la seguridad e higiene laboral, un área que –según explicó– no siempre se aborda en la práctica cotidiana del trabajo operativo. El título obtenido tiene validez nacional y habilita a desempeñarse como auxiliar o ayudante en áreas de seguridad e higiene, tanto en el país como en el exterior.

Junto a él se recibió Martín Arias, de 22 años, quien actualmente cursa la Licenciatura en Recursos Humanos y encontró en esta capacitación un complemento clave para su formación profesional. El joven remarcó que compartir el aula con una persona de tanta experiencia resultó profundamente motivador y que la combinación entre teoría, práctica y normativa legal le permitió comprender mejor cómo prevenir accidentes y evaluar condiciones de seguridad en ámbitos laborales.

Ambos coincidieron en que el conocimiento no solo sirve para el trabajo, sino también para la vida cotidiana, ya que brinda herramientas para actuar ante emergencias, prevenir riesgos y generar entornos más seguros. Además, destacaron la importancia de transmitir lo aprendido, compartir experiencias y construir saberes colectivos que fortalezcan a la comunidad.

La historia de Rubén Córdoba y Martín Arias se convierte así en un ejemplo inspirador que invita a jóvenes y adultos a animarse a estudiar, capacitarse y reinventarse.

Lejos de ser un obstáculo, la edad aparece como una experiencia que suma valor al aprendizaje y demuestra que la formación permanente es una oportunidad abierta para todos.