
Después de una década vistiendo la camiseta azul y oro, este martes llegó el día del adiós para Frank Fabra. A los 34 años, el lateral colombiano tuvo su despedida de Boca Juniors tras completar su último entrenamiento en el predio de Ezeiza, cerrando así un ciclo de 244 partidos oficiales, 14 goles y 32 asistencias.
Fabra, que había perdido continuidad en el último tiempo, recuperó la titularidad brevemente este año bajo la conducción de Miguel Ángel Russo, en un partido disputado en Santiago del Estero. Sin embargo, no logró consolidarse nuevamente, en un contexto donde parte de la hinchada ya venía mostrándole descontento, especialmente en La Bombonera.
Algunas expulsiones en momentos decisivos —como la final de la Copa Libertadores 2023 ante Fluminense— y un rendimiento irregular, sumados a uno de los contratos más altos del plantel, fueron debilitando la relación entre el colombiano y los simpatizantes. Ese desgaste marcó la recta final de su estadía en el club.
La despedida fue íntima y sin grandes formalidades. Un video que circuló en redes lo mostró abandonando el predio vestido de civil, visiblemente emocionado, tras saludar a empleados del club. En su cuenta personal, Fabra compartió una imagen del Centro de Entrenamiento con un corazón roto y un emoji llorando, dejando entrever que el final era inevitable desde hacía tiempo.

El lateral ya no formaba parte del día a día del plantel desde hace meses y, con la licencia extendida para los jugadores hasta el 27 de diciembre, quedó oficialmente sellado el cierre de su historia en Boca. En 2025 apenas disputó cuatro partidos y no logró recuperar su lugar con ninguno de los entrenadores del año.
Así, concluye una etapa extensa y ambivalente: la de un jugador talentoso, dueño de una técnica brillante, pero también protagonista de errores que marcaron momentos difíciles. Un adiós entre lágrimas y sin estridencias para uno de los futbolistas extranjeros más longevos en la historia reciente del club.