
Ocurrió en horas de la mañana de ayer, en la Escuela Expedición Zelada Dávila N° 361, donde las autoridades decidieron desalojar las instalaciones luego de que una estudiante arrojara gas pimienta en una de las aulas. Tomó intervención personal de emergencias médicas para asistir a los alumnos que se vieron afectados.
Medios El Independiente dialogó con fuentes policiales sobre el hecho ocurrido durante la mañana de ayer en la Escuela Expedición Zelada Dávila N° 361, ubicada por calle Querandíes del barrio Facundo Quiroga de esta ciudad Capital.
Según señalaron, en base a un informe elaborado por personal de Comisaría Segunda, el incidente se registró alrededor de las 10:40, donde tomaron participación efectivos de esa dependencia que se comisionaron en un móvil policial, ante la solicitud de las autoridades de dicho establecimiento.
En la oportunidad, entrevistaron al director de la escuela, Julio De la Fuente, quien informó que una estudiante de 7mo grado había arrojado gas pimienta adentro del aula. Por ello, tuvieron que apartar a los 22 alumnos de ese curso a otra área, para resguardarlos y comenzar a ventilar el lugar. No obstante, se tuvo que solicitar la presencia de la Dirección de Emergencias Médicas en el establecimiento, ya que algunos alumnos habían sido afectados por el gas y manifestaban mucho picor en la garganta.
Afortunadamente, todos se encuentran fuera de peligro, pero el gas ya se había esparcido por los pasillos de la escuela, por lo que tomó la decisión de desalojar todas las instalaciones. Seguidamente, se llamó a los padres y madres de la totalidad de los estudiantes de la escuela para que vayan a retirarlos.
De manera posterior, los agentes policiales dialogaron con la progenitora de la menor de edad, siendo una mujer de 35 años, quien adujo haberle comprado el gas pimienta, de venta libre, a su hijo mayor para defensa personal.
Asimismo, su otra hija, a modo de “travesura”, se lo habría sacado para llevarlo a clases, sin conocimiento de su madre.
Todos los menores afectados fueron asistidos en el lugar y, por fortuna, actualmente se encuentran sanos y salvos.