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No hay agua

Hace cuatro años, Medios El Independiente publicó una entrevista al secretario del Agua de la provincia, Edgardo Karam: "lo venimos diciendo hace meses, la situación no es de las mejores, es la mayor sequía en 12 años y eso hace que las cuencas no reciban agua para aportar a los diques, sobre todo al dique Los Sauces en Capital, que nos provee el 35 por ciento de agua potable".



Ese porcentaje, -hoy en día- es el que falta para brindar el servicio a los barrios del oeste y noroeste de la Ciudad que se aprovisiona del acueducto de Sanagasta que, a su vez se nutre de la cuenca hídrica de Huaco.

Trece perforaciones, frente al puente de la Virgen India en la cola del dique suman al acueducto, pero no es suficiente. Si no llueve en Huaco, en los próximos tres meses, los valores hídricos no se podrán recuperar y en caso de que suceda tardará otros tres meses en que se recargue la cuenca.

El resto de la ciudad de La Rioja tiene agua de 55 perforaciones y un par más que se habilitaron o habilitarán estos días, pero no es una solución definitiva porque las napas subterráneas descienden año a año, con lo cual, se saca más agua de la que se repone. Por eso, deben hacerse cada vez a más profundidad y los costos se disparan o, como dijo el presidente de Aguas Riojanas, Roberto Valle “no se puede perforar en la montaña porque es un material extremadamente duro y no hay empresas que se dediquen a ello”.

No solo la sequía es la causante de la crisis hídrica; también el consumo excesivo y el derroche. La SAPEM Aguas Riojanas aseguró que entregan 800 litros por persona y por día para consumo de los usuarios capitalinos cuando la recomendación de los organismos de salud es 230/250 litros. Un tanque domiciliario de 1000 litros de agua debería alcanzar para una familia de 4 miembros, sumando inclusive el riego prudente de plantas y patio.

“El río que viene de Sanagasta se está secando, no tiene agua en el subálveo hacer más perforaciones u obras no nos ayudan en absolutamente en nada”, agregó Valle e insistió en que no es falta de inversión sino “falta de lluvias”.

En síntesis, a la extensa sequía; se suma el exceso de consumo y el derroche más la imposibilidad de seguir haciendo perforaciones con napas subterráneas en descenso o en los barrios más afectados, -la mayoría al pie de la montaña-, donde es imposible perforar.

Hasta aquí, las explicaciones que da el gobierno provincial desde hace tiempo respecto a la crisis hídrica que afecta a toda la provincia, ahora circunscripta a la Capital con unas 20 mil viviendas del sector oeste que no tienen agua, ni siquiera los turnos que se habían diseñado a mediados de año.

Este viernes, los periodistas fueron convocados a una reunión con la secretaría de Comunicación Pública y las autoridades de Aguas Riojanas para describir el mismo panorama e insistir en descartar la falta de obras hídricas como causa de la crisis. La centralizaron en la sequía y en el exceso de consumo y derroche. Lo dicho es lo que se difunde por los medios, pero no todos…

Credibilidad y desconfianza

Ni el relato oficial ni el de técnicos especializados en cuestiones hídricas o de sustentabilidad, ni que La Rioja es una provincia en condiciones de aridez extrema, seca, sin ríos de superficie, 400 mm anuales de lluvia reducidos a la mitad, elevados niveles de evaporación y temperaturas muy cálidas en verano explican para una gran parte de la población las causas de la crisis del agua en la ciudad.

Ninguna explicación oficial ni científica o técnica es aceptada, por el contrario, se rebaten con o sin fundamento todas las argumentaciones a través de las nuevas formas de comunicación en redes o sitios web que reproducen datos, hechos, ideas, opiniones a gran velocidad y el acceso es tan inmediato que no da tiempo a los internautas a determinar la veracidad de lo que se divulga.

Aunque la crisis hídrica ya tiene varios años, recién a mediados de este año alcanzó difusión masiva y recrudeció al comenzar el verano, tal cual lo anticiparon los directivos de Aguas Riojanas en entrevista con Medios El Independiente. Desde entonces han circulado -entre los usuarios- innumerables explicaciones sobre las causas, prevaleciendo la que responsabiliza al gobierno de la provincia, una cuestión entendible ya que es quien administra los recursos. También argumentos con contenido dudoso o falso o frases como “dejen llover” atribuyendo la sequía al accionar de “aviones rompetormentas”, sostenido en programas antigranizo que usan los emprendimientos productivos, aviones que de existir evitarían trágicas inundaciones en el mundo.

Otra es descreer de las obras hídricas realizadas, negarlas o atribuirlas a la corrupción en la que gran responsabilidad cabe al gobierno provincial por la falta de acceso a la información, transparencia y presupuestos. El propio gobernador calculó que en la última perforación se invirtieron 700 millones de pesos y no faltó quien dijera que se podían hacer dos más. No se puede estar desmintiendo todo lo que replican las redes, pero no existe o no se tiene a mano la documentación que verifica el dato incluso de la empresa dando explicaciones en un marco de transparencia estatal y privada.

La lucha comunicativa es desigual, cuando se difunden mensajes polémicos, falsos, dudosos o provocadores para perjudicar la imagen o la información que brinda, -en este caso el gobierno riojano-, es parte de una disputa política que se logró instalar en el orden nacional. Una disputa en la que los propietarios de las redes tienen intereses económicos e ideológicos que suman medios de comunicación, dirigentes políticos opositores, comunicadores y referentes sociales que no aportan a un debate con certezas y una cuota de ética y responsabilidad.

Recursos y economía

Otro intercambio de opiniones, más que contradictorio, cuestiona el uso del agua para la producción agrícola, ganadera, turística, minera e industrial. Surgió a principios de año en San Blas de los Sauces cuando, usuarios del agua potable protestaron airadamente contra la producción de pistachos por el alto consumo hídrico.

Son muchos los que se expresan a favor de priorizar el consumo humano, cuestión que por ahora Aguas Riojanas no lo considera porque las perforaciones que abastecen fincas y emprendimientos no son las mismas de la red de agua potable. Si, lo será a futuro, si no se revierte la sequía porque el agua subterránea proviene de la misma cuenca hídrica. Idéntica situación en Chilecito donde estudios científicos marcan la disminución de las napas por la cantidad de perforaciones para el sector agrícola en el valle Antinaco-Los Colorados.

Este debate cobra trascendencia en los tiempos políticos que vive Argentina. El gobierno nacional apunta a que las provincias sean autosustentables, vivan de lo que tienen y dejen de depender de la Nación. Una postura errónea porque el sistema federal que nació con los albores de la patria se sostiene en una distribución equitativa, compartida y solidaria habida cuenta de las asimetrías y desigualdades territoriales en la Argentina.

Ante la disminución de recursos federales, a la provincia le exigen -muchos más los opinadores de redes sociales-desarrollarse por fuera del Estado. Actualmente, solo en Capital hay -redondeando números-, una población económicamente activa de 100 mil personas de los cuales 70 mil tienen salarios del Gobierno provincial. El resto son desocupados y una mayoría empleados del sector privado (agropecuario, industria, minería, turismo). Sectores que necesitan agua porque si no producen, el Estado los tendrá que asistir, y qué decir de los 30 mil jóvenes de 20 a 24 años en toda la provincia -incluidos 20 mil de Capital- que, el año próximo ingresarán al mercado laboral. ¿Qué tipo de trabajo está dispuesta a ofrecerle la sociedad riojana que es a su vez responsable del gobierno provincial que eligió o elegirá?

El agua es un derecho

Los críticos de la gestión de la crisis del agua han sacado a relucir con sorna e ironía, la reciente reforma constitucional que incluye el derecho al agua, incluso un abogado del foro local anunció que esta semana presentará un recurso de amparo por falta del servicio.

La Constitución Provincial sostiene en el artículo 48º que “todos los habitantes tienen derecho a acceder al agua en condiciones de consumo y en cantidad suficiente para satisfacer sus necesidades domésticas a un valor asequible. El Estado Provincial debe garantizar la sostenibilidad en la gestión, planificación y provisión de agua, considerando su variado espectro de aplicaciones e implicancias. El cuidado y buen uso del agua es política de Estado y responsabilidad ciudadana”.

Un derecho ambicioso, al menos en la letra, el desafío es llevarlo a la práctica y la responsabilidad del gobierno es innegable. Durante los debates de la reforma se habló mucho de gobernanza, un concepto que busca una mayor participación de la sociedad para tomar decisiones. El artículo está vigente y habla de responsabilidad ciudadana, pero todavía no hubo una sola convocatoria a una mesa común a productores, emprendedores, técnicos, autoridades, funcionarios, usuarios y todos aquellos que tengan intereses en el recurso para encontrar un equilibrio entre demanda, sequía y gestión. Solo será posible con acceso a la información, datos, fondos disponibles, sustentabilidad de los proyectos, intercambio de propuestas y sobre todo una forma de comunicar lo que se decida que mejore las condiciones impuestas por las redes sociales.