Con la experiencia de alumnas de hasta 103 años, la profesora Rocío Lucero recomienda el entrenamiento de fuerza para las personas mayores como algo fundamental para disfrutar de esta etapa con independencia en la vida diaria. Los insta a comenzar y que nunca es tarde. Los beneficios fisiológicos y el impacto en la emocional.
La importancia del entrenamiento de fuerza en personas adultas, va ganando cada vez más protagonismo a la par de las evidencias que demuestran la mejoría que genera a nivel fisiológico, funcional y emocional.
La profesora de Educación Física y entrenadora personal, Rocío Lucero dialogó con Medios El Independiente sobre los beneficios en la tercera edad y lo fundamental de hacer actividades de movimiento y entrenamiento de fuerza.
La edad, no haber realizado ninguna actividad física a lo largo de la vida, o la situación particular que se presente, nada resulta un impedimento para comenzar a hacerlo ahora: Rocío tiene alumnas de hasta 103 años.
En sus inicios, la profesora recuerda que “cuando empecé con el entrenamiento para adultos y adultos mayores, comencé a capacitarme y formarme y me daba cuenta de los beneficios y la importancia a nivel fisiológico del entrenamiento de fuerza”. Su primera alumna fue una señora de 78 años “que le costaba caminar y desempeñarse sola”, vivía a la vuelta del gimnasio donde ella trabajaba. A instancias de las hijas que eran alumnas del lugar, la motivaron y la mujer comenzó a ir dos veces por semana al gimnasio.
“Seguí con mi abuela que en ese momento tenía 85 años, con mucho sobrepeso, varices e hinchazón de piernas. No podía caminar y estaba en silla de ruedas” al trabajo con su abuela, también se le agregaron otras alumnas de 80 y 77 años, recuerda al momento de describir ese inicio que la llevó a brindar este servicio de entrenamiento personalizado a domicilio, presencial y a distancia.
En ese contexto, destaca que la concientización que se logró sobre la importancia del entrenamiento de fuerza es fundamental. “Desde mi experiencia, veo que hay como dos grupos, los hijos o nietos viendo la pérdida de independencia de sus padres o abuelos y buscan profesionales y los motivan para hacer algo; y por el otro lado, los mismos adultos se dan cuenta de la pérdida de su independencia, se animan, pierden el miedo y empiezan”.
Para la profesora, “mi estrategia para motivarlos, es muy sencilla y muy puntual y se basa en una pregunta: ¿Cómo quieren vivir su tercera edad: ¿disfrutando de su independencia, de la familia y de las cosas que les gustan y disfrutan o pasarla dependiendo de otras personas para hacer lo más simple como es vestirse o ir al baño? Son esas dos realidades, como personas adultas pueden elegir cómo quieren vivir”, dice y agrega que “la solución es la píldora de la salud que es el entrenamiento de fuerza”.
En el entrenamiento con personas mayores, la profesora combina en las rutinas fuerza con los ejercicios multicomponente “que incluye fuerza, equilibrio, coordinación y ejercicios neuromotrices logrando una estimulación completa”.
Beneficios
“Los beneficios son increíbles, se ha demostrado que estar en movimiento puede revertir o atrasar un estado de discapacidad, en casos que la persona está postrada en una cama por pérdida de fuerza o caída, por una lesión; con un plan y de manera progresiva, se puede revertir”, asegura desde la evidencia científica y la experiencia con sus alumnas.
“Mejoran la fuerza, el estado cognitivo, emocional, la píldora de la salud y el bienestar es el movimiento y el entrenamiento”, reitera. En este sentido, considera que “tener el cuerpo en movimiento, una rutina, horarios, impacta de manera muy positiva en el estado emocional”.
“En la tercera edad, muchas veces se encuentran solos, porque quedaron viudos, tienen hijos grandes con sus propias familias y atraviesan esa situación que pasan mucho tiempo solos y eso impacta en el estado emocional y desencadena depresión, acelera el proceso de envejecimiento en el sentido fisiológico, pierden masa muscular, fuerza, le cuestan las actividades de la vida diaria. Eso aumenta el estado de desánimo. Es un círculo vicioso y negativo que a la larga perjudica. Por eso, estar en movimiento impacta de manera favorable”.
“Nunca es tarde”
En un mensaje para las personas mayores, los insta a pensar como quieren vivir esta etapa de la vida y recalca que “vean las realidades que se presentan de poder disfrutar o de tener que depender de otra persona, elijan con su poder de decisión y no lo dejen librado a la suerte, porque nunca es tarde y se puede revertir. El primer paso es el más difícil de dar, pero es el más importante. Es tomar la decisión y llevarlo a la acción”. Además, asegura que “una vez que comiencen lo van a notar, van a sentir y ver los cambios increíbles en el cuerpo, en el estado anímico y emocional. Se hace un hábito y se disfruta”, comenta.
Sentirse físicamente fuerte ayuda a promover la salud mental y emocional. Junto a esto, recomienda que aquellas personas que quieran comenzar con algo, que hagan la actividad que más les guste, ya sea caminatas, yoga, natación, baile, bicicleta y que luego complementen con entrenamiento de fuerza. “Nunca es tarde. Tienen que empezar por lo que más les guste y a medida que se adaptan, que se van animando y pierden el miedo, hacer entrenamientos de fuerzas”.
Actualmente, Rocío Lucero tiene alumnas presenciales en capital de 61, 91 y 103 años, todas mujeres con las que trabaja a domicilio. Además, tiene un grupo de 8 alumnas a distancia, cuyas edades van entre 67 y 90 años, de Chilecito, Capital y Jujuy. En redes sociales la encuentran en Facebook como Profe Rocío y en Instagram @proferocio.l donde comparte parte de los entrenamientos y logros de sus alumnas.