El sacerdote debería salir en libertad en mayo de 2028.
La excarcelación del padre Julio César Grassi, sentenciado a 15 años de cárcel por dos hechos de abuso sexual, podría adelantarse y este jueves se llevará a cabo una audiencia clave para definir su situación.
El abogado de las víctimas, Juan Pablo Gallego, consideró a la Agencia Noticias Argentinas que se encuentra "preocupado" por lo que puede pasar con el sacerdote.
Según establece la condena, Grassi debería ser excarcelado en mayo de 2028, pero pidió que la Justicia revise su posible “liberación anticipada", algo que el Tribunal en lo Criminal N°1 de Morón deberá resolver este jueves a las 11.
Gallego señaló que tiene los elementos necesarios para evitar que el cura sea beneficiado con la libertad.
“Voy a exponer y alegar los motivos por los cuales Grassi no puede salir. En primer lugar, porque el propio Código Penal establece que no es un beneficio que puedan pedir los delincuentes sexuales, por otro lado, el acusado hizo ese pedido por escrito y el tribunal de alguna manera abrió el incidente a prueba, se le pidió una pericia psicológica a la cual él se opuso y por último, hubo mucho cabildeo con el informe carcelario”, precisó el letrado sobre las razones por los que no tendrían que darle la libertad.
No obstante, Gallego admitió que Grassi es un “poderoso” que siempre “aprovecha” algún momento de “distracción” para obtener ventajas.
Durante su estadía en la prisión, Grassi se recibió de abogado y en esta audiencia clave se representará a sí mismo, algo que no habría ocurrido en otras causas.
Mientras continúa la sorpresa por esta actuación, Gallego se muestra “optimista” para llevar adelante la audiencia: “Es muy importante que esto se haga a la luz del día, que no quede como algo clandestino”.
Fue en junio de 2009 cuando el TOC N°1 de Morón lo sentenció a 15 años de prisión por los delitos de abuso sexual agravado por ejercer el rol de sacerdote, estar encargado de la educación y la guarda del menor en víctima.
En el juicio se comprobó que Grassi atacó en 1996 a dos menores en la Fundación Felices los Niños, la cual había creado años atrás.
En 2017, la Corte Suprema dejó firme la condena y quedó alojado en el pabellón N° 6 de la Unidad Penitenciaria N° 41, sector donde están los presos con buena conducta.