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Unidad y resistencia

En medio de la crisis por la derrota electoral y el escándalo con ribetes escabrosos del expresidente (“un misil” al corazón de las políticas de género del kirchnerismo que pregonó el propio Alberto Fernández), el peronismo nacional intenta reorganizarse. Este viernes mostró en La Rioja unidad y anuncios de relanzar políticas de justicia social. Por su parte, el movimiento obrero local y nacional resiste el ajuste sin fuerza de movilización ni coincidencias.



En La Rioja, la jura del nuevo constitucional congregó en el Superdomo, a medio país opositor entre mandatarios, legisladores, intendentes y dirigentes de trascendencia nacional que por su cuenta o en el marco de reuniones como los vicegobernadora/es del Norte Grande; la Federación Argentina de Municipios y la juventud en cargos legislativos o ejecutivos se concentraron en esta ciudad.

Del orden local, estuvieron autoridades de los tres poderes más jefes comunales de 18 departamentos y miles de militantes. Todos se abroquelaron alrededor de la figura de Ricardo Quintela y al lado de un presidenciable, el bonaerense Axel Kicillof. El objetivo: mantener expectativas partidarias ante un panorama mediático y social desfavorable para el justicialismo.

La capacidad del Superdomo -calculada en 14 mil personas- se vio rebosada. El gobierno informó 20 mil asistentes por eso medio domo quedó afuera, siguiendo la ceremonia por pantallas. Hubo movilizaciones desde el interior con numerosos colectivos y cientos de autos estacionados en los alrededores. En una sola de las avenidas se contabilizaron tres cuadras de vehículos en ambas manos. Llamó la atención la impresionante cantidad de motocicletas, muchas, seguramente, se movilizaron por propia cuenta, aunque la costumbre es comprometer a todos los organismos públicos.

En la previa al acto, la doctora y exconvencional Mariana Nievas, que le dio el toque final en la comisión Redactora, mostró orgullo y satisfacción porque es “una Constitución escrita por riojanos, con aporte de los riojanos, no se copió ni vino escrita, por eso dolió el retiro de la oposición (radicales y Juntos por el Cambio) en la última sesión porque participó en el debate en comisiones, se leyeron sus proyectos y se incluyeron artículos que propusieron. Ahora queda a cargo de la ciudadanía exigir y controlar su cumplimiento”.

Vítores y aplausos

El entusiasmo de los asistentes prevaleció y se notó en los vítores a Kicillof, los aplausos a Quintela cuando refería a políticas públicas o criticaba a Milei. Después de la jura oficial, el gobernador invitó a la multitud a hacer lo mismo y se destacó la fuerza y potencia del “si juró” desde las tribunas.

Entre los invitados más esperados estaban los gobernadores por eso se notó la ausencia de Gerardo Zamora de Santiago del Estero, claro que no fue menor la presencia de Kicillof quién junto a Quintela son los únicos abiertamente contrarios al gobierno nacional.

El bonaerense ya visitó varias provincias, firmando convenios de cooperación reciproca que en realidad son una búsqueda de sustento electoral, tal como lo hizo para llegar a la gobernación de Buenos Aires. El riojano, la misma estrategia, no descartó liderar el Partido Justicialista antes de fin de año. Ahora los une una Constitución hecha a iniciativa de Quintela con un Estado presente, más derechos y federalismo tal como se anticipa para Tucumán, Tierra del Fuego, Catamarca, San Luis y Santa Fe, incluso Buenos Aires.

La proyección nacional de Quintela está consolidada tanto que sorprendió que la periodista María José Lucesole -en el diario La Nación siempre crítico y peyorativo ante RQ- haya destacado entre “las virtudes” haber sido “el primer gobernador en ir a la Corte Suprema a reclamar contra el DNU (…). Además, de haber sido el gobernador que pudo frenar los aumentos de las tarifas. En abril, a través de un decreto, destinó fondos del Estado para que el aumento de la energía no llegara a hogares ni a las empresas”.

En el Superdomo, Kicillof calificó a la norma constitucional como “moderna, de vanguardia, que refleja los cambios sociales y en la línea de la Constitución social del 49 con Perón”. Marcó derechos sociales que algunos quieren avasallar. Destacó “el federalismo que el pueblo riojano celebra en su himno”. Tres veces, refirió al gobernador, en tono coloquial, con su mote de “Gitano” marcando la continuidad de la relación, en vista a la unidad y reconstrucción del PJ.

Quintela mantuvo el rechazo a las políticas libertarias, destacó políticas públicas de su gobierno y desmintió una supuesta oposición del peronismo contra el mercado. “Por el contrario queremos un mercado ágil, dinámico, que crezca y que haga prosperar a la gente y un Estado más fuerte que controle la avaricia natural del mercado”. Pidió debatir las SAPEM que producen bienes y servicios porque no buscan “la renta financiera que quiere el privado y sí la renta social” para que las familias puedan adquirir alimentos, medicamentos, útiles escolares, etc. Además generan trabajo digno.

En el último párrafo dio luz verde a las aspiraciones del justicialismo. “Estamos trabajando con fuerza, con ganas, fortaleza y convicción en un proyecto de país que abrace, cobije a los 50 millone de argentinos, poniendo en marcha un esquema de producción, desarrollo y crecimiento”. Para eso, en este movimiento nacional y popular, “necesitamos entre todos despertar a este gigante dormido, ponerlo de pie, que levante los brazos y que vayamos marcando el camino que tenemos que transitar, todos juntos, para recuperar la conducción de la República Argentina al servicio del pueblo”.

Resistencia

Mientras la dirigencia intenta unirse, la resistencia al modelo económico de ajuste encontró motivación en las fiestas cristianas en honor a San Cayetano, celebrado en todo el país. El santo del pan y del trabajo fue blanco de memes e ironías poniendo en duda su capacidad para resolver los problemas sociales, económicos y laborales mediante rezos, oraciones o procesiones con su imagen.

La iglesia dio explicaciones sobre el sentido de la devoción cristiana. El obispo riojano, Dante Braida, aclaró que es el santo del pan y el trabajo porque en vida “estuvo conectado a la realidad de su tiempo creando un sistema de créditos con bajas tasas para emprendedores” y eso tiene mucho que ver con el “hoy, con la necesidad de generar trabajo, con la opción por modelos productivos como la economía popular, las cooperativas. El laico tiene que ser promotor de un mundo más justo” sea emprendedor, obrero, empresario o funcionario.

Las patronales en el barrio San Roman, con cientos de fieles que colmaron, como cada año, el club del mismo nombre donde el padre Nicolás Alfredo Vilches pidió “ser solidarios como San Cayetano y ensanchar el corazón para ser generosos con los que más lo necesitan en este tiempo”. Entre las peticiones abogó para que no haya manos esclavas, atadas, encarceladas o sometidas a la opresión, “tampoco egoístas, tacañas, cerradas, indiferentes ante las necesidades de nuestros hermanos”, sí abiertas “a los pobres, hambrientos y desplazados”.

Tales testimonios muestran que no se usa una fecha religiosa con fines políticos como dijo el vocero presidencial. San Cayetano hizo política en sus tiempos y la iglesia lo hace porque no debe pasar de largo “frente a tantos heridos al borde del camino de la vida, frente a tantos rostros concretos víctimas de la exclusión”. Hay muchas maneras de pasar de largo como “vivir ensimismados, desentenderse de los demás, ser indiferentes, o discutir en escritorios cifras de pobreza y de indigencia, esterilizadas de lágrimas y humanidad” agregó el arzobispo de Buenos Aires, García Cuervas en la fiesta del santo.

Marcha de trabajadores

El mismo día, los trabajadores, con las mismas peticiones al santo y a las autoridades movilizándose en todo el país y en La Rioja con la Multisectorial contra el Ajuste en la plaza 25 de Mayo.

Es cierto, no fueron todos los trabajadores ni todos los excluidos, al menos en La Rioja la asistencia fue menguada porque la sociedad sigue dividida, entre quienes reclaman por la pérdida de derechos laborales, sociales, económicos y culturales y quienes apoyan políticas del individualismo, la indiferencia y el salvese quien pueda; entre quienes quieren un Estado que organice la vida comunitaria y quienes confían en la meritocracia, en poderosos empresarios y la macroeconomía financiera marcando el rumbo.

En ese contexto de disputa, la Regional de la CGT no logró unificarse. Quince de los 72 gremios riojanos confederados, habilitados para el plenario, no asistieron. Liderados por ATSA (sanidad) y Camioneros pretendían ser parte del triunvirato que avaló la Confederación General del Trabajo (CGT) a propuesta de 58 sindicatos presentes que eligieron a los secretarios de SETIA (textiles); UOCRA (construcción) y UPCN (estatales nacionales).

Las diferencias fueron por ¿el nombre de los dirigentes? ¿por trayectoria gremial? ¿por ideologías políticas/económicas en pugna? Hace décadas que la CGT está dividida en dos y hasta tres y los trabajadores desmovilizados o sin contención. Si no quieren ocupar la calle, la dirigencia tendrá que encontrar modos de reclamar, porque las peticiones cotidianas, no son por quien debe dirigir la central obrera, sino por trabajo digno, mejores ingresos y derechos laborales.