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Cruzada decisiva en el Congreso

Victoria y derrota a medias fue el resultado del rechazo al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) N°70/2023 "Bases para la reconstrucción de la economía argentina", que el gobierno nacional dictó en diciembre del año pasado. Una derrota contundente, pero a medias para Milei, esta vez en el Senado y una victoria a medias para la oposición. A medias porque ambos sectores tendrán que esperar la decisión de la Cámara de Diputados para saber si el DNU seguirá vigente o no y para eso todavía no hay fecha ni posturas definidas.



Por ahora, los senadores nacionales por amplia mayoría, 42 en rechazo; 25 por la aprobación; 4 abstenciones y 1 ausencia le hicieron sentir a Milei en carne propia el peso de su mítico “¡afuera!” de la campaña electoral que lo catapultó a la presidencia de la Nación.

Como se dijo es un “afuera” a medias porque será la Cámara de Diputados la que tenga que decidir ahora. No hay fecha ni plazo para la sesión. Según la normativa, el presidente del cuerpo, el diputado por La Rioja, Martín Menem (LLA) podrá convocarla o por pedido de diez legisladores. Es lo que ocurrió en el Senado, la presidenta Victoria Villarruel cedió al pedido, primero de legisladores de Unión por la Patria, y luego más senadores. Pedidos que se hicieron una vez que estuvieron casi seguros de conseguir mayoría por el rechazo por eso Villarruel se negaba.

Sin apuro

Ahora, en Diputados, nadie tiene apuro en solicitar ni sesión especial ni incluir el tema en el orden día porque ni el oficialismo ni la oposición tienen asegurados los votos. Hay muchos análisis, en base a cómo votaron las agrupaciones políticas en el Senado; a las declaraciones que hacen o hicieron los legisladores; a las posiciones de los gobernadores de las provincias que representan, etc. y nada más.

La mayoría de los conteos de votos a favor o en contra dan un posible rechazo. En el medio, los números para unos y otros cambian constantemente. Dependerá de las negociaciones, los acuerdos, las alianzas que logre tejer el gobierno nacional poco ducho en estos menesteres, tanto que lo que tejen los ministros lo desteje Milei. Por lo pronto habrían convocado a los legisladores de Hacemos Coalición Federal, 23 legisladores claves, que se alejaron de JxC (Picheto, Massot y Monzó); el peronismo cordobés (incluidos Randazzo, De la Sota) y Coalición Cívica.

En general, los pronósticos indican que la oposición conformada por Unión por la Patria, la Izquierda Unida, parte de la UCR, Coalición Cívica y otros partidos provinciales asegurarían el quórum de 129 legisladores, la mitad más uno de los 257 que componen la Cámara de Diputados, según una primera aproximación; otros no lo dan por seguro hasta ahora. En sesión, para algunos analistas, habría 131 por el rechazo al decreto y 125 por la aprobación; otros números dan 128 en contra y 103 a favor. Todas especulaciones que no incluyen ausencias forzadas (por enfermedad, problemas insalvables, viajes oficiales o personales, etc); abstenciones; cambios de opinión; presiones o cualquier otra causa.

Forma y fondo

Hasta acá una mirada externa del tratamiento administrativo del DNU cuyo rechazo causó una enorme repercusión en las filas de los libertarios que se difunden profusamente a través de las redes sociales. Hasta la propia vicepresidenta de la Nación sufrió los ataques injuriantes que los libertarios lanzan contra los opositores y que el presidente comparte con total desparpajo producto de una forma de comunicación que le impuso a la política desde que apareció en escena. Estos ataques son parte del fondo del DNU que trasciende a la sociedad en general porque son las mayorías las que habilitan, tanto el contenido del decreto como la modalidad comunicacional del presidente.

Mario Riorda, decano en la Facultad de Ciencia Política y RRII de la Universidad Católica de Córdoba, investigador de campañas electorales y activista de la comunicación política escribió en la revista Anfibia que “La comunicación política del presidente tiene una simpleza -muchas veces- extrema y va acompañada de una pretensión desmesurada de autoridad política, moral e intelectual. Se caracteriza por la exaltación de la grandeza desde el autoelogio, la honestidad intelectual, repetitiva e incesante. La aspereza que propone el brutalismo en su diseño, es análoga a las medidas de Milei y sus consecuencias, sociales especialmente. Si el brutalismo deja expuestas sus instalaciones, el gobierno de Milei también se expone en sus entramados políticos (sorpresivos, contradictorios, amateurs) y en la gestión de sus iniciativas políticas (desmesuradas, desprolijas, impactantes). Siempre con una idea de perdurabilidad en el tiempo, proponiendo un largo plazo explícito en sus promesas”.

Otra cuestión de fondo es el contenido del DNU que los libertarios tienden a minimizar considerando que ex presidentes los usaron y nadie los cuestionó o no fueron tratados en el Congreso. El senador por La Rioja, Fernando Rejal, el mismo día de la sesión en el Senado, dio por tierra con este argumento de subestimar los efectos del decreto y subió a las redes el listado de quince leyes que deroga el DNU y disposiciones que ordena. Son solo algunas de las 300 normas derogadas o modificadas. Entre las que afectan directamente a la personas y a La Rioja en particular mencionó las leyes de compre nacional, promoción industrial, promoción del comercio y ley de tierras; privatización de empresas del Estado; reforma el código aduanero, modificación ley del manejo del fuego, modificación del código civil y el código comercial sin intervención del Congreso; transferencia de recursos de las provincias al poder central, violando las normas presupuestarias y constitucionales de la República; supresión de derechos legales y constitucionales a los trabajadores y liberar tarifas de los servicios públicos. No es un simple DNU, prácticamente es una reforma constitucional ya que desregula la economía y pretende eliminar el Estado. Por eso, tanto el DNU, como la Ley Ómnibus y el futuro Pacto de Mayo generan tanto rechazo en las provincias.

Los precios y el mercado

Antes que el Senado rechazara el DNU, el gobierno libertario se enfrentó a una cruel realidad: el mercado no regula los precios. La libertad de mercado; la libre competencia de precios; el equilibrio entre oferta y demanda, los beneficios tanto a compradores como vendedores; la eficiencia en el uso de los recursos, el ajuste entre producción y precios son una falacia liberal que la vivió el propio equipo económico y el mismo Milei.

En la tarde del pasado lunes 11, el ministro de Economía, Luis Caputo convocó de urgencia a ejecutivos de los supermercados más grandes país y les pidió que “no suban más los precios”. Más estatista imposible. Estuvieron las cadenas Cencosud (en La Rioja, Vea - Easy), Coto, La Anónima, Carrefour, Chango Más y Día. Les prometió que una vez bajen la inflación reducirán los impuestos. Según el gobierno las ofertas “2x1″ o “la segunda unidad a mitad de precio” -una práctica de años- esconde un precio a la baja. Si se hubiera dicho eso en los gobiernos anteriores, otra sería la historia. Ofertas que, dicho sea de paso, no existen en el mercado barrial ni en los kioscos. Los supermercadistas respondieron que no son ellos los formadores de precios, que los productos ya vienen con los números puestos. Entonces, ¿quiénes ponen los precios?

Desde los 70 en adelante (incluso desde 1890) unas pocas empresas argentinas y transnacionales han sido señaladas como dueñas del mercado que fijan las condiciones económicas y laborales, poniendo precios y costos, a bienes y servicios, según interés propio.

Las dueñas del país

Actualmente se habla de veinte, al menos en el sector alimenticio, las que ponen precio a la comida de millones de argentinos. Todos los gobiernos, desde Alfonsín en adelante las convocan para hablar de precios, sin resultado favorable.

Entre las que concentran entre el 70 y el 80 por ciento de los productos que se venden en todo el país están Unilever (higiene personal), Mastellone (lácteos), Coca Cola, Sáncor (seguros, medicina, etc), Danone (transnacional de yogur y agua mineral), Molinos (aceite “Cocinero” e “Ideal”, pastas “Matarazzo”, harina de trigo “Favorita”, arroz “Máximo”, premezclas “Exquisita”), Procter & Gamble (pañales, toallitas femeninas, Ariel, Pantene), Papelera Del Plata (Higienol), toallitas, servilletas), Cervecería Quilmes, Pepsico Co, Arcor S.A. Nestle, Bagley, Molino Cañuelas (panificados, aceites), Kimberly-Clark (productos para bebé) BRF (pollos Sadia, Nuggets y Establecimiento Las Marías (yerba mate). Algunos venden el mismo producto a distintos precios, usando marcas de primera y marcas de segunda.

Tamaña concentración económica en pocas empresas que también existe en otros productos como la carne vacuna y otros alimentos, las hace tan poderosas que ningún gobierno consigue que bajen los precios, pese que los balances que exhiben les dan importantes rentabilidades. Ahora los libertarios, que defienden la libertad de precios, han probado hasta dónde pueden llegar.

Sin fondos y nuevas tarifas

En medio de una suba de precios que nadie puede frenar y la disminución de fondos nacionales a la provincia, el gobernador Quintela anunció un aumento salarial al sector salud y a la administración pública central tal como había prometido. Simultáneamente, se lanzó una campaña oficial advirtiendo una suba en la factura de la luz que se conocería esta semana. Le pusieron tanto énfasis a la exorbitancia de las facturas que hasta se podría pensar que es mucho más que el aumento otorgado, salvo que se concrete otro anuncio del gobernador de morigerar de alguna manera la suba.