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"Kike" Gaitán internado en Terapia Intensiva tras el ataque de otro interno

Se trata del presidiario que cumple condena de 41 años de prisión efectiva por intento de femicidio y abuso sexual en perjuicio de una pequeña niña. En diálogo con fuentes cercanas al Servicio Penitenciario Provincial, Medios El Independiente pudo confirmar que Gaitán fue agredido con agua hirviendo y tuvo que ingresar a UTI por graves quemaduras en gran parte de su cuerpo.



Enrique “Kike” Gaitán, el reconocido delincuente condenado por “rapto, abuso sexual agravado y homicidio agravado por ensañamiento en grado de tentativa”, se encuentra alojado en el Servicio Penitenciario Provincial hace ya varios años. Durante la mañana de ayer, llegó el dato a esta redacción sobre un ataque interno del cual el convicto fue blanco y que habría sufrido graves lesiones.

Por ello, se consultó con fuentes cercanas al penitenciario, que indicaron que se trataba de un dato “verídico”, confirmando y ampliando la información. Según se pudo conocer, en horas de la mañana de ayer, durante la apertura del pabellón 14, donde habita Gaitán, ingresó otro presidiario a su celda y le arrojó agua hirviendo, provocándole quemaduras de gravedad en un gran porcentaje de su cuerpo.

El interno herido tuvo que ser trasladado de urgencia al Hospital Enrique Vera Barros, donde ingresó a la Unidad de Terapia Intensiva por orden del médico de guardia. Asimismo, en horas de la tarde de ayer se le practicaron análisis y una tomografía, cuyos estudios “no habrían arrojado resultados de relevancia”, por lo que, dentro de las serias lesiones sufridas, se encontraría estable. Sobre el agresor Siguiendo esta línea, este matutino pudo averiguar la identidad del atacante, de apellido Paredes, quien cumple en el Penitenciario Provincial la condena de 6 años y 10 meses, al haber sido hallado culpable por la Justicia de los delitos de “hurto calificado por escalamiento en flagrancia” y “robo calificado”.

Ante lo sucedido, por parte de la institución carcelaria, se instruyó un sumario disciplinario, por lo que ahora Paredes se encuentra sectorizado, tal como lo establece el protocolo de seguridad. A su vez, se comunicará todo lo ocurrido al magistrado interviniente, relevando las correspondientes constancias y, desde ahí, se determinará si se le inicia o no una nueva causa penal. En caso de que así sea, se unificarían las causas y, por ende, se le ampliaría la condena.

Delito contra una niña Como se indicó anteriormente, Enrique “Kike” Gaitán fue hallado culpable por la Justicia del delito de “rapto, abuso sexual agravado y homicidio agravado por ensañamiento en grado de tentativa”. Cabe recordar que este grave suceso tomó gran estado público, tratándose de uno de los más atroces registrados en la provincia de La Rioja.

El 5 de agosto de 2018, la niña, de tan sólo 4 años de edad en ese momento, fue secuestrada por el delincuente y la llevó a un descampado situado en cercanías al Aeropuerto de esta Capital, donde abusó sexualmente de ella y la golpeó en la cabeza, con un elemento contundente, abandonándola inconsciente y gravemente herida entre los arbustos, huyendo de la escena pensando que la pequeña había muerto. No obstante, tras la incansable búsqueda iniciada por los vecinos de la menor, lograron finalmente encontrarla, con signos vitales muy débiles.

Esto provocó la furia de la sociedad en ese entonces, que acusaba a Gaitán por este hecho, conociéndose el conflicto previo que existía con el padre de la víctima, por lo que los mismos vecinos intentaron lincharlo, prendiendo fuego su domicilio situado en la zona norte de la ciudad. Luego de varios años de investigación, y por pedido de la fiscal Nadia Schargrodsky, el imputado fue condenado a 41 años de prisión efectiva. Además, los hermanos de Gaitán, a quienes se acusaba de presuntos encubridores, fueron exentos de esta pena.

“Le arruinó la vida”
 
En tanto a la menor, víctima de los aberrantes actos perpetuados por Gaitán, sufrió graves consecuencias físicas, emocionales y psicológicas, producto del trauma vivido, con los que lucha al día de hoy, a sus 9 años de edad, que continúa requiriendo de una asistencia médica integral.
 
“Le arruinó la vida. Estaba en estado vegetativo el año pasado y tuvo una leve mejoría, por lo que le dieron el alta, pero quedó con muchísimas secuelas”, señalaron las fuentes cercanas al Servicio Penitenciario, quienes aseguran que la menor ya no mantendría vínculo con su progenitor.