A 40 años de la recuperación de la democracia, los ciudadanos de todo el país, y los riojanos específicamente, podrán ejercer hoy uno de los principales derechos que brinda este sistema de organización social: elegir a sus representantes ante el Congreso nacional y a quienes ocuparán la presidencia de la Nación.
Todo indica que el derecho a elegir y ser elegido no está en riesgo, pero la democracia es más que eso, es también decidir cómo afrontar los problemas económicos, sociales o culturales que impiden vivir democráticamente, sin exclusiones, discriminaciones o inseguridad. En síntesis, en condiciones económicas y sociales de bienestar general.
Afortunadamente hace 40 años que Argentina sigue apostando a mantener el sistema democrático más allá de las crisis económicas y financieras que minan la situación social de la población. La historia del país está atravesada -a partir de 1930- por sucesivos golpes de Estado que interrumpieron la continuidad democrática en 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976. Fueron épocas en que sectores económicos poderosos amparados por las fuerzas armadas se aprovechaban de las crisis para derrocar presidentes elegidos democráticamente.
Tras recuperar la democracia en 1983 y la histórica sanción social y judicial a los responsables militares, el riesgo no ha desaparecido y se manifiestan ahora con el uso del poder económico, la persecución política, la persecución judicial con acusaciones falsas que desestabilizan a los gobiernos, algunos líderes se ven obligados a renunciar, son encarcelados, tal como ocurrió en gobiernos latinoamericanos o los partidos terminan envueltos en la manipulación de contenidos, alteración de las preferencias del público en el mundo virtual, que repercuten luego en la política como ocurrió en Gran Bretaña con el Brexit (salida de Inglaterra de la Unión Europea) o en Estados Unidos con Trump.
Hoy, en medio de otra grave crisis económica, social, política y financiera, Argentina tiene una nueva oportunidad para seguir confiando en la democracia, apostando a su favor, apostando al respeto de los derechos humanos fundamentales como la libertad de expresión, la de asociación y la de reunión, y con la mirada puesta en confiar en la democracia como sistema para encontrar las condiciones económicas y sociales aceptables para la población.
Hoy, el voto, el sistema electoral y la institucionalidad son factores indispensables para hablar de democracia aún ante posibles errores, equivocaciones, decepciones. Votar con la responsabilidad de hacerlo por la justicia y el bien común luego, ante el incumplimiento utilizar instrumentos democráticos para corregir desvíos o cambiar, posibilidad que tiene Argentina dos años después con las elecciones de medio termino.
Claro que, no es solamente ir a votar para tener un buen gobierno y alcanzar el bienestar de los que están bajo su mando, es necesario ampliar la participación con compromiso, responsabilidad y solidaridad, no solo de los ciudadanos de a pie, también de los dueños del poder económico, de los propietarios de los medios de comunicación o de los usuarios de las redes sociales, porque no se trata solo de ganar individualmente dinero sin límites o por meritocracia, también hacer posible la construcción de una economía social solidaria mediante mecanismos de redistribución mediados por el Estado y un gobierno que se ha elegido para que dé respuestas a todos y todas.
Por eso participar hoy con el voto es importante, como también la lucha constante por la inclusión de sectores o grupos poblacionales tradicionalmente excluidos a los que la democracia permite hacer visibles a los invisibles y en estos 40 años, Argentina puede dar cuenta del reconocimiento de esos derechos. En La Rioja, específicamente, más allá de las necesidades actuales no puede desconocerse que la democracia permite la presencia del Estado para compensar desigualdades y falta de oportunidades ante las difíciles condiciones geográficas del árido riojano apuntando a ampliar derechos sociales, de salud y educación, pero también a una incipiente transformación productiva con la promoción industrial y creación de empresas públicas. Sin duda que las mejoras son indispensables, pero sin democracia, no serán posibles, de ahí el valor de estos 40 años de elegir y poder ser elegido que han tendido una red social, de contención y de asistencia que da respuestas a los más diversos a los sectores, aún más a los vulnerables, evitando así caos, saqueos y violencia de otras épocas.
El humor social, la situación económica, la crisis social, el descontento marcan que decidir a quién votar no es fácil y está demostrado en las encuestas y en el termómetro callejero. Entre las cinco fórmulas presidenciales que arrastran a su vez a los candidatos y candidatas a senadores, diputados y parlamentarios del Parlasur nacionales, las preferencias no están claras y muchos seguramente llegarán a los cuartos de votación todavía como indecisos.
Las PASO dejaron sorpresivos resultados, pero no una preferencia clara. A las dos coaliciones tradicionales, Juntos por el Cambio (macrismo+radicalismo) por un lado y Unión por la Patria (peronismo) por otro hizo irrupción un grupo de ultraderecha y ultraliberal que cambió las reglas de la competencia electoral. La Libertad Avanza encontró base en un sector social, económico y laboral que está por fuera de los beneficios sociales y laborales de los gobiernos de ahí que poco y nada les interesen las políticas públicas de contención y apoyo.
En La Rioja, Milei, en las PASO, sin hacer campaña, sin estructura electoral barrió con el peronismo haciéndolo perder 50 mil votos que tenía asegurados desde el mes de mayo cuando Quintela fue reelegido. Milei ganó en cuatro departamentos, tres de los más grandes de la provincia, Capital, Chilecito, Chamical y Belgrano (Olta). Además, no bajó del 20 por ciento de votos en el resto de los departamentos. Hasta en los pueblos más pequeños o lejanos votaron al libertario. Por primera vez un partido nuevo derrotó al peronismo riojano tras décadas de primacía. Además, volvió a relegar al radicalismo a un pobre 20 por ciento cuando venía asentando su presencia, incluso con la poderosa intendencia de la Capital en sus manos.
Hoy el peronismo se propuso recuperar a su electorado y convencer a los que no fueron a votar, cifra calculada en unos 110 mil electores y 20 mil más que sufragaron en blanco. Sobre un padrón de 304.344 habilitados en las PASO participó el 66 por ciento, una de las más bajas en estos 40 años de democracia. Para este domingo, los habilitados no son muchos más: 304.456. La Rioja siempre tuvo participación cercana al 80 por ciento, salvo en pandemia, a lo que se suma que en las PASO disminuyen los votantes. Si es así, se debería esperar mayor concurrencia electoral.
Para el gobierno de Quintela, recuperar votos es crucial porque los sectores opositores anunciaron restricción de recursos y la provincia depende en un 90 por ciento de fondos de coparticipación que si bien le corresponden a la provincia dependen de los favores del gobierno de turno. Es clave remontar la elección para obtener las dos senadurías y aunque más difícil será conseguir dos de los tres cargos de diputados, al menos uno debe asegurarse.
A quien elegir
Elegir no será fácil aun cuando haya tres opciones. Unión por la Patria, con Massa no explica el porqué de la inflación o suba de precios, pero propone recuperarse de la crisis con diálogo político que permita un desarrollo con equidad; con el compromiso de empresarios, dirigentes sociales y empresas periodísticas que contribuyan a la calidad institucional. Renegociar con el FMI para alcanzar independencia económica y garantizar un Estado presente con políticas públicas que garanticen la inclusión. Está contenida en 10 páginas presentadas la Cámara Nacional Electoral.
La propuesta de Juntos por el Cambio presentada en 19 páginas se diluye en describir lo que hizo el oficialismo desde Kirchner en adelante y explicar porque no hicieron el cambio hace 4 años cuando fueron gobierno. Prometen estabilizar la economía, recuperar la calidad educativa, terminar con la pobreza, devolver el sentido de la justicia social y mostrar austeridad y ejemplos con los valores de la dirigencia, sin mayores detalles del cómo.
Sin tanta violencia verbal, La Libertad Avanza promete en su plataforma hacer todo lo que dice de una manera más respetuosa. Practicar el liberalismo respetando el derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada; mercado libre sin intervención del Estado, incentivar el esfuerzo y la meritocracia. Rechaza el Estado paternalista y las políticas populistas con recorte del gasto público, menos impuestos, flexibilización laboral y apertura de las importaciones; recorte de gastos en jubilaciones y pensiones; retiro de empleados públicos y la clásica dolarización que anunció públicamente, aunque en la plataforma oficial habla de libre circulación de monedas diversas.
Las propuestas están claras, por un lado, el oficialismo habla de presencia del Estado, compromiso de todos los sectores, no solo la política también el empresariado para un desarrollo con equidad e inclusión. Los otros dos sectores marcan el recorte del gasto y lo dicen claramente retiro de empleados públicos, reducir jubilaciones; privatizar empresas públicas; habilitar venta de tierras a extranjeros, abrir importaciones, obra pública a cargo de privados y redefinir políticas sociales para familias, niñez, adolescencia y ancianidad entre otras.
Hoy será un día para seguir defendiendo la democracia formal, también la que busca el bien común. Queda en manos de 35 millones de argentinos y 300 mil riojanos, la decisión.