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Triunfazo

A una semana de las elecciones provinciales en nuestra provincia, todavía no se acallan las voces comentando la fenomenal victoria del Frente de Todos personalizada por Ricardo Clemente Quintela reverdeciendo el apoyo ciudadano para un nuevo período frente al Ejecutivo provincial..



Después del domingo, se agregaron a este hecho político de significancia otras acciones que zarandearon la política nacional de manera violenta y que puso una mayor tensión a lo que ya presentaba el escenario preelectoral presidencial.

Sin dudas lo más importante ha sido la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de poner freno a las elecciones programadas para hoy en las provincias de San Juan y Tucumán; específicamente a las candidaturas de Sergio Uñac y Juan Manzur, modificando sustancialmente el escenario político nacional.

Pero sin dudas el análisis de estos acontecimientos debe comenzar con el posicionamiento y golpe de efecto logrado por el Frente de Todos a partir de la victoria de Ricardo Quintela y que continuaría -casi con seguridad- con las victorias en otras provincias, especialmente en San Juan y Tucumán -hoy también se realizan elecciones en las provincias de Salta, La Pampa y Tierra del Fuego- en un momento crucial de posicionamiento y embalaje electoral por cuanto esta semana se realizará el Congreso Nacional Justicialista y en la próxima el acto kirchnerista, coincidente con la fecha Patria del 25 y por el 20 aniversario de la asunción de Néstor Kirchner, encabezado por Cristina Fernández de Kirchner, que a la postre se constituyó en el terror de cualquier armado opositor.

Robusto

Pero regresando al resultado electoral provincial del domingo anterior y que da pie a todo el análisis posterior incluido en el escenario nacional, sin dudas que el triunfo de Ricardo Quintela como figura excluyente del armado político del Frente de Todos, ha sido de una significancia mayor a los cálculos previos y que devuelve el protagonismo peronista provincial casi como el mejor después del regreso de la democracia. No solamente ganó en todos los departamentos provinciales con amplio margen sino que recuperó el departamento Capital para el justicialismo a través de Armando Molina y Mónica D’Albano, último bastión que atesoraba Juntos por el Cambio y que hoy, lastimosamente, se encuentra en retirada.

En resumen, Ricardo Quintela recogió más de la mitad de los votos emitidos por el electorado provincial, recibiendo así un gran espaldarazo en la gestión a pesar de un contexto nacional difícil y atravesado por la incesante suba de la inflación, y a pesar también que hasta hace muy poquito tiempo su gestión enfrentaba conflictos en los sectores de la educación y la salud.

En contrapartida, se debe resaltar que la generación de puestos de trabajo, el reconocimiento a la carrera administrativa, la incorporación gradual de precarizado a la administración pública, la proyección y el trabajo generado por la obra pública y el retoque en los salarios de los empleados públicos -ya tres en el año- que persiguen sostener el poder adquisitivo por encima de la inflación, entre otras cosas, fueron su fuerte.

El tesoro Capital

"Recuperamos Capital", se escuchó vitorear a los militantes peronistas y seguidamente también, un poco más bajo, "perdió Inés".

La lectura sin dudas es que la oposición no logró sostener la última porción de tierra que le quedaba como gestión y esto, seguramente, provocará un cimbronazo dentro del principal partido de JxC, el radicalismo, que ya viene con algunas grietas producto del sostenimiento de las mismas figuras siempre en cuanta elección se dé.

El próximo intendente será Armando Molina, quien estará acompañado por Mónica D’Albano frente al Concejo Deliberante; ambos compañeros y amigos muy cercanos de Ricardo Quintela y son quienes encarnan de la mejor manera el sentir quintelista en la gestión. De hecho, en la actualidad, Molina, siendo secretario de la Gobernación, logró dar una impronta de progreso y embellecimiento a la ciudad, basándose en la necesidad de ofrecer bienestar y de cultivar la pertenencia y riojanidad entre los capitalinos.

¿“Trampa” o gestión?

Una de las conclusiones que más se escuchó en los últimos días es que la decisión de Quintela de “abroquelar la tropa” en una lista de unidad lo favoreció. Claro que también cabe otro análisis, unido o dividido, el peronismo domina la escena política de La Rioja desde hace 40 años si se tiene en cuenta lo ocurrido este domingo y los antecedentes electorales de las sucesivas elecciones.

Por cierto, las dos visiones tienen su fundamento lógico, si se puede hablar de lógica cuando se trata de consultar al pueblo ya que son muchos los elementos que influyen en la decisión de cada ciudadano al momento de votar. En Capital, con Armando Molina como único candidato a intendente es prácticamente evidente que fue favorecido por la estrategia; en cambio la proliferación de listas de concejales por poco le impide tener mayoría en el Concejo Deliberante.

Esta intromisión en lo sucedido en Capital sirve para comparar con lo que ocurrió en el interior de la provincia. Con la división del oficialismo provincial en cada departamento, el peronismo arrasó, también lo hizo unido como en San Blas de los Sauces, único lugar donde había lista única del Frente de Todos. Entonces, cabe preguntarse ¿el voto ciudadano, es arrastrado por las estrategias electorales como sostiene la oposición? ¿O existen otros elementos de responsabilidad de la oposición que hace que fracasen? ¿o influye el tipo de gestión que hace un gobierno?

Tanto Brizuela y Doria como Salzwedel en nombre de Juntos por el Cambio fueron muy claras y precisas cuando atribuyeron la derrota a un proceso “teñido de mañas y de trampas, de malas prácticas que le hacen muy mal a la democracia”.

Una lectura rápida sobre los candidatos que Juntos por el Cambio presentó en los departamentos permite avizorar que la mayoría son dirigentes de la tradicional Unión Cívica Radical, muchos de ellos, aceptando a regañadientes la alianza con el PRO-Cambiemos. Pocas figuras nuevas, pocos jóvenes. ¿Qué responsabilidad le cabe a la oposición en la formación de nuevos y jóvenes dirigentes?

En algunos departamentos como Vinchina, la UCR solía tener representantes en el Concejo Deliberante y era conocida la militancia de los Zavaley, Julio y Narvaez. Algunos de ellos o a través de sus herederos aceptaron el desafío este domingo pasado, pero no superaron los 200 sufragios participando solo en dos estamentos. En Ulapes, departamento San Martín, los radicales deambulan de un sector a otro en cada comicio pero actúan en bloque, tanto que ahora prácticamente le dieron el triunfo al peronista Uriel Vargas, al no tener candidatos a intendente. Así lo demuestra el corte de boletas. Hay otro detalle más, un dirigente justicialista, hace cuatro años se alió con Cambiemos (Juntos por La Rioja) y por poco le arrebata la intendencia al oficialismo; 1451 votos obtuvieron entonces. Ahora ese mismo dirigente se presentó por la lista oficial que ganó. En las elecciones de este domingo, Felipe Alvarez rozó los 700 votos y en concejales apenas 200. Otro caso emblemático es el de Patquía. Ahí, hace cuatro años, un sector del justicialismo se alió con el radicalismo para derrotar a otro sector justicialista y lo consiguieron. Ahora, la oposición no rearmó sus fuerzas y estuvo muy menguada en votos.

Un panorama similar se da en otros departamentos, es decir que cuando los militantes radicales o de la oposición tienen un candidato que los representa le dan su apoyo. La oposición debería preguntarse si el vaciamiento ideológico que tuvo la Unión Cívica Radical tras su alianza con el PRO-Cambiemos hizo mella en sus afiliados. Así en lugar de culpar a otros partidos de su fracaso, podrían interpretar lo que quieren sus seguidores.

La participación de los riojanos en cada acto eleccionario siempre supera el 70 por ciento y llega a los 80, no se les puede atribuir apatía política, por el contrario, expresan deseos de ser parte del proceso democrático. En las últimas cuatro elecciones a gobernador, en promedio, el peronismo unido o dividido siempre superó el 50 % por ciento de los sufragios y la oposición en promedio rondó el 25 por ciento.

Es decir que más de 100 mil riojanos se inclinaron por el peronismo, a quienes, según la oposición, se los manipula, engaña y domina con la dádiva. ¿Será tan así? El humor social y el debate en redes mostraba un rechazo casi unánime por la política y por los políticos, sin embargo, en las listas de candidatos, especialmente del oficialismo, cientos de jóvenes (también estaban los de siempre) se anotaron para participar. Así se vio en Malanzán, Facundo Quiroga, donde tres jóvenes, entre ellos una mujer, fueron por la intendencia; en Arauco aparecieron nuevos dirigentes junto a los más experimentados; en Belgrano, ganaron quienes no estaban en la estructura política y en Chamical, entre siete candidatos a intendentes, la mayoría se inclinó solo por dos. Evidentemente no hubo confusión entre los electores y eligieron o le dieron su voto al sector que más los representaba o que yendo un poco más lejos, interpreta ideológicamente lo que quiere que haga el gobierno que elige. No se puede calificar de ignorantes o comprados por un bolsón a los electores porque cuando quieren cambian.

Ante este panorama, más allá de los múltiples análisis que se deprenden de los resultados, la oposición podría preguntarse si las supuestas mañas y trampas inclinan al electorado, o si el tipo de gestión que lleva a cabo un gobierno, la forma en que responde a las necesidades sociales y cómo da respuesta a todos los sectores, especialmente vulnerables y también a los que con sus recursos pueden dar trabajo o movilizar la economía de la provincia, tiene incidencia en el electorado.