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No saben lo que hacen

“Y seguía a Jesús una gran multitud del pueblo y de mujeres que lloraban y se lamentaban por Él” (Lucas 23: 27).



Por José Luis Caseres

Muchos dormían, otros tenían insomnio, acusados por su conciencia, frágiles de memoria, se olvidaron pronto y gritaron pidiendo a barrabas y para Jesús la Cruz.

Judas, arrepentido, caminaba desesperado, gritando  ¿Por qué  traicioné a mi Maestro? Atormentado por la culpa, quiso enmendar su error pero era tarde, si Judas…. Ya era tarde.

En casa de CAIFAS, era una noche fría y oscura, JESÚS, había comenzado el camino a la cruz, rodeado de soldados, unos lo golpeaban, otros se burlaban, otro le vendo los ojos, y le daban trompadas.

Jesús, despreciado, rechazado, burlado, escupido, humillado, cada segundo era una agonía, que lo arrastraba a la cruz.

El día siguiente, la Justicia de los hombres, la justicia religiosa y política, lo encontró culpable, y lo condenó a la muerte más vergonzosa y humillante, la muerte de cruz.

Jesús en silencio, como un cordero manso fue llevado al matadero, como rey, fue coronado de espinas.

Esa mañana, el cielo estuvo gris, el sol no quiso brillar, el universo guardo silencio, DIOS PADRE, mirando a su Hijo hecho hombre, dejó escapar sus lágrimas, al ver tanto amor, soportando el dolor, perdonando en silencio, arrastrando la cruz, derramando su vida, abrazando al mundo.

JESÚS, pensando en mí, en vos, por amor tomó tu lugar, mi lugar, pagando el precio de nuestros pecados pasados y presentes.

Allí va JESÚS, caminando lento, su respiración agitada, sus heridas sangrantes, su rostro sufrido, allí está la viuda de Nain, con su hijo resucitado, llorando desconsolada, gritando ¡¿por qué?!

La hija de Jairo suplica, piedad por Jesús, bartimeo, ruega, ya no más azotes, el sanado en

Betesda intenta limpiar su rostro, mezclado de sangre y tierra, muchos llorando, muchos en silencio, todos le siguen camino al calvario.

JESUS arrastra la pesada cruz, cargando mis culpas, todos mis pecados, todo mi pasado, todos mis fracasos, y los tuyos también

JESÚS… al oír los gritos y ver las lágrimas, se detiene, y su mirada abraza, las vidas sufrientes, con un débil murmullo, les dice “NO LLOREN POR MI”

Allí esta clavado de pies y manos, su vida se apaga, pero su AMOR sigue intacto, un grito de su alma estremece la tierra, retumba en los aires, “PADRE PERDONALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”.

Todavía hay millones que viven “SIN SABER LO QUE HACEN”, han hecho de PASCUA, un ritual sin vida, un recuerdo que pasa, una brisa religiosa, que pronto se desvanece, celebrando a un Cristo muerto, Sin saber que la esencia de PASCUA, es la libertad de los oprimidos, es la sanidad de los enfermos, es la vida de los que mueren, es perdón, reconciliación con DIOS PADRE. TODO FUE POR AMOR.

Cada herida, cada llaga, fueron las fuentes de tu sanidad y tu libertad, cada gota vertida de su sangre santa, de su vida pura, fueron, son y serán, como océanos de amor y perdón donde la humanidad puede lavar sus maldades y encontrar salvación.

Hoy es un día especial para descubrir la verdadera esencia de Pascua, para dejar que nuestro corazón se llene de ese amor, para recibir perdón y salvación eterna.

En esta Pascua, abrace a Jesús, invítelo a vivir en usted, es el mejor lugar, ¡FELICES PASCUAS!