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Vayan a laburar vagos de m...

No es nuestro interés quedar como moralistas, o simplemente emitir un juicio de bueno o malo. Eso lo dejamos para los pastores o sacerdotes.



La cuestión es más profunda si tenemos en cuenta como aparecen determinados síntomas que afectan de a poco a la democracia. Una democracia que siga garantizando no solo la libertad de expresión, sino la libertad a manifestarse. Por eso tuvo mucha repercusión las palabras del gobernador riojano, que se vieron y escucharon por todo el país referidas a los docentes.

“Vayan a laburar vagos de mierda”, fue lo que dijo y para luego circular por su twitter: “quiero pedir disculpas por el exabrupto cometido ayer con una de las manifestantes que estaba fuera del Paseo Cultural”. Esa disculpa, según palabras del gobernador, puede tener varias explicaciones. En primer lugar: así como algunos políticos andan sin personal de seguridad (y no tienen problema); el gobernador puede andar sin (o no tener) personal que lo asesore (en imagen, o en lenguaje); que le recuerde que es un hombre público y que alguna vez habrá tenido una maestra. Segundo: podemos agregar, que la tensión y la presión constante a la que está sometido un político, lo lleva a no ‘tener filtro’ (como se dice comúnmente). Es decir que ya no ‘reprime’ lo que piensa y lo dice impulsivamente. Porque muchos políticos de la clase dirigente entienden muy bien esta cuestión de lo ‘políticamente correcto’ (mucho más si están en campaña). Se dice lo que la gente quiere escuchar, o como hacía un ex gobernador de Bs As (que explicaba porque había estado tantos años) “hay que hacerse el boludo”. Lo que sí ha cambiado en estos tiempos, es la tecnología de un celular. Rápidamente se filma, y se sube a las redes. Eso es lo que tal vez no le han explicado a los políticos que siguen con viejas mañas para mantenerse en el poder. Hay algo que se llama archivo, y que pocos lo pueden pasar. El clásico ejemplo: una vez dicen una cosa, y a los años dicen lo contrario sin inmutarse. Le sucede muchas veces en las alianzas cuando se juegan si tuvieron que llegar a una interna.

En octubre son las elecciones generales y antes se vienen  las PASO. Cada gobernador del país ya sabe con quién se va a alinear (tanto en el Frente de Todos como en Juntos por el Cambio). El gobernador riojano ha recibido varias visitas de Alberto Fernández, y ha obtenido mucho apoyo para el desarrollo económico. Es entrevistado por radios de CABA como una voz de un gobernador pujante, y lo que ha sucedido no afectará su imagen. A eso están acostumbrados. Parecería que si no hay una repercusión tipo tsumani, la gente se olvida pronto. El punto fue cómo fueron las disculpas. Hay mucho político que no puede salir a la calle (hace poco sucedió con Larreta, cuando quiso entrar a un bar y tuvo que salir corriendo), y por eso se manejan por sus redes y los canales y medios que le son afines.

Los docentes autoconvocados, y una en particular fueron los agredidos. Si por un lado hay gente que todavía se indigna porque un docente es agredido (pasó en Necochea, al sur de Bs As, cuando la madre y el hermano de una alumna la agarraron a empujones y la pateaban en el piso, por no aprobarle la materia), qué se puede deducir de un docente insultado por un gobernador (El funcionario de más alta jerarquía en una provincia). Lo que parece preocupante es que una sociedad solo ironice o haga bromas.

El reclamo gremial con este ‘exabrupto’ pasó a segundo plano. ¿Están bien pagos los docentes?, ¿se jubilan en la misma categoría de sueldo que algún funcionario que pasó por la administración pública? Muchas provincias argentinas tienen estos problemas de una remuneración justa para el maestro o profesor ¿Cuánto ha invertido el Estado (Provincial, Nacional) en la mejora de las condiciones laborales de los docentes como trabajadores de la educación? Por eso estas respuestas no se pueden simplificar con un “vayan a laburar vagos de…”. Estos son los debates que la clase dirigente quiere esquivar ‘ninguneando’, desmereciendo el esfuerzo de cientos o miles de docentes. Algo ha cambiado en estos tiempos de democracia, cuando estamos por cumplir 40 años desde 1983, con las luchas docentes, con sus sindicatos, y con el consenso que todavía siguen teniendo entre la gente. Cuando se pregunta en encuestas sobre instituciones, las escuelas (como instituciones) siguen estando en el primer puesto, porque así lo han demostrado en los momentos de crisis económicas y de contención a los niños y jóvenes, que atraviesa el país.

Carlos Liendro