24/12/22
Mi padre, me dará algo mejor..... Me dirá que Jesús es como yo, y así podré seguir viviendo, viviendo.
León Gieco nos hizo el mejor relato del hecho histórico de Navidad a contramano de la fiebre consumista en que todos caemos, olvidando la navidad auténtica.
La Navidad es un hecho subversivo.
Dios no manifestó su poder en la fuerza militar, en la riqueza, ni en los foros financieros, ni en la abundancia para pocos de un mundo desigual e injusto.
Lo manifestó en una familia obrera, perseguida y tenida en cuenta, solo como un número, para el proyecto del imperio. Por eso el Censo del Emperador de entonces.
En esa existencia apremiada y marginal, nació Jesús, como millones de niños y niñas, cuyos padres luchan por techo, tierra y trabajo. Que migran desesperados, que ocupan tierras y habitan villas, barrios, campamentos de refugiados y pueblos, sin agua potable, sin luz, sin baños, sin casi nada, heridos de inhumanidad.
No es para aguar la fiesta y amargar la comida de esta Navidad.
Es para pensar el sentido de nuestra memoria Navideña en el presente y siempre.
Feliz Navidad es un deseo, pero más, una conciencia colectiva y una tarea común: Hacer un mundo desde abajo, desde los expulsados como María, José y el niño Dios, sin persecuciones políticas y presos políticos- Milagro, Cristina y tantos y tantas-, sin planes de ajuste del FMI, ni de ningún otro poder, para los de siempre.
Sin imperialismos y sin guerras. Sin Capitales ricas a costa de Provincias pobres, a lo que nos quiere condenar el fallo de La Corte.
Sin Cortes, Palacios y Sanedrines que maquinen la injusticia institucionalizada y la impunidad de genocidas y fugadores de divisas.
Una navidad con memoria de rondas y pañuelos blancos, de "ollas" populares y de luchas, de movilizaciones y de fiestas de pueblo, de muchos José y muchas María, con la rebelde ternura de los pueblos que abrazan la vida y levantan el trofeo de la fraternidad y la justicia.
Allí está la felicidad navideña. Por eso brindo. Y que sea Navidad. Amén
Por Pocho Brizuela